domingo, septiembre 29, 2013

La exportación de la revolución cubana ...historia y presente

“Los cubanos son los artífices del fraude electoral en Venezuela”

El antiguo revolucionario repasa la penetración cubana en su país al cumplirse 50 años de la primera acción de la guerrilla venezolana, el ataque al Tren del Encanto

Hugo Chávez y Fidel Castro en el aeropuerto de La Habana, en 1994. / AFP (A. ROQUE)
La historia de la injerencia cubana en Venezuela se remonta a los años 60, cuando Fidel Castro y Ernesto Guevara, el Che, organizaron dos desembarcos guerrilleros en 1966 y 1967 que terminaron en fracaso meses más tarde. Las travesías marítimas fueron inspiradas en la mítica expedición del yate Granma que partió de las costas de Veracruz a la isla caribeña para comenzar la revolución. Las acciones militares abiertas comenzaron en 1963, y este domingo 29 de septiembre se cumplen 50 años de la acción más recordada de la primera gran campaña guerrillera en Venezuela: el malhadado ataque al Tren del Encanto, un asalto armado al tren turístico realizado en un domingo por las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, donde fueron ejecutados siete guardias nacionales y varios turistas fueron heridos de bala. Este es el testimonio, a través de una larga conversación telefónica, de uno de los protagonistas de aquella guerrilla, Héctor Pérez Marcano, autor del libro autobiográfico La invasión de Cuba a Venezuela. Del desembarco de Machurucuto a la revolución bolivariana. A pesar de su complicidad y confesa admiración por Fidel, este militante de 82 años se ha opuesto a la intromisión abierta de La Habana en su país, desde la era de Hugo Chávez a la actualidad.
Pregunta. En su libro narra que se reunió con el Che Guevara y Fidel Castro en la famosa suite privada del Hotel Habana en los años 60. ¿Cómo ocurrió aquel encuentro?
Respuesta. Yo formaba parte de la delegación del Frente de Liberación Nacional de Venezuela, que agrupaba a los partidos que estaban en la lucha armada a la Primera Conferencia Tri-Continental de La Habana, para unificar el movimiento revolucionario de Asia, África y América Latina, en enero de 1966. Fidel Castro se había instalado en la suite del piso 25 del Hotel Habana. Allí nos entrevistamos con Fidel para planear un desembarco conjunto. Para entonces, el ala izquierda se había separado de Acción Democrática [AD, partido socialdemócrata, fundado por el ex presidente Rómulo Betancourt], y constituido el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR, clandestino). Fui copresidente de ese congreso en Cuba.
P. ¿Cómo fue su primer encuentro con Fidel?
“Chávez era una especie de arcilla en manos de un orfebre tan bueno como Fidel”
R. Había conversado con él por primera vez durante el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes que se realizó en julio de 1960 en La Habana, meses después del triunfo revolucionario. En esa oportunidad me tocó tener una entrevista con Fidel y con el Che Guevara, con motivo de un incidente que se presentó en el acto inaugural del evento. Al Che le tocó el discurso de apertura. Las relaciones de Cuba con Venezuela bajo la presidencia de Betancourt ya habían empezado a agriarse; y el Che dijo en su discurso inaugural que Betancourt era un prisionero de los militares venezolanos. La delegación del gobernante partido AD que, como todos los partidos de América Latina habían asistido, se retiró del acto en protesta.
P. ¿Qué hizo usted para mediar entre el Che y los venezolanos de Betancourt?
R. El Che quiso atribuirles una conspiración a los militares reaccionarios y golpistas del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez (1914-2001). Hubo que hacer una reunión con el Che, a petición de él mismo para enderezar las cosas. Es la única que vez que he sabido que el Che haya retrocedido en una posición. A Cuba le interesaba que la delegación de AD no se retirara del evento, porque eso iba a tensar aún más las relaciones entre Cuba y Venezuela, en los albores de la Revolución, que terminaron con la expulsión de Cuba de la OEA en 1962, con el voto de México en contra. En esa oportunidad el Che nos dio algunas concesiones y se retractó de lo que había dicho. Su objetivo era que la delegación venezolana de AD permaneciera en el evento de La Habana.
P. ¿Cómo fue aquel choque de personalidades entre Castro y Betancourt, que también tenía formación socialista?
R. Betancourt había empezado una política de hostilidad hacia la Revolución Cubana. Curiosamente, el primer viaje de Fidel al extranjero luego de tomar el poder fue a Venezuela. Pero ya Betancourt iba inclinando su Gobierno a ser la contraparte socialdemócrata en América Latina del revolucionario Fidel Castro.
P. ¿El petróleo venezolano estaba en la mira de Fidel desde su llegada al poder?
R. Sí, desde 1959. Fidel hizo aquí algunas peticiones, las cuales el presidente Betancourt no quiso resolver, incluido un pedido relacionado con los suministros del petróleo. Fidel entró el 6 de enero a la Habana; y en Venezuela se celebraba el 23 de enero un año de la caída del general Pérez Jiménez. Fidel vino entonces a Caracas en agradecimiento a Venezuela, que le había apoyado mucho en sus tiempos de la Sierra Maestra. Wolfang Larrazabal, presidente de la Junta de Gobierno que derrocó al dictador venezolano en 1958, le había enviado un embarque de dos aviones con armas para la revolución.
P. ¿Cuáles fueron los planes del Che y Fidel para Venezuela?
Fidel Castro siempre buscó por otra vía el desarrollo continental de su revolución
R. Al Che Guevara comenzó a hacérsele incómoda su situación en Cuba, porque no estaba de acuerdo con el rumbo de la Revolución, según lo que conversé con él. En alguna oportunidad me dijo que no estaba de acuerdo con el dominio de la penetración soviética sobre Cuba, ni con las condiciones políticas que le imponía por la solidaridad y el subsidio que le daban los soviéticos. Después, el Che quiso venir primero a Venezuela, a incorporarse a la lucha armada; pero para esas fechas el Partido Comunista de Venezuela (PCV) ya atendía la línea pro-soviética y estaba en retirada de la lucha armada. El PCV rechazó la idea de que el Che viniera a Venezuela; y Guevara se fue al Congo. Después de pasarla muy mal en África, y al no poder venir a Venezuela, decidió irse a Bolivia.
P. ¿Cómo organizaron ustedes con Fidel Castro los desembarcos?
R. Para esa época, Fidel ponía muchas esperanzas en la lucha revolucionaria venezolana; por eso adopta, atiende y chequea personalmente esas operaciones con nosotros, incluido el simulacro en lanchas. La confianza era tal que, antes de partir a Venezuela, Fidel nos hizo una revelación íntima que nos sorprendió: nos confesó que el Che estaba en Bolivia. La lucha revolucionaria en Venezuela y el proyecto del Che en Bolivia y Centroamérica, formaba parte de lo que he llamado el proyecto continental de Fidel.
P. ¿Cuándo termina aquella etapa de la expansión continental armada cubana?
R. Cuando el Che es derrotado y muere en Bolivia en octubre de 1967 y la lucha armada en Venezuela da muestras de debilitamiento y visos de derrota. Los cubanos que vinieron a Venezuela, como la primera expedición de julio de 1966 dirigida por el cubano Arnaldo Ochoa [quien llegaría a ser general, Héroe de Angola y Nicaragua, fusilado por narcotráfico en 1989 en Cuba]; y otros que vinieron con nosotros al segundo desembarco, el de Machurucuto, del 8 de mayo de 1967, comienzan a regresar a Cuba. Ese desmoronamiento hace que Fidel tenga que rendirse a las presiones soviéticas, que provocan un viraje importante. Era evidente que Fidel no había abandonado la idea, siempre buscó por otra vía el desarrollo continental de su revolución. Esa otra vía es la que ahora vemos desplegarse en América Latina en la era de Hugo Chávez y sus herederos.
P. ¿Fidel se anticipó a lo que pasaría en Venezuela?
R. Sí. Tanto es así que cuando vino a Caracas en 1989, a la inauguración del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, el Presidente convocó a una charla con Fidel en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV), a la cual fui invitado. Me sorprendió, en esas cinco horas que habló, el grado de conocimiento de los problemas sociales del país. Incluso llegó a decir que la revolución cubana se había mantenido por el equilibrio entre las dos potencias, Washington y Moscú; y que otra revolución como la cubana no era posible en Latinoamérica. Ocurrió una cosa en aquel banquete, cuando el presidente Pérez vio cierta efusividad en el trato de Fidel con nosotros, le dijo en tono de broma: “No los abraces mucho, porque a lo mejor tengo que volver a perseguirlos” (risas). Esto ocurrió tres años antes del golpe de Estado de Chávez. Fidel tuvo una muy buena relación con Carlos Andrés Pérez. Ambos y el general Omar Torrijos de Panamá, apoyaron el derrocamiento de la dictadura de los Somoza en Nicaragua en 1979. El 4 de febrero de 1992, Fidel condena el cuartelazo de Chávez y le da su apoyo al presidente Pérez. Cinco años después, el ojo de Fidel captó la potencialidad en el militar golpista, que lo hizo seducir políticamente a Chávez. Cuando viajó por primera vez a Cuba en 1994, Hugo Chávez era una especie de arcilla en las manos de un artesano como Fidel, tan buen orfebre.
Al Che Guevara comenzó a hacérsele incómoda su situación en Cuba porque no estaba de acuerdo con el rumbo de la Revolución
P. ¿Quiénes fueron los exguerrilleros que apoyaron a Chávez en el golpe?
R. Sólo algunas individualidades, como Douglas Bravo, exlíder del PCV, estaban comprometidos en el golpe a través de Adán Chávez; pero la izquierda como movimiento no. Incluso algunos de ellos en el momento del golpe fueron apartados por Chávez. Ellos fueron dejados afuera de la conspiración de 1992. Después Douglas Bravo le reclamó a Chávez, que le respondió: “Es que los civiles molestan en una situación como esa”.
P. ¿Todo lo verde olivo le causa ahora cierta aversión?
R. Algo de eso hay. Por eso los dirigentes del PCV hicieron esfuerzos para que me incorporara a la campaña de Chávez en 1998 y me entrevistara con él. Y lo rechacé. Ya desde mediados de 1998 advertía lo que ocurriría y alerté del peligro.
P. Usted afirma en su libro que casi nadie atendió su advertencia del regreso del proyecto continental de Fidel, luego de la reelección de Chávez en 2006. ¿Cuáles fueron sus fuentes?
R. Así es. Nadie me hizo caso. Veía la conexión a partir de información de un agente de inteligencia cubano que trabajó en la Embajada de Cuba en Venezuela en las décadas de los años 70 y 80. Yo sabía que él era del G2 [espionaje político] en aquel tiempo, cuando yo por supuesto era solidario con la revolución cubana. Él salió de Venezuela, ya no reside en Cuba y ha seguido trabajando en Centroamérica para la inteligencia cubana; preferentemente vive en México. Viene con frecuencia a Venezuela. Esa fue mi fuente.
P. ¿Puede dar su nombre?
R. No.
P. ¿Qué contactos tiene en Venezuela ese espía cubano?
R. Viene con frecuencia a Venezuela. Tiene excelentes relaciones con los sectores políticos de Venezuela, tanto de derecha como de izquierda, con movimientos políticos de todo tipo. Es un cuadro político importante, influyente que desarrolla una labor muy útil para los cubanos. Cuando viene se entrevista con todo el mundo. Y una de las personas con la que se reúne siempre es conmigo. Fue a través de él que supe detalles de la presencia cubana, ya como una intervención en Venezuela. Me di cuenta que se estaba armando lo que califiqué de nuevo proyecto continental cubano. Teniendo el poder por la vía electoral, busca promover la expansión de estos movimientos en América Latina. Él tenía contactos con Ramiro Valdez, el sucesor de Manuel Piñeiro, Barba Roja, el principal responsable de la subversión cubana en Latinoamérica en la era de Fidel.
P. ¿Cuáles son sus objeciones al papel de los cubanos en Venezuela hoy?
R. Ellos controlan el servicio de identificación nacional de los ciudadanos venezolanos Está vinculado con el registro electoral permanente. Ese registro tiene un crecimiento que no se corresponde con el crecimiento vegetativo de la población venezolana. Allí hay varios millones de electores virtuales. Los cubanos son los artífices del fraude en Venezuela.

domingo, julio 14, 2013

crímenes contra la población indígena de Brasil

Un informe “perdido” expone el genocidio de los indígenas brasileños

Un histórico informe que detallaba las espeluznantes atrocidades cometidas contra los indígenas de Brasil en los años 40, 50 y 60 ha vuelto a aparecer 45 años después de haber sido supuestamente “destruido” en extrañas circunstancias por un incendio.

Las atrocidades cometidas contra los Cinta Larga se detallan en el Informe Figueiredo. Tras disparar a su bebé, los asesinos cortaron a la mujer por la mitad. © Survival
El “Informe Figueiredo” fue un encargo del ministro del Interior en 1967 y generó una ola de indignación internacional al revelar los crímenes contra la población indígena de Brasil a manos de poderosos terratenientes y el propio Servicio de Protección Indígena (SPI) del Gobierno. El informe llevó dos años más tarde a la fundación de la organización de derechos indígenas Survival International.
El documento, de 7.000 páginas, fue recopilado por el fiscal Jader de Figueiredo Correia, y detallaba los asesinatos en masa, las torturas, la esclavitud, la guerra bacteriológica, los abusos sexuales, el robo de tierras y el descuido generalizado contra la población indígena de Brasil. Algunas tribus fueron completamente erradicadas como resultado de estas prácticas, y otras resultaron diezmadas.
El informe fue re-descubierto recientemente en el Museo del Indio de Brasil y será considerado por la Comisión Nacional para la Verdad de Brasil, que investiga las violaciones de derechos humanos que tuvieron lugar entre 1947 y 1988.
Entre los atroces ejemplos recogidos en el informe, se describe la “masacre del paralelo 11”, en la que se arrojó dinamita desde un pequeño avión sobre una comunidad de indígenas “Cinta Larga”. Treinta indígenas murieron, y solo dos sobrevivieron para contarlo.
Otros ejemplos incluyen el envenenamiento de cientos de indígenas con azúcar mezclada con arsénico, y brutales métodos de tortura como aplastar lentamente los tobillos de las víctimas con un instrumento conocido como el “tronco”.
Las averiguaciones de Figueiredo generaron una ola de indignación internacional. En 1969, en un artículo titulado ‘Genocidio’ que apareció en el Sunday Times británico, el cronista Norman Lewis escribió: “Desde el fuego y la espada al arsénico y las balas: la civilización ha enviado a seis millones de indígenas a la extinción”. El artículo motivó a un pequeño grupo de ciudadanos preocupados a fundar Survival International ese mismo año.
Como resultado del informe, Brasil inició una investigación judicial en la que 134 funcionarios fueron acusados de más de 1.000 crímenes. Treinta y ocho de ellos fueron despedidos, pero ninguno fue a la cárcel por las atrocidades.
El SPI fue posteriormente desmantelado y reemplazado por FUNAI, la Fundación Nacional del Indio de Brasil. Sin embargo, a pesar de que largos tractos de tierra indígena han sido desde entonces demarcados y protegidos, los pueblos indígenas de Brasil continúan luchando frente a la invasión y la destrucción de sus tierras por los madereros, ganaderos y colonos ilegales, y la pérdida de tierras debido al agresivo programa de crecimiento del Gobierno, que planea construir decenas de grandes presas hidroeléctricas y abrir sus territorios a la minería a gran escala.
El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “El informe Figueiredo es una lectura desagradable, pero, a pesar de ello, nada ha cambiado: cuando se trata del asesinato de indígenas, sigue reinando la impunidad. Los pistoleros continúan asesinando a indígenas rutinariamente, a sabiendas de que hay poco riesgo de acabar en los tribunales; ninguno de los asesinos responsables de matar a tiros a líderes guaraníes y makuxíes ha sido encarcelado por sus crímenes. Es difícil no sospechar que el racismo y la avaricia son la raíz del fracaso de Brasil a la hora de defender las vidas de sus ciudadanos indígenas”.

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sábado, marzo 30, 2013

El Clientelismo


LA PÁGINA CUARTA

La enfermedad del clientelismo

En sociedades con frágiles mecanismos democráticos, al individuo sin capital social no le queda más remedio que conectarse a redes de influencia buscando atajos para superar sus carencias. Y se impone la corrupción


en http://elpais.com/elpais/2013/02/27/opinion/1361989271_390184.html
Si según Karl Popper una sociedad abierta se caracteriza por ser “una asociación de individuos libres que respetan los derechos el uno del otro dentro del marco de la mutua protección proporcionada por el Estado y que logra, mediante la toma responsable y racional de decisiones, una vida más humana y rica para todos”, entonces España ha fracasado estrepitosamente.
Dejando de lado lo engorroso de la definición (incluida quizá la traducción del propio articulista), lo que ponen de manifiesto los últimos acontecimientos de presunta corrupción que han indignado hasta el límite a la opinión pública española (empezando con Iñaki Urdangarin, pasando por Amy Martin y Carlos Mulas y acabando con Luis Bárcenas) es que vivimos en un coto cerrado en el que los mayores enemigos de las sociedades abiertas, los Gobiernos, las partitocracias y las oligarquías económicas, han sabido sacar provecho de un viejo patrón organizativo de las sociedades mediterráneas llamado clientelismo, o caciquismo en su versión más castiza.
El clientelismo es, no nos engañemos, una variante o sucedáneo de la corrupción. Es una forma de organización social que se salta las fronteras geográficas, llamado rousfeti en Grecia y de la misma forma en Italia y Portugal, y une en un mismo destino a los países del sur de Europa y a los latinoamericanos. La principal consecuencia que el clientelismo tiene en la vida de los ciudadanos es que el acceso a determinados recursos es controlado por una serie de patrones, cuya condición viene determinada por tratarse de políticos, detentadores de poder económico o ambas cosas a la vez, que reparten dádivas a sus clientes a cambio de su apoyo. Es un fenómeno social con raíces profundas en nuestro país, heredado de los tiempos feudales en que una mayoría de la población campesina dependía de los latifundistas.
La pertenencia o proximidad a un partido facilita en España llegar a determinados puestos
La longevidad del fenómeno clientelista en una sociedad como la española solo puede explicarse como una carencia de capital social (usando el término del sociólogo francés Pierre Bourdieu, referido a la suma de los recursos con los que cuenta cada individuo en virtud de sus relaciones personales) de una mayoría de la población que carece de acceso a los centros de poder mediante un mercado libre, unas instituciones políticas representativas o un sistema legal igual para todos. Al individuo sin capital social no le queda más remedio que conectarse a redes de influencia buscando un atajo que le permita saltarse las barreras sociales. Este atajo puede consistir en entrar a formar parte de un partido político o, si se ofrece la posibilidad, aprovechar las conexiones familiares que uno tiene a mano.
El clientelismo, en suma, vendría a ser una respuesta a la persistencia de tradicionales estructuras sociales jerárquicas que alienan al individuo y caracterizan a las sociedades cerradas. Esta cruda naturaleza de las desigualdades sociales se expresa incluso en Norteamérica, paradigma de las sociedades abiertas, con el famoso dicho It is not what you know, it is who you know (“No es lo que uno sabe, sino a quién conoce”) que en román paladino vendría a equivaler que un buen enchufe vale más que una carrera.
En las sociedades regidas por una lógica clientelista los niveles de protesta tienden a ser más bien escasos. El individuo acepta las situaciones injustas, tiende a desconfiar del Estado y de las instituciones y a buscar la solución individual renunciando a la lógica, la racionalidad o la aplicación de las leyes. La lógica clientelista salpica a la sociedad en su conjunto y no solamente a los políticos o los empresarios. De la misma forma que determinadas empresas que querían beneficiarse de subvenciones o fondos públicos se aliaron con uno de los “patronos”, por ejemplo Iñaki Urdangarin o Luis Bárcenas and company, para compartir juntos el botín, el resto de los ciudadanos también tratan de saltarse las reglas del sistema. Que tire la primera piedra, por ejemplo, quien no ha conocido a alguien en lista de espera que, tras ponerse en contacto con un familiar o un conocido, ha logrado ser operado antes, pasando por encima de aquellos que se encontraban por delante de él en la misma lista desde la absoluta comprensión de sus allegados.
Lo cierto es que la vida de las empresas y cualquier organización en nuestra sociedad depende en gran medida de sus relaciones con el Gobierno o los partidos políticos que han asumido muchas de las funciones de los patrones individuales en el pasado. De hecho, los partidos políticos que, no olvidemos, se financian en buena parte con el dinero de los ciudadanos, son la piedra angular del clientelismo. No dejan de ser el equivalente contemporáneo, en términos de movilidad social, de lo que era el clero y la milicia en tiempos pasados al estar en muchos casos integrados por personas de escasa formación que ven en la política una posibilidad de progreso social en ausencia de otro tipo de méritos.
La pertenencia a Europa no ha significado que se impongan sus estándares de razón y legalidad
No era este necesariamente el caso de Carlos Mulas y Irene Zoe Alameda. Muy al contrario, ambos tienen doctorados en universidades de prestigio y son beneficiarios directos del célebre cierre de clase weberiano, es decir, del afán de las clases privilegiadas de subir los requisitos para poder pertenecer a ellas que en España hoy día se traduce, debido al descrédito de la universidad local, a que las familias pudientes manden a estudiar a sus chicos a universidades de élite generalmente norteamericanas para seguir manteniendo las distancias sociales. Para qué engañarse, cualquiera mínimamente versado en el mundo académico norteamericano sabe que obtener un doctorado en una universidad de prestigio, sobre todo si se viene del extranjero, depende tanto de los méritos académicos como de la solvencia económica. Pero incluso teniendo en cuenta sus favorables circunstancias de partida, Mulas y Alameda entendieron que la pertenencia o proximidad a un partido era un camino mucho más corto de acceder a determinados puestos adjudicados por criterios más políticos que profesionales (como por ejemplo el de director de la sede del Instituto Cervantes en Estocolmo o el de asesor del FMI). En lo que su caso no se distingue en absoluto de muchos otros es en la lógica cínica (alguno de los artículos de Amy Martin versaba sobre el hambre en Somalia) y familiarista (enchufar a la mujer) típica de las maniobras clientelares.
La indignación creciente de la opinión pública española no es solo un suceso puntual como respuesta a unos acontecimientos de corrupción y nepotismo que se acumulan en tiempo de crisis acuciante. Es sobre todo una reacción de hartazgo y de decepción ante una realidad indubitable: España sigue siendo una sociedad cerrada y dual como siempre ha sido aunque de vez en cuando se den algunos Antonios Alcántara (el personaje de Imanol Arias en Cuéntame lo que pasó). Si alguna vez hubo un ascensor que permitía el ascenso (y se supone que la caída también) social de los individuos, este se averió hace mucho tiempo. España sigue pareciéndose al reino en el que, parafraseando a la reina del relato Alicia en el País de las Maravillas, da igual que uno corra lo más rápido que pueda, ya que hay muchas posibilidades de permanecer en el mismo lugar.
El viejo sueño de que la pertenencia a Europa impondría unos estándares en los que regiría la razón y la legalidad en nuestra sociedad parece haberse desvanecido. Ni siquiera la dictadura de la eficacia que parecía traer aparejada la globalización ha logrado alterar el sistema de relaciones que rige en nuestras instituciones. Desafortunadamente, como afirma el politólogo italiano Caciagli, el clientelismo tiene raíces profundas. Implica “un lenguaje, unos ritos, unos valores y símbolos, pautas de comportamiento y redes de relaciones aceptadas por una comunidad que comparte una mentalidad”. Se adapta bien a la mentalidad posmoderna siempre en búsqueda de soluciones flexibles orientadas a satisfacer las necesidades individuales, al declive de las ideologías, a la fuerza de lo local y a la personalización de la política. El cerrojo está bien echado y sus beneficiarios lo saben.
César García es profesor en la Universidad Pública del Estado de Washington. Es autor de American psique (Editorial Lo Que No Existe).

martes, febrero 12, 2013

Cifras+datos+confrontación+verificación+academia+periodismo


08 febrero 2013

13 sonoras cifras difíciles de creer

ANÁLISISA veces los colombianos son sorprendidos con datos que se vuelven noticia. Pero, ¿sí son verdad?

13 sonoras cifras difíciles de creer. .
SEMANA
.
La ausencia de estadísticas, la falta de proyecciones y la distorsión de trascendentales números marcan el subdesarrollo del país.

Sin estas herramientas es difícil para cualquier gobernante, al margen de su ideología o de su propuesta política, cumplir sus propósitos. De ahí su importancia. 

En Colombia, sin embargo, a diario se dan impactantes datos que con el paso de los días se quedan en simple anécdota. ¿Por qué? ¿No son ciertos? 

Semana.com presenta 13 ejemplos, un número que a propósito es el que más poder le atribuyen los colombianos.


El presidente Juan Manuel Santos ya cumplió en el 64 por ciento sus promesas de campaña. Ni un punto más ni uno menos. El 64 por ciento de todo lo que prometió como candidato ya está ejecutado, según su propia voz. Así lo dijo y así se publicó. Sin una sola duda. “Lo que prometimos en la campaña, que además lo resumimos en una serie de documentos, y nos pusimos en la tarea, gracias a esa conversación que tuve con usted (en referencia a Bruce Mac Master, director de la Agencia de Prosperidad Social), de ver cuánto hemos cumplido y le confieso que salimos nosotros mismos sorprendidos del porcentaje de promesas que habíamos hecho para los cuatro años, que ya cumplimos; el 64 por ciento ya se ha cumplido”.



En menos de dos años, el gobierno de Santos sacó de la pobreza a 1.218.000 colombianos y a otros 674.000 los sacó de la indigencia. Un dato preciso en boca del propio jefe del Estado. ¿Dónde? ¿Quién? ¿De qué familia? ¿Cómo se llaman? No hubo mayor información, pero las dos cifras también fueron noticia de primera plana y están en la página oficial de la Presidencia de la República.



Quien gane más de más de 190.000 pesos al mes ya no clasifica como pobre, según determinación del Departamento Nacional de Planeación. Los expertos de esta entidad, algunos de ellos con varias maestrías y doctorados, concluyeron que si por ejemplo un colombiano gana 500 pesos más, 191.500, al mes, ya no es pobre. ¡Sin comentarios!



El himno de Colombia es el segundo más bello del mundo. Esta afirmación, que es hecha con orgullo especialmente en las escuelas y los colegios cuando los niños empiezan a aprenderse las notas de nuestro himno, precisa además que en calidad sólo es superado por La Marsellesa, de Francia.



El Himno de Colombia es el sexto más feo del mundo. En efecto, para The Telegraph, el sexto más ‘horrible’ de las 207 naciones que participaron en los Juegos Olímpicos. En tan deshonrosa lista sólo nos superan Corea del Norte, Uruguay, Grecia, España y Argelia. El rotativo británico incluso ironizó sobre una de las estrofas de nuestro himno: “La Virgen sus cabellos arranca en agonía y de su amor viuda los cuelga del ciprés”. La lista se hizo a propósito de las notas nacionales que se pusieron en la entrega de las medallas. En la nota, el periódico informó que este feo himno suena todos los días en las radioemisoras a las 6:00 de la mañana y a las 6:00 de la tarde.



“En seis meses acabo con las FARC”. Los colombianos llevaron a Álvaro Uribe Vélez a la Presidencia por primera vez en el año 2002 convencidos de que era el hombre que podía cumplir un reto al que le fijó una cifra exacta, una y otra vez, durante la campaña: “Es seis meses acabo con esos bandidos de las FARC”. En total gobernó ocho años continuos.



“Ni uno solo”. Dijeron con precisión los voceros de las FARC en el inicio de las conversaciones de paz cuando se les preguntó si tenían secuestrados. ¡Sin comentarios! Hasta ahora tampoco ha reconocido el despojo de una sola hectárea de tierra ni que ellos en 50 años de estar alzados en armas hayan causado una sola, al menos una sola, víctima por la que tengan que pedir perdón.



Colombia es la quinta mejor selección de fútbol del Mundo. La fuente de esta cifra es la mismísima FIFA, que considera que en este momento en el planeta sólo hay cuatro equipos mejores que nosotros, que en su orden son: España, Alemania, Argentina e Italia (todos ellos con mínimo una Copa del Mundo en sus vitrinas).



Colombia es el número 1 en felicidad. No hay habitantes más alegres en el planeta que los colombianos. No lo decimos nosotros, sino el Barómetro Global de Felicidad y Esperanza de Gallup Internacional. Este escaño lo ganamos, según Gallup, con bastante frecuencia.



Ni una sola mata de coca en el departamento de Putumayo. Ese fue el pronóstico que hizo el entonces superministro del Interior y de Justicia, Fernando Londoño, al anunciar que la política contra los narcocultivos iba tan bien, que al finalizar el 2005 retaba a cualquier colombiano a que fuera capaz de encontrar una sola mata de coca en ese departamento.



Colombia es el país del mundo donde más universitarios consumen marihuana. Otro titular que se leyó en varias ocasiones en las más influyentes emisoras del país, que citaban como fuente un estudio realizado por la Unión Europea y la Comunidad Andina de Naciones.



“Uno de cada tres universitarios consume drogas” es textual el titular de algunos de los más importantes periódicos del país, que está relacionado con el anterior punto. ¿Es así? En Colombia hay 1.954.0000 alumnos en instituciones de Educación Superior, según la cifra del Ministerio de Educación. ¿Quiere decir que 651.000 jóvenes consumen marihuana, cocaína, hongos, LSD, entre otras sustancias?




en http://www.semana.com//nacion/articulo/13-sonoras-cifras-dificiles-creer/332393-3