jueves, julio 08, 2021

Breve (Brevísima) historia de Colombia y sus conflictos violentos (desde el 1900)

Basado en la conferencia  (AUDIO ABAJO)  que el autor orientó al cerrar el primer semestre académico del 2018 en la ucomfamiliar (Parra G, 2018), el cual fue recogido por estudiantes y transcrito, si bien aquí se trata de presentar como ensayo, es de esperar, que se encuentren expresiones coloquiales.

 

El siglo XIX fue un siglo de guerras civiles, supremamente complejo porque finalmente los conservadores, con todo lo que implicaba en esa época el conservatismo, derrotan a los liberales y viene lo que es la hegemonía conservadora que va de 1900 a 1930[1].  Otros autores la ubican desde 1886, pero olvidan que hubo una serie de levantamientos e inclusive la guerra de los mil días, así que es difícil hablar de “hegemonía” entendida como “supremacía”.

 

Esa hegemonía conservadora… una “pax romana”, la paz que aplican los vencedores a los vencidos, no es una paz de conciliación, ni de negociación o diálogos, sino que simplemente los vencedores vencieron y los vencidos tienen que obedecer lo que ellos dijeron.

 

Pero en medio de ese proceso, en 1910 se hace la reforma constitucional en la cual llamaron a todos los actores importantes en esa época incluida la iglesia. La iglesia era supremamente importante en Colombia y a cada uno le dijeron: “qué hacemos” “cuál es su mínimo vital político” y tuvimos una relativa calma   (Gutiérrez Sanín, 2018)  más o menos hasta el año 1916 cuando empezó lo que llamo “el Problema agrario”.

 

El problema Agrario

 

Cabe aclarar que No se está diciendo que la situación del campo en Colombia no fuera un problema desde antes, pero sí se puede referenciar ésta fecha como un momento en el cual el país lo comienza a evidenciar como tal. 

 

Éste es uno de los problemas centrales que tenemos. Un problema no resuelto. La Revolución Francesa, inglesa, son revoluciones que se dieron en el siglo XVII-XVIII y fundamentalmente resolvían el problema agrario: la burguesía, los comerciantes empiezan a tener una hegemonía en la economía y los terratenientes (en esa época los feudales) se acomodan a esa “nueva economía” lo que hace que pierdan algo de su poder político. En Colombia no hemos sido capaces de resolver ese tema.

 

El partido liberal propuso las reformas en el Siglo XIX, perdió guerras civiles, y finalmente lo que se impone es el dominio de la tierra. Pero es una tierra que empieza a tener una serie de enfrentamientos porque en los años 20 se empieza a desarrollar el café, el banano, el petróleo muy fuertemente. Ello hizo más complejo el escenario porque se empezaron a generar unos procesos urbanos que propendían un mercado interno pero que la concentración de la tierra no permitía (Kalmanovitz, 2017).

 

Cuando viene la revolución socialista soviética de 1917 ese problema se hace más claro. Nosotros creemos que vivíamos en una isla. Usted coge el periódico El Tiempo de 1917 y ahí hablan de Lenin, de Rusia, de los bolcheviques. Esas revoluciones, que en esa época no es solamente esa revolución sino también la revolución mexicana, -que también tiene que ver con el tema agrario- y otra serie de revoluciones hacen que una parte de las burguesías del momento, empiecen a entender que tienen que hacer reformas.

 

Hacia 1930 ya había habido una serie de momentos graves en el conflicto con los campesinos, había pasado la masacre de las bananeras. En el mundo se había dado el crack de ese año. Roosevelt le planteaba a las elites norteamericanas y del mundo que había dos opciones, o un nuevo acuerdo (New Deal) social, o nuevas revoluciones bolcheviques.

 

y finalmente retoma la presidencia el partido Liberal y se consolida una figura que es Alfonso López Pumarejo (Presidente 1934-8 y 1942-6) ¿qué propone? En esencia, “hagamos la reforma agraria”, él puede proponer muchas cosas, pero en esencia es “hagamos la reforma que no fuimos capaces de hacer en otra época”, pero desafortunadamente no logra cuajar la reforma agraria.

 

No logra estabilizar la reforma agraria y por el contrario se viene un proceso en contra alentado además por el miedo que generaba la revolución que se estaba dando en España, y después cuando vino la segunda guerra mundial y la división del mundo entre comunistas y capitalistas pues peor aún porque todo lo asociado a la reforma agraria era considerado subversivo.

 

Luego vino un  muevo intento, el liderado por Carlos Lleras Restrepo que también fracaso de los 60s[2].

 

Hoy, en el siglo XXI, no hemos hecho la reforma agraria, hemos fracasado reiteradamente. Por el contrario, lo que ocurrió en Colombia en los últimos 20 años fue que los pocos campesinos que tenían tierra fueron expropiados por los paramilitares, por la guerrilla. 

 

1  Índice de informalidad en la tenencia de la tierra  (Min Agricultura, 2015)

 

El Problema Político

 

La violencia estatal contra campesinos e indígenas (Quintín Lame), especialmente en Santander, Cundinamarca, Tolima, Cauca, en los 20 y 30. A veces creemos que lo que pasa ahora solo es de “ahora”, pero no es así: la masacre de las bananeras de 1928 se da en el marco de una ley que facilitaba que se diera esa masacre, se llamaba la Ley heroica, había sido creada para enfrentar la gente que quería hacer una revolución al estilo de la revolución rusa socialista de 1917

 

Hemos tenido un gravísimo problema de intolerancia, no hemos tenido canales para tramitar los problemas políticos. Si bien ha habido lapsos breves de “tranquilidad”

 

 

Al partido Liberal se le tachaba en los años 20, 30, de ser tolerantes con el comunismo, de ser anticatólicos y como hablaban de repartir las tierras, de bandidos agrarios. En ese escenario aparecen dos personajes: uno es Laureano Gómez, con un muchacho muy moderado que se llama Ospina Pérez que viene de la federación de cafeteros – desde que comenzó era mitad conservadora mitad liberal- por ello se consideraba moderado, pero era un moderado que nunca fue capaz de controlar los extremistas del partido Conservador.

 

Hablemos de “la chulavita”: la policía proveniente de una vereda de un pueblo en Boyacá, una policía violenta, goda. En esa época la policía la manejaba el alcalde, no era una policía nacional sino municipal. Como era tan violenta con los liberales, el partido Conservador la utilizó y la regó por todo el país para formar lo que luego llamaron Los Pájaros[3].

 

Ospina era moderado, pero nunca fue capaz de decirle a los de la extrema del partido Conservador que no se podía matar a los liberales. Él nunca logró parar eso.  El problema político que venía y que no se ha resuelto, sigue, y se acentúa después de la muerte de Gaitán: Lo que viene es la persecución a los que seguían a Gaitán, el asesinato de liberales, de Socialistas.

 

Recordemos, había un temor muy grande[4] a que acá se repitiera lo que había pasado en México donde había habido una revolución, en España, o Rusia. Todo lo que oliera a Revolución era perseguido.

 

Esa actitud siguió después de la segunda guerra mundial. Laureano Gómez alcanza a ser Presidente después de Ospina Pérez, lo es por un corto tiempo, Rojas Pinilla le da el golpe de estado, en esa época se ilegaliza el partido comunista. O sea, además de que se perseguía al partido Liberal, no había posibilidad de escoger otros partidos; un partido como el comunista fue ilegalizado.

 

Después vino el triunfo de la revolución cubana con Fidel Castro en 1957 y sigue el miedo a las revoluciones. Luego vino el Frente Nacional, que va desde 1958 a 1974. Si usted no era liberal ni Conservador no podía participar en el gobierno. Tampoco se facilitaba la existencia al movimiento revolucionario liberal, que fue el movimiento que fundó el hijo de Alfonso López Pumarejo; a la ANAPO, (Alianza Nacional Popular) que creo después Rojas Pinilla, cuando quiso llegar al poder democráticamente; ni el Frente Unido, que era el de Camilo Torres. De hecho, Camilo termina ingresando al ELN y muere en su primer combate en 1966

 

Y la lista sigue: hemos tenido una tradición de perseguir y aniquilar físicamente, prácticamente todo lo que no estuviera dentro de un esquema cercano al bipartidismo.

 

En 1973 un socialista demócrata había ganado las elecciones en Chile: Salvador Allende. Luego vino la revolución nicaragüense en 1977. En medio de toda esa polarización, lo que decide Estados Unidos es llenar América Latina de dictaduras, en Chile, Argentina, Paraguay, Brasil, Perú. Y en Colombia se crea un “Estatuto de seguridad”[5] –familiar de la Ley Heroica de 50 años antes- en la práctica una especie de dictadura, solo que supuestamente estábamos en democracia.

 

La resolución de esos problemas políticos, la posibilidad de que convivan la izquierda con la derecha, es una tarea que tampoco hemos resuelto.

 

Si el tema agrario no lo hemos resuelto, el político tampoco.  Una cosa importante es que cuando viene la caída del muro de Berlín, cuando supuestamente cae la utopía socialista, en 1990, 1991, ingenuamente se pensaba que empezaba una convivencia más tranquila entre la izquierda y la derecha, pero resulta que en ese instante lo que se extendió fue el paramilitarismo como expresión de la extrema derecha. De eso se hablará más adelante.

 

El sub-problema político: la combinación de formas de lucha…de todos[6]

 

Hemos tenido todo tipo de contra insurgencia política: la “armada estatal” y la “armada para estatal”. Ha habido un “discurso del complot”, una especie de “narrativa legitimadora” para la violencia estatal en contra de comunidades indígenas, campesinos y trabajadores en las décadas de 1920 y1930 ¿quién dispara en las bananeras?

 

Con el establecimiento de la Cortina de Hierro (Churchill en 1946) se acentuó aún más el anticomunismo asociado a pájaros y chulavitas, así como la politización de la policía y el Ejército para perseguir gaitanistas, comunistas y nueveabrileños, durante las décadas de 1940 y 1950. De allí se pasó a la doctrina de la “seguridad nacional” , a la creación en 1962: de “auto defensas”. He incluso ya en los 90, las “convivir” de Samper-Botero[7].

 

Por décadas, la doctrina oficial de las Fuerzas Armadas y del Estado colombiano se ha convertido en un protector de lo que la comunidad jurídica internacional denomina “Terrorismo de Estado” [8]. Uno de cuyos ejemplos más recientes son los homicidios en persona protegida : mal llamados Falsos Positivos.A esta respuesta estatal legal, violadora persistente de DDHH y DIH se da una respuesta ilegal, es decir se da una continua retroalimentación[9]. Y a ese contexto se le suma el uso de las élites regionales -tanto legales como ilegales…y sus mezclas- de la violencia privada y el capital de las drogas como recursos para defenderse de la insurgencia.

 

Sectores académicos han planteado que Colombia tiene un “bloque de poder contrainsurgente”, que  a diferencia de las dictaduras de Chile, Uruguay, Argentina donde se centró en los organismos de seguridad del estado, acá se extiende a una diversidad de fuerzas con un profundo espíritu antidemocrático y abiertamente homicida.

 

Pero a la par de ese bloque, vale la pena también pensar en la existencia de una cultura de rebelión. “En Colombia es más fácil crear una guerrilla que un partido político” decía Jaime Bateman el fundador del M19

 

El Problema de criminalidad

 

Entonces estamos diciendo que no hemos resuelto el problema agrario, ni el problema político, pero además Colombia se ha caracterizado por un problema de criminalidad; cuando se compara este país con otros países sobre la forma en que abordamos los conflictos:  asombra.

 

Decir que la pobreza es la causante de la violencia, es un craso error, pues la India tendría que ser violentísima, los países africanos, porque son más pobres que nosotros, ¿o no?, hay algo en nuestra forma de abordar las cosas que dispara la violencia y si además se le suma el narcotráfico que irriga este país completamente: bienes, contrabando, lavado de activos financieros, etcétera.

 

2 Bienes incautados al narcotráfico e informalidad económica  (Rocha, 2013)

 

El narcotráfico se ha considerado correctamente, un medio de acceso a los mercados, sobre todo para comunidades periféricas con baja acumulación de capital. Ha financiado todas las violencias: paramilitares, guerrillas, delincuencia común, puso un presidente de la República. Ese sí que ha sido un problema. Porque tenemos los problemas estructurales citados que son el fuego y a ese se le echa la gasolina del narcotráfico.

 

Con el narcotráfico hay una mutación de la guerrilla, la guerrilla cuándo nace, nace fundamentalmente secuestrando. La fuente de financiación de la guerrilla en un comienzo (60s…80s)  es el apoyo (voluntario o forzado) de los campesinos (Guevara, 1960) . El M-19 empieza a secuestrar, pero luego aparece el narcotráfico y genera una coyuntura muy interesante, y es que Carlos Pizarro, hacia 1986-87 entiende que la única posibilidad de seguir construyendo el ejército de guerrillas que necesitaban en ese instante era con el financiamiento del narcotráfico, y entonces toma la decisión de “nosotros nos desmovilizamos” (…) (Parra G., 1996)  

 

Pero las FARC persiste y tienen una transición. Originalmente comenzó con el  gramaje[10], pero ese fue el comienzo, pues después que se metieron al negocio, unos frentes guerrilleros -que son los que no se han desmovilizado- dijeron “esto está muy bueno” y se han dedicado al narcotráfico. Hay por lo menos 10 o 12 frentes que eran la máquina de financiación de las FARC. Les ha faltado aceptar eso, aceptar que construyeron un aparato de 70, 80 frentes, pero de esos, tenían 10 o 12 frentes narcotraficantes, y no dedicados solamente al gramaje, sino al negocio, que era lo que financiaba la guerra, porque la guerra es absolutamente cara. Entonces hay ahí una transición que a veces se nos olvida.

 

El ELN todavía sigue muy ligado al secuestro, seguramente también se ha involucrado cada vez más con el narcotráfico, y a las Autodefensas les pasó lo mismo. Fueron mutando a un ejército privado. Tan ejército privado eran que hablaban de franquicias: absolutamente increíble. Eran ejércitos privados, “yo compraba mi ejército”

 

La ausencia del estado-nación: en lo biológico (“las causas objetivas”)

 

Si tenemos estos tres problemas, se empieza preguntar ¿qué es lo que pasa? ¿cómo es que no logramos salir de este “chicharrón”?. No logramos salir, en buena medida, porque Colombia tiene una bendición que es una maldición.

 

Si se revisa la geografía de este país, es hermosa, pura, bella. Pero es de las más difíciles de gobernar, porque si este país fuera plano, como lo es Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, tal vez sería más fácil de gobernar, pero nosotros somos un país con 3 cordilleras, bosques, selva, dos océanos, esto ha dificultado el construir el Estado-Nación.

 

El Estado-Nación es fundamentalmente asegurar la presencia del Estado en todo el territorio. Pero el Estado tiene dos deberes: uno asociado a las necesidades biológicas, de la vida, de subsistencia, de la comida, de que la gente pueda sobrevivir, y otro que son las necesidades de carácter de convivencia. Esas son las dos tareas del Estado: los ciudadanos hacemos un pacto con el Estado. Aceptamos el Estado si asegura la convivencia y asegura los mínimos vitales. Pero ¿qué se encuentra?: que el Estado Colombiano no asegura la alimentación, la vivienda, la salud, la educación. [11]

 

Lo anterior, sin exagerar, porque se piensa que el Estado colombiano no ha avanzado, y, sí ha avanzado en estos 30, 50 años. Las mujeres han avanzado muchísimo: empezaron a votar en 1957, antes prácticamente no tenían derechos. La educación: el que haya universidades de forma masiva, que la clase media baja pueda acceder a la Universidad. La cobertura de salud. Son datos que van mostrando que sí hemos avanzado.

 

El problema que hemos tenido es que el Estado no asegura los canales de ascenso social. Entre 1960 y 2010, el país no ha cambiado su estructura socioeconómica, sigue habiendo tal cantidad de pobres como lo hay 50 años después. ¿Cuál clase media?: eso no cambia.

 

(Fuente...)

Se dice que Pablo Escobar dijo que la gran revolución de este país había sido el narcotráfico, porque le posibilitaba a quien quería ascender socialmente, hacerlo, así fuera de manera ilegal. Eso explica algunas cosas del narcotráfico: si a usted le meten en la cabeza el ascenso social y hágase rico, y no hay canales que le permitan el ascenso, muchos optan por la ilegalidad. Y, así mismo hay quienes, para evitar el descenso social, los ricos que se quebraban, se metían y meten al narcotráfico. Otro tema que no hemos resuelto. [12]

 

La ausencia del estado-nación: en la con_vivencia (“las causas subjetivas”)

 

El Estado colombiano ha sido incapaz de garantizar la convivencia: no se ha construido para garantizarla. Así como ha fracasado en el trámite de las diferencias políticas, el problema político citado de la derecha y la izquierda, la disputas entre liberales y conservadores.[13] Una enorme dificultad para tramitar de manera pacífica las diferencias políticas

 

En los años 30, no solamente fracasa Alfonso López Pumarejo en el tema agrario, sino que fracasa en la posibilidad de construir un Estado central que fuera capaz de regular las regiones. La reforma agraria fracasa, en gran medida, simplemente porque en las regiones: Bolívar, Magdalena, Sucre, todas esas zonas: Bogotá no logra entablar una relación con las elites locales. Y lo que se establece por el contrario es una relación donde “ustedes gobiernan allá el departamento y yo gobierno acá desde Bogotá”, esa relación ha hecho mucho daño[14].

 

Esta situación también genera la famosa “por mano propia”. El Estado no ha sido capaz de garantizar la Justicia, de evitar el recurso de la violencia. Las autodefensas fueron promovidas por el estado -ojo con eso- desde 1962. Las FARC son de 1964: 2 años antes.

 

En Colombia no había Fiscalía: “Fiscalía” es un “término” de 1991. Y seguimos en crisis. No había Defensoría del Pueblo, es de 1991, y se puede seguir para mostrar la enorme debilidad. La crisis de la Justicia es viejísima: eso ha hecho que se opte por “la mano propia”. Y cuando usted “soluciona por mano propia” el conflicto, usted está eliminando el Estado, porque el Estado está para evitar que nos matemos los unos a los otros. La policía está para eso.

 

Pero además el Estado no ha sido capaz de resolver que en gran parte del país el señor que es dueño de la finca más grande del municipio, es a su vez, el mayor dirigente político. Entonces, cuando usted no ha sido capaz de solucionar el problema agrario y éste está ligado al problema político y es prácticamente imposible de romper porque el que debe facilitar el proceso es a la vez el gamonal del pueblo, el Estado fracasa.

 

Y fracasa, de manera supremamente grave, en que, prácticamente, no hay partidos políticos. Partidos hubo aproximadamente hasta el año 1958, hasta la llegada del frente nacional, ya para el año 1974 el debate ideológico entre el partido Liberal y el partido Conservador era muy débil, el debate se había vuelto era burocrático, clientelar: “si aquí hay 10 puestos: a usted le tocan 5 y a mí me tocan 5”. El debate ideológico se debilita profundamente, se da, pero por fuera del bipartidismo tradicional, esa es la época, por ejemplo, de la ANAPO.

 

Después de 1974, Carlos Lleras Restrepo, el abuelo de Germán Vargas Lleras[15], dice una frase buenísima para sintetizar lo que sucedía: “los partidos políticos son amalgamas de clientelas”, simplemente: este señor tenía esta clientela, este señor tenía esta clientela, nos sentamos y negociamos (Leal Buitrago & Davila, (1990)). Y ese mecanismo se volvió aterrador después de la constitución de 1991: Ya no era una sola clientela que se manejaba desde Bogotá, sino que en cada municipio el alcalde, el concejal, el diputado manejaba su presupuesto, así ya ni siquiera había un poder centralizado en los “Directorios Nacionales” de los partidos. Allí fue más claro que los partidos son una colcha de retazos que simplemente se juntan de manera coyuntural en ciertas elecciones.

 

Lo que va a suceder mañana[16] es de lo poco que queda con algo de voto libre o de opinión, porque en general la gente vota por el que le da la gana, más o menos. Pero a nivel local, de los municipios, de las asambleas, “la cosa es brava”. Porque a usted le dicen “Venga papito, porque es que, si usted quiere trabajar, y quiere que su hermano, y quiere que su abuelita siga trabajando, venga vote”. En los municipios pequeños (y en buena parte de los medianos), el hospital, la alcaldía son las empresas más importantes.  Ha sido supremamente difícil construir partidos políticos, como correas de transmisión de las tensiones sociales, esencialmente lo que hay son “amalgamas de clientelas”.  

 

El problema de las relaciones centro-periferias

 

Existe una “Colombia profunda”[17]. Risaralda tiene zonas así[18]. Hay zonas donde usted llega sólo a pie, el caballo no entra, menos un carro: zonas a las cuales el Estado colombiano no llega.

 

Hay un enorme problema en la relación, centro-periferia. Incluso, en Bogotá hay una enorme división entre los que viven en los cerros nororientales y el resto de la ciudad. En el cerro vive la mega élite de Colombia, la que todavía vive aquí -porque, por ejemplo, Julio Mario Santo Domingo[19] no vivió sus últimos años aca, los vivió en Nueva York-.

 

Bogotá tiene una periferia y son las capitales del departamento, y las capitales tienen otra periferia que son los municipios y los municipios tienen una que son los corregimientos, y los corregimientos tienen otra que son las veredas y las veredas tienen una periferia que son los campesinos que viven por allá a 4 horas o más de camino. Esa es Colombia.

 

Esa es la Colombia a la cual el Estado no llega. Solamente llega donde presume que hay guerrilla, paramilitares, narcotraficantes con un laboratorio (y eso…). Ese es pues otro problema que no hemos podido solucionar, la relación centro-periferia. Y no sólo sucede en la selva, en el Chocó, en toda la zona del pacífico, etcétera, sucede en todo el país, incluidos los departamentos ubicados en “el centro” como los del eje cafetero.

 

La constitución de 1991 … ¿para ángeles del 2041?

 

La Constitución de 1991, que muchos amamos, estudiamos y defendimos, parece una escrita para ángeles.

 

Recordemos que Moisés saca al pueblo de Egipto, un pueblo que llevaba centenios de esclavo, culturalmente eran esclavos. Él los pone a caminar 40 años por el desierto para “romperles la cabeza”, para tratar de que los señores entendieran que era otra vida.  Ese ejemplo nos sirve, porque la Constitución del 91 es hermosa, divina, pero es para ángeles que no han nacido todavía. Lo que estamos haciendo en Cátedra de paz, con los niños, es tratar de formar esos ángeles y ojalá funcione, pero se tomará 30 años. O sea, necesitamos una generación que entienda que debe resolver sus problemas, sus dificultades por las buenas.

 

En la Habana se contrataron unos estudiosos, que hicieron un gran documento sobre las causas de violencia en Colombia, el resumen, el Estado (Robinson, 2017).  

 

La conclusión –combinada- de los 12 señores es que No hemos sido capaces de resolver el problema del Estado. No tenemos un nuevo contrato político.

 

En 1991 nosotros teníamos mucha esperanza porque se había desmovilizado la guerrilla del Salvador, se daba la llegada al poder por la vía electoral de diversos movimientos alternativos, una especie de “Utopía Desarmada” (Castañeda, 1993)

 


… que se podría dar un  nuevo contrato político, pero, se olvidaron las transformaciones económicos y sociales necesarios para su desarrollo ¿se transaron en la constituyentes aperturas política a cambio de mantener el statu quo socio-económicos?[20]

 

Sin ese desarrollo socio económico, el clientelismo persistió, y –al parecer- la corrupción se salió de sus “justas proporciones” (Turbay Ayala).

 

Si usted trabaja en una fábrica, tiene su propio emprendimiento, su propia empresa: esa independencia económica le da independencia política. Pero cuando usted depende de un contrato y ese contrato depende de un senador, un concejal, ¿cuál libertad tiene usted? Poca o ninguna. En la medida en la que se avanza en el desarrollo económico, se avanza en la independencia política. Por eso es que al país se le dificulta tanto avanzar también, y lo vamos a ver más adelante.

 

Pero a la par de eso, las barbaridades de la izquierda armada que fortalecen una contra-revolución (nunca hecha) de los sectores de la extrema derecha. Esa izquierda lo que hizo fue correr este país hacia la derecha, hacia el conservadurismo, hacia el miedo al cambio: en Colombia durante mucho tiempo se le dijo a la gente que la izquierda eran las FARC, era el ELN. Y eso es solo una parte de la izquierda, que es la armada, que optó por la violencia. Así, cada vez que estos señores hacían una barbaridad, una bomba, una masacre -porque ellos al igual que sus enemigos se dedicaron a violar el Derecho Internacional Humanitario- se lo cargaban a “la izquierda”: eso lo que hizo fue que el país se corriera aún más para la derecha[21].

 

Pero, es innegable, la concentración de la riqueza. El 13% de los colombianos tienen 77.5% de la riqueza[22]. Somos uno de los tres países más desiguales de América Latina y uno de los 10 más desiguales del planeta[23]. Esos son los datos.  Cuando usted va a Cartagena, todo chévere: Centro Histórico, Playa. Pero ¿alguna vez se ha metido a “Cartagena”? Así funcionamos en Colombia. Pero lo que la estadística le muestra a usted es lo que No lo ve. Usted es feliz en el centro de Cartagena, pero las estadísticas van a la otra Cartagena.

 

La Constitución del 91 además, no logró avanzar en un tema clave: la democracia participativa se quedó en pañales. Han pasado más de 20 años y hemos tenido 2 eventos de carácter nacional asociados a referendos y plebiscitos. Cuando supuestamente estamos en una democracia participativa[24].

 

Miren el gran problema que tenemos en Pereira con la Consulta Popular[25], usted tiene que salir y recoger 30 mil firmas, luego ir al Concejo municipal, N líos para facilitar que haya -de verdad- democracia participativa. Y  esa democracia es la que hace que la gente realmente participe y se tenga que responsabilizar de sus propias decisiones. Por eso decimos que la Constitución de 1991 esperamos que funcione en el 2041.

 

Victimas … ¿pasado, presente, futuro?

 

¿Qué nos ha dejado todo eso? Cuando se miran las cifras de la segunda guerra mundial y las compara con Colombia, asombran. Cuando se miran las de desaparecidos, de Argentina, Chile, Uruguay, y las junta, descubre que nosotros tenemos más desaparecidos que esos países juntos. O sea, cada vez que se mira todo lo que ha generado lo expuesto atrás, estos problemas estructurales no resueltos, se descubre que el país está enfermo.

 

Este es un país en el cual en los tres primeros meses de este año se violaron o intentaron violar 2.000 niños menores de 9 años[26]. ¿Qué es esta locura? Y en Ecuador matan 3 señores[27], y ese país está indignado, alborotado, furioso, dolido por tres señores. Nosotros perdimos eso, para nosotros esa tragedia humana es normal. ¡¿Cómo va a ser normal: no puede ser normal?! Este tema de las víctimas es aterrador. Llegamos a ser el país con más desplazados del mundo. Increíble. Esa es la guerra que hemos vivido.

 

Cultura de paz

 

El problema que hemos tenido con la cultura de paz, es que los colombianos nos la pasamos diciendo que los políticos son corruptos, criticando los delincuentes, pero cuando revisamos nuestro accionar diario, o el de nuestra familia o el de gente que queremos mucho, descubrimos que nosotros no somos tampoco unos angelitos. Criticamos a los señores de tránsito que porque recibe plata ¿y quién se la ofrece? Entonces la palabra cultura implica eso, implica una transformación cultural y es un ejercicio que tenemos que hacer con nuestros niños, con nuestros adolescentes, con nosotros, porque es una “cultura” y ese proceso nos va a tomar 10, 20, 40 años.

 

Pero además de eso, tenemos que aprender a votar, porque es que mañana, otra vez la mitad de este pueblo no va a votar. Lo apuesto. Y, eso sí, a las 6 o 7 de la tarde van a criticar a todo el mundo: el que haya ganado o perdido. ¿Quiénes ganan en Colombia con que la gente no vote y no participe? los corruptos, porque tienen los votos amarrados, en fila, los compran y quiénes son capaces de enfrentar esos votos, pues los votos libres, el que vota por quien cree que es. Eso es parte de la construcción de la cultura para la paz.

 

Tenemos que superar el hecha la ley hecha la trampa. Bien difícil. Llevamos siglos en esto: Había un rey de la casa Borbón, en España, más o menos en el siglo XVII y empezó a tramitar una serie de leyes para que se tratara justamente a los indígenas, sí, a los indígenas.  Y mientras las leyes llegaban de allá para acá, acá se inventaban la trampa para esa ley.  Hace más de 200 años. Que además no es colombiana, es de todas las colonias españolas. Hay un candidato, que dice que él ha sacado 40 leyes anticorrupción… a las cuales le han hecho la trampa

 

El macro reto nacional, además de resolver todos estos temas estructurales, es “fortalecer a una sociedad diversa y plural interesada en refinar el clima de gobernabilidad democrática que la identifica, esto es, un clima en que los conflictos puedan dirimirse mediante fórmulas no violentas, con base en las libertades públicas e individuales, y promoviendo el desarrollo social” (Torrijos, 2015 )

 

La responsabilidad de los dirigentes nacionales

 

Para terminar, hay que desconfiar de cualquier dirigente que no sea capaz de desautorizar públicamente a cualquier violento. ¿Cómo va a superar este país la violencia, cuando un seguidor de un partido político X, Y O Z dice que hay que matar a Pedro, a Roberto, ¿y el dirigente dice “Es que eso lo dice él”?  

 

Ya les hablé de Mariano Ospina Pérez, que era moderado y tenía un señor de extrema que era el señor Laureano Gómez y ni el señor Ospina Pérez ni el señor Laureano Gómez les dijeron a los señores Conservadores que no debían matar liberales. Y eso nos condujo a una de las guerras de las más terribles que ha tenido EL PLANETA. En términos estadísticos es como si hoy en día mataran en Colombia 5 millones de personas. Eso fue la violencia en Colombia, por eso es que nuestros abuelos están tan marcados con eso, fue horrible. Ustedes se imaginan que hoy en día mataran 5 millones de personas en Colombia. ¿De dónde salió eso? Salió de todos esos problemas no resueltos, pero salió también de todos esos dirigentes políticos que cuando unos bárbaros salieron a decir que es que hay que matar, no fueron capaces de des-autorizarlos.[28]

[Los pies de página corresponden al libro "CATEDRA DE PAZ, Herramientas para análisis, contexto e historia" que se encuentra en construcción]

[1] Ampliado en el capítulo Guerras y Acuerdos de Paz.

[2] Algo de lo vivido en Risaralda, y de cómo ese fracaso alentó guerrillas en (Parra, 1997)

[3] Recomiendo leer el libro o ver la película Cóndores no entierran todos los días: Disponible en https://youtu.be/pI0lnfXuxg4

[4] así como hoy es el temor de Venezuela (en el audio de la conferencia)

[6] Esta parte aparece en las notas preparatorias de la charla, pero No se oyen en el audio, fueron adicionadas al ensayo.

[7] Ampliamente desarrolladas por el gobernador de Antioquia: Uribe… empero No es su creador.

[8] En estos momentos se conoce el informe de la CIDH, tan sólo de los hechos del paro-revuelta-levantamiento iniciado el 28 de abril: https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/ObservacionesVisita_CIDH_Colombia_SPA.pdf que facilmente se puede ligar a lo sucedido por décadas.

[9] Las cifras de la JEP muestran la vinculación a diverso tipo de crímenes de todos los actores, sin excepción, incluidos civiles: https://lasillavacia.com/historias/silla-nacional/los-terceros-en-la-jep-pocos-empresarios-muchos-paras-y-posibles-colados

[10] qué es el gramaje?  que, si una persona estaba dedicada al narcotráfico y tenía un laboratorio, por cada tonelada que sacaba le cobraba una parte las Farc.  (audio)

[11] Más adelante se ampliará éste acercamiento.

[12] Estos ajustes a la charla, para que fuera “presentable”, como ensayo, se dan en el momento del mayor estallido social en la historia de Colombia. Abril, Mayo, Junio, Julio 2021… y sigue.

[13] es que en Colombia han sucedido cosas asombrosas, Colombia es uno de los pocos países en el mundo donde hubo una balacera en el Congreso. ¿Ustedes sabían eso? En el año 49 o 50 hubo una balacera en el capitolio nacional. Imagínese, si en el sagrado recinto de la democracia colombiana había bala (audio)

[14] También se ampliará más adelante.

[15] Para la época de la charla era vicepresidente y se alistaba a ser candidato presidencial.

[16] Primera vuelta presidencial

[18] “De Pereira a el Cedral 1.45 horas, del Cedral en caballo hasta la vereda El Bosque en el páramo de Pereira 5 horas, de la vereda El bosque al valle 1.30 horas a pie, y del valle a la vereda Cortaderal en Santa Rosa de Cabal en el páramo 2 horas en caballo” Oscar Iván Ramírez Sáenz. Funcionario ICA

[20] Una pregunta persistente que varios nos hacemos: https://www.semana.com/opinion/articulo/las-ilusiones-rotas-del-91/202100/

[21] En el capítulo sobre Guerras y acuerdos de paz, se amplia.

[22] A 2018.

[23] Ahí hay un debate, hay quienes dicen que somos el segundo más desigual del mundo. Somos uno de los más desiguales del mundo y en América Latina no bajamos de los tres primeros en desigualdad. (audio)

[25] El autor hacia parte de los promotores de una consulta popular que estableciera que los terrenos del Batallón San Mateo, donde el ministro de defensa de la época –Pereirano- pretendía construir miles de viviendas, fuera un gran parque.

[26] Al momento de ajustar de audio a texto a ensayo, se acaba de aprobar la cadena perpetua para este tipo de crímenes. Veremos sus resultados.

[27] Recién la disidencia de las FARC había secuestrado y asesinado 3 periodistas ecuatorianos.

[28] Eso es, lo que en exactamente 50 minutos les quería contar. (audio)

 

INFINITOS AGRADECIMIENTOS 

A   JHONWI HURTADO POR SU TRANSCRIPCIÓN Y AL 

ESTUDIANTE MAURICIO RAMIREZ POR LOS AUDIOS, 

se pueden oír o descargar dando click

Parte 1: aquí  y parte 2 acá

(Audios del sábado 26 de Mayo de 2018, en la biblioteca de la https://uc.edu.co)

domingo, julio 04, 2021

"Carlos Castaño murió"... "Es hora de que resucite"

 Lo que murió con Castaño

Por Fernando Londoño Hoyos

Hace mucho tiempo supimos que Carlos Castaño había sido asesinado por los sicarios de las autodefensas. Ahora sabemos que lo mató su propio hermano -la vieja historia de Caín y Abel, otra vez- quiénes fueron los verdugos y en cuáles atroces condiciones cumplieron su encargo siniestro. Lo que hoy corresponde examinar es otro asunto bien distinto, y de mucha mayor entidad, a saber, qué murió con Carlos Castaño.

Las autodefensas existen porque existe la guerrilla marxista, valga decir, el ataque. Esa perogrullada suele pasarse por alto, y no por accidente. En su origen, están, pues, atadas a dos hechos fundamentales: el oprobioso vejamen al que estaban sometidos los campesinos colombianos, y la ineptitud del Estado para garantizarles la vida, la honra y los bienes, que es exactamente aquello para lo que el Estado existe.

Pero las cosas se complicaron, por donde peor complicadas pudieran verse. Y es que aparecieron en la escena de nuestra tragedia los mafiosos, disfrazados de campesinos. Lo mismo que andaban en las selvas celebrando con la guerrilla la más vil de las alianzas posibles, ahora aparecían en las zonas agrícolas más ricas, posando de hacendados y de mártires. Para defender el producto de sus ganacias miserables, se tomaron las organizaciones que los campesinos habían montado para ejercer el sagrado derecho a defenderse. Y así quedó planteada nuestra desventura: la guerrilla era fuerte por el auxilio de la cocaína, y las autodefensas se hicieron fuertes por la cocaína. En el fondo, esa sería la guerra entre hijos de la misma despreciable madre, auspiciada por la ineptitud del Estado para hacer lo suyo.

Quien tenga alguna duda sobre este planteamiento puede recordar el reportaje que Carlos Castaño le concedió a Claudia Gurisati, uno de los documentos periodísticos más importantes que se hayan producido en Colombia. Carlos Castaño, intelectual hecho a pulso, en el desorden metodológico y conceptual que puede suponerse, era la ortodoxia plena de las autodefensas originales, que de mal grado admitían valerse del narcotráfico, y solo como de un instrumento indispensable para sobrevivir. Pero que no perdían y no querían perder el norte de su naturaleza política antisubersiva y anticomunista.

Pero el dinero es mal aliado, hasta de las causas más limpias. Y además es poderoso y capaz de envilecerlas y de dominarlas. Que fue lo que pasó con las autodefensas, que se convirtieron de señoras en siervas, y trocaron su vocación política por su concupiscencia por la riqueza fácil. Y ahí se armó la gresca entre los que en medio de los excesos y contradicciones de las autofensas no querían renunciar a su sentido prístino, y los que preferían convertirlas en mafias fabulosamente rentables.

Lo que murió con Carlos Castaño fue el significado político de las autodefensas, su sentido como medio para enfrentar las Farc y sostener el derecho de propiedad en el campo y con ese derecho una manera de concebir la vida. Los que mataron a Castaño querían recoger el legado detestable de Pablo Escobar, de quienes fueron amigos y servidores algunos de los que hoy se llaman, tan injustamente, paramilitares.

Cuando en los acuerdos de paz se toleraron los mellizos, los bernas, los macacos y valoyes, la suerte quedó echada. Y cuando se olvidó proponer como condición primera y esencial la entrega de la droga, sus caminos, sus medios, sus cómplices, para acceder a un beneficio jurídico cualquiera, se abrieron las compuertas del desastre. Castaño murió físicamente, Ernesto Báez ha sido silenciado y Mancuso pareciera ser el próximo Castaño. Mientras los cultivos de coca subsisten, los laboratorios pululan y nadie toca las desafiantes riquezas de los supuestos negociadores de la paz, que apenas son delincuentes horrorosos en busca de impunidad.

Castaño murió. Ya lo sabíamos. Es hora de que resucite su elemental pero preciso ideario, la única manera de recuperar el alcance y la legitimidad de la paz que se viene discutiendo.

Columna Publicada en el año 2006 en 

Foto Jesús Abad Colorado
Esto es lo que se invitaba a "resucitar" : Da doble click 

Para entender mejor al autor del texto, un video del 2017, 11 años después de la columna, da doble click sobre su nombre: Fernando Londoño Hoyos


domingo, junio 13, 2021

LA CLAVE PARA MEJORAR A COLOMBIA Y AL MUNDO: "tomar en serio el sacrificio compartido"

 



“Nos enfrentamos ahora a la posibilidad de una revuelta de los contribuyentes si no hacemos pronto reformas importantes en nuestros impuestos sobre la renta”dijo Barr Los miembros del Congreso recibieron más cartas furiosas sobre los burladores de los impuestos ese año que sobre la guerra de Vietnam.


El Congreso aprobó algunas reformas, pero la tendencia a largo plazo fue una revuelta en la dirección opuesta, que luego se aceleró con la elección de Ronald Reagan en 1980. Desde entonces, a través de una combinación de donaciones políticas, cabildeo, donaciones caritativas e incluso licitaciones directas. para los cargos políticos, los ultrarricos han contribuido a moldear el debate sobre los impuestos a su favor.


Una aparente excepción: Buffett, que rompió filas con su cohorte multimillonaria para pedir impuestos más altos para los ricos. En un famoso artículo de opinión del New York Times en 2011, Buffett escribió: “Mis amigos y yo hemos sido mimados durante bastante tiempo por un Congreso amistoso con los multimillonarios. Es hora de que nuestro gobierno se tome en serio el sacrificio compartido ”.


Buffett hizo algo en ese artículo que pocos estadounidenses hacen: reveló públicamente cuánto había pagado en impuestos federales personales el año anterior ($ 6,9 millones). Por separado, Forbes estimó que su fortuna había aumentado $ 3 mil millones ese año. Con esa información, un observador podría haber calculado su verdadera tasa impositiva; fue del 0,2%. Pero entonces, como ahora, la discusión que siguió sobre los impuestos se centró en la tasa tradicional del impuesto sobre la renta.


En 2011, el presidente Barack Obama propuso una legislación, conocida como la Regla Buffett. Habría aumentado las tasas de impuestos sobre la renta para las personas que informan más de un millón de dólares al año. No pasó. Sin embargo, incluso si lo hubiera hecho, la regla Buffett no habría aumentado los impuestos de Buffett de manera significativa. Si puede evitar los ingresos, puede evitar los impuestos.


Hoy, solo unos años después de que los republicanos aprobaran un recorte fiscal masivo que benefició de manera desproporcionada a los ricos, el país puede estar enfrentando otro giro del péndulo, de regreso a una demanda popular de aumentar los impuestos a los ricos

....


No está claro qué se necesitaría para una revisión fundamental del sistema fiscal estadounidense. Pero los datos del IRS obtenidos por ProPublica revelan que todas estas conversaciones han tenido lugar en el vacío. Ni los líderes políticos ni el público han tenido una idea precisa de cuán exhaustivamente los estadounidenses más ricos evitan pagar impuestos.


Buffett y sus compañeros multimillonarios conocen este secreto desde hace mucho tiempo. Como dijo Buffett en 2011: "Ha habido una lucha de clases durante los últimos 20 años, y mi clase ha ganado".


Completo en : 

https://www.propublica.org/article/the-secret-irs-files-trove-of-never-before-seen-records-reveal-how-the-wealthiest-avoid-income-tax#


-recuerda que el navegador te permite TRADUCIR LA PÁGINA- 



sábado, junio 12, 2021

"Duque NO tiene la seguridad que requiere un gran líder para cuestionarse a sí mismo"

17 de Mayo de 2021

Por Natalia Arbeláez Jaramillo 17 de Mayo de 20

(original en https://lasillavacia.com ...curioso enlace con problemas)

Ayer domingo arrancó la negociación entre el Gobierno Duque y el Comité del Paro después de una primera reunión fallida el pasado lunes.

La discusión giró en torno a las condiciones que exige el Comité para que dicha negociación se dé. 

Mientras tanto el paro, que ya cumple 20 días, continúa. 

Para analizar los puntos claves que tienen que tenerse en cuenta en una negociación tan compleja como la actual, la Silla Académica entrevistó a Julián Arévalo, Decano de la Facultad de Economía de la Universidad Externado y Asociado de Ifit (Institute for Integrated Transitions).

Arévalo es coautor y editor del libro que publicó recientemente: “Negociación y Cooperación. Teorías y experiencias en resolución de conflictos” con base en el cual hicimos la entrevista. 

La Silla Académica: El capítulo de Juliana Tappe sostiene que las características personales de Santos y la diferencia entre su liderazgo y el de Uribe, explican que el comienzo de la negociación con las Farc sólo se hubiera dado hasta su Gobierno. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias del tipo de liderazgo de Duque en esta crisis?

Julián Arévalo: En Colombia hemos tenido crisis muy duras. Amenazas complejas de guerrillas, de paramilitares, de narcotraficantes. En todos ha habido un liderazgo muy fuerte. Gente que se da sus mañas, así a uno no le gusten. 

Todos sabemos el pecado original del presidente que es que asumió un cargo para el que no estaba preparado. Entonces no podemos tener tranquilidad de que va a poder resolver la situación. 

Y tampoco está bien rodeado.

Uno de los capítulos del libro tiene que ver con una discusión acerca de qué tanto papel tenemos los individuos, más allá de las estructuras, en determinar el destino de un país. 

Las condiciones que había al final del segundo mandato de Uribe y al comienzo del de Santos en términos del escenario internacional, el contexto regional y la dinámica del conflicto local eran prácticamente iguales. Pero el contexto familiar, el desarrollo profesional y la inclinación intelectual de Santos fueron determinantes en que pudiera arrancar un proceso de paz.

Sí hay aspectos de la personalidad de los negociadores que inciden en los resultados. Los grandes acuerdos los sacan grandes líderes. 

La imagen de un buen negociador no es para nada la de un regateador en un San Andresito. 

Alguien capaz de resolver una crisis política como la que tenemos, de sacar adelante un proceso de paz o de negociar proyectos de ley con sectores opositores, es alguien capaz de negociar consigo mismo, como dice el psiquiatra Alberto Fergusson a quien entrevistamos en el libro.

L.S.A.: ¿A qué se refiere con poder negociar consigo mismo?

J.A.: Fergusson se refiere a que un gran líder es aquel que es capaz de cuestionarse sus premisas, de permitirse considerar que está mal en un punto, de cambiar algo en lo que siempre ha creído. 

Muchas veces creemos que negociar es imponerle nuestra visión al otro, convencerlo de que tenemos la razón, como si fuera un combate en el que tenemos que ganar. 

La idea, en cambio, es que a partir de la posición de cada parte en un conflicto, construyamos una tercera que ninguno nos habíamos imaginado.

La pregunta aquí es: ¿Qué tan seguro es Duque para cuestionarse sus principios y verdades que ha construido a lo largo de su vida? ¿qué tanto lo ha hecho en cargos anteriores? 

L.S.A.: ¿Cuál es la respuesta?

J.A.: La seguridad de una persona tiene que ver con lo que se conoce como el “monte de la ignorancia”. El desarrollo de conocimiento es como una montaña. Cuando empiezas a interesarte en algo, a leer sobre el tema, ya tienes opiniones sobre el particular. Entre más lo estudies puedes tener posiciones más firmes.

Pero después de cierto punto la persona que de verdad sigue estudiándolo con actitud de apertura por el conocimiento alcanza un punto en el que se cuestiona el tema y sólo así puede hacer que la curva vuelva a subir.

El que es verdaderamente experto está en un nivel de entendimiento superior al de los aficionados. Tiene  la actitud del científico que saca antítesis para poder llegar a nuevas tesis. Eso a su vez hace que tenga una capacidad mucho más alta de encontrar soluciones creativas con actores que piensan muy diferente. 

L.S.A.: Otro de los capítulos del libro analiza la capacidad de Trump para llegar acuerdos. ¿Le va mejor que al presidente Duque?

J.A.: Trump ilustra el desdén por la preparación previa a una negociación. Antes de la Cumbre del Siglo con el líder norcoreano, Kim Jong-un, explicó que lo miraría a los ojos y seguiría el impulso del momento. 

Una negociación exige estudiar a la contraparte de antemano, para que aún si decide guiarse por la lectura de sus ojos, tenga armado ya un plan para cada mensaje que puedan darle.

Perdió además aliados claves. Echó para atrás el acuerdo al que había llegado Obama con Irán en 2015, con lo que debilitó al presidente de ese país, Hasan Rohaní, empoderó a los sectores más radicales y se ganó un enemigo peor.

Esto es extrapolable al caso colombiano porque cada vez que se meten en el mismo paquete a las Farc y al ELN, como cuando la excanciller, Claudia Blum, dijo que los exguerrilleros eran responsables de las disidencias, se comete un grave error.

Con eso lo que hizo fue atacar a los que le están apostando a la paz, a los que están yendo a la JEP y a la Comisión de la Verdad, al tiempo que empoderó a los sectores más radicales en contra de ellos. 

En toda negociación, por el contrario, hay que aprovechar a aquellos que quieren llegar a un acuerdo porque ellos a su vez muchas veces tienen negociaciones internas con los más radicales. 

L.S.A.: El fracaso de la negociación con el ELN muchas veces se le ha adjudicado a su estructura no jerarquizada. El capítulo de Sebastián Guerra desmiente eso. ¿Podría decirse algo parecido frente a la dificultad que muchos señalan de llegar a un acuerdo porque este paro tiene múltiples actores?

J.A: Una negociación es la que es y no la que uno quisiera. La realidad no es la que tiene que ajustarse a tu modelo de excel.

Para poder negociar con el ELN no podemos decir que dado que cada estructura tiene su propia unidad de mando entonces necesitamos que esa guerrilla se convierta primero en las Farc que sí era jerarquizada.

Mucha gente cuando piensa en una negociación se acuerda de la imagen de la Habana con De La Calle y Sergio Jaramillo a un lado de la mesa y al otro Iván MárquezSantrich y compañía. Pero eso no aplica en todos los casos.

Quizá en el caso actual del paro, la negociación puede parecerse más al juego de la tradición china llamado “Go” que al ajedrez.

La negociación del paro se parece más al juego chino “Go” que al ajedrez.

Julián Arévalo

El político y consultor estadounidense, Henry Kissenger, decía que para ciertas negociaciones deberíamos distanciarnos de la idea del ajedrez en el que hay dos personas enfrentadas y cada una sabe quién es el otro porque todas las fichas están puestas en el tablero: “yo soy ocho peones, dos caballos, dos torres, y, así, sucesivamente”, y el otro lo mismo.

Ambos saben además que tienen que controlar el centro del tablero y llevar al otro a una esquina para matarlo.

El juego de “Go”, en cambio, consiste en una cuadrícula de 19 x 19 casillas, que está vacía, primera cosa.

Una parte tiene piezas blancas y la otra negras. Y cada una empieza a poner sus fichas en cualquier lugar de la cuadrícula y la otra a rodearlas con sus fichas.

Lo que hay a lo largo y ancho del tablero son pequeñas y múltiples confrontaciones. Al final lo que tienes es un tablero como se ve en la carátula del libro, en el que es difícil establecer quién tiene más fichas:

Cada persona tiene que estar pensando en cada batalla y en la sumatoria de todas, que es la gran batalla.

Aplicado al paro implica pensar en que haya varias mesas con diferentes actores que están ocurriendo en paralelo y en diferentes lugares del país, no sólo en Palacio.

Una negociación es la que es y no la que uno quisiera. La realidad no es la que tiene que ajustarse a tu modelo de excel.

Julián Arévalo

Los grandes líderes deben poder entender qué está pasando en cada mesa y tener la capacidad de conectarlas a todas para que al final se pueda producir un resultado que las cobije.

La gente pregunta: “¿Entonces hay que ir a hablar con cada grupo de jóvenes? y con los pueblos indígenas?”.

Sí, hay que hablar con todo el mundo con una estrategia coordinada de qué estoy hablando con cada uno.

Pedirles que nombren 10 líderes es forzar la realidad a tu modelo y con razón salen las voces que dicen: no es que a mi Jennifer Pedraza, de Acrees, no me representa, o no me representa “x” o “y”.

L.S.A.: Otra de las dificultades que se han señalado para llegar a un acuerdo es todos los puntos que tiene el pliego de peticiones del Comité del Paro. Algunos señalan que tener una agenda acotada facilitó negociar con las Farc...

J.A.: Las Farc llegaba con 100 y pico de propuestas mínimas sobre desarrollo rural o sobre participación política. Había además peticiones absurdas. 

¡Pero fresco! La negociación no es sobre las propuestas, lo que no implica que no haya que estudiarlas y darles respuesta a cada una. 

Una cosa básica en materia de negociación es distinguir entre intereses y posiciones. 

El trabajo de un equipo negociador es pasar de saber qué está pidiendo una parte a entender por qué está pidiendo eso. Con un diálogo abierto se van construyendo soluciones no a los qué sino a los por qué. 

La mejor negociación posible no es buscar un punto medio, o partir la diferencia.

Julián Arévalo

Un ejemplo clásico ilustra el punto: Uno piensa que si hay dos personas que necesitan una naranja y sólo queda una, la mejor solución posible es partirla por la mitad, pero la mejor negociación posible no es buscar un punto medio, o partir la diferencia.

Si le preguntamos a cada persona para qué necesita la naranja quizá nos encontramos con que una va hacer un jugo y sólo necesita el extracto, y la otra una torta y sólo necesita la cáscara. Entonces ambas pueden aprovechar la totalidad y la mejor solución no es dividir la naranja en dos.

L.S.A.: La primera reunión que tuvieron el presidente y el Comité del Paro terminó con un comunicado en el que estos decían que no llegaban a ningún acuerdo entre otras razones por la “falta de empatía” del Gobierno. El libro dedica tres capítulos a hablar sobre la importancia de la “dignidad” en una negociación. ¿Concentrarse en los intereses de las personas tiene que ver con eso?

J.A.: El último capítulo del libro es una serie de entrevistas a personas que han hecho parte de procesos de negociación.

“Sin dignidad no hay negociación posible”, dijo Sergio Jaramillo en la suya. 

¿Qué significa eso?

Andrés García, en otro de los capítulos, argumenta que incluir como primer punto de la negociación de La Habana la reforma rural integral fue estratégico porque implicaba darle valor a la narrativa que ese grupo había tenido durante su existencia de que su lucha era por el bienestar de los campesinos del país. Si tú lees los documentos de esa guerrilla te das cuenta que la palabra campo se repite un sin número de veces.  

No haber hecho algo similar fue uno de los principales errores que se cometió en la negociación con el ELN. 

Todos nos echamos cuentos que le dan sentido a nuestra existencia. En una sección del libro mostramos que muchas veces una persona prefiere morirse a firmar un acuerdo que sienta que vulnera su esencia, su dignidad, su identidad. 

En otra de las entrevistas, Mauricio Rodríguez, un experto en liderazgo dice que lo que tenemos que hacer quienes queremos resolver conflictos es: preguntar, preguntar, preguntar, y escuchar, escuchar, escuchar, para entender cómo se ve cada persona a sí misma. En el ejercicio mismo de escuchar se dignifica al otro, además.

Si un negociador logra superar la imagen que ha construido de ese “otro” desde su ignorancia y meterse en lo profundo de su ser, está al otro lado. Después ya vendrá un trabajo técnico importante.

L.S.A.: En el libro se dice que en una negociación es tan importante la forma como el fondo...

J.A.: Una de las exigencias de muchas de las personas que están manifestándose es que el presidente se reúna con ellas. No que les mande a decir que les aprueba un subsidio.

En materia de negociación las formas son tan importantes como el fondo. ¿Dónde nos vamos a reunir? ¿quiénes van a ir? ¿el presidente va a ir vestido de Policía?

En un proceso de negociación que hubo en África, los insurgentes se iban a reunir por primera vez con el Gobierno. Dado que la cita era en un lugar apartado, donde hacía mucho calor, los funcionarios del Ejecutivo creyeron que lo mejor era irse en bermudas. Los rebeldes, por el contrario, se pusieron corbata pues se trataba de una reunión de alto nivel. Hasta ahí llegó la conversación porque éstos leyeron la vestimenta del Gobierno como una falta de respeto, de reconocimiento hacia ellos. 

El presidente Duque falla completamente cuando pretende controlar él la agenda, el lugar para reunirse, los invitados, el tiempo de intervención. Incluso cuando tenía de antemano escritos los comunicados de las partes. O cuando cree, en el caso de los jóvenes, que se trata de personas manipuladas, por ejemplo, o que no saben lo que quieren.

L.S.A.: En su libro se habla de un ascenso progresivo al autoritarismo desde 2006. Líderes de opinión como Daniel Samper advierten un riesgo alto en Colombia producto de la crisis que estamos viviendo. ¿Usted lo cree así?

J.A.: Nuestra incapacidad de generar acuerdos nos lleva al escalamiento de los conflictos y ante esos conflictos a la añoranza de un líder que resuelva de tajo todas los problemas. El llamado a la conmoción interior es preocupante en ese sentido en un momento en que el Gobierno es percibido como un encarte para la derecha. 

Por otro lado, el manejo político de la crisis ha sido oportunista. Cada cual está mirando cómo gana ventaja para las elecciones 2022.  

Se necesitan unos actos de grandeza, de patriotismo, que permitan superar la mezquindad en favor del bien nacional. De lo contrario podemos terminar en uno u otro extremo fácilmente. Hay gobiernos de derecha buenos y de izquierda buenos, el problema es cuando la agenda de cada uno es la destrucción del otro.

L.S.A.: Todos están haciendo llamados a la ONU o a la Iglesia para que ayude a las partes en conflicto a llegar a un acuerdo. Usted critica el paternalismo cuando supone la incapacidad de las personas de resolver sus conflictos. ¿Es diferente en este caso?

J.A.: Cuando hablo de paternalismo estoy pensando más en un conflicto entre vecinos que tienen que recurrir al cura del pueblo lo que mostraría cierto nivel de inmadurez de una o de las dos partes. O, en los casos en que dos personas tramitan una diferencia a punta de golpes.

La mediación es diferente. Parte de reconocer que las partes pueden tener limitaciones: de liderazgo, o para expresarse bien, para no alterarse. Puede también haber mucha desconfianza entre ellas. Entonces un tercero mediador puede tener más chances de formular propuestas que las acerquen. Puede tratarse de personas que conocen de primera mano otras experiencias de negociación o que las han estudiado. O que tienen contactos claves que conocen del tema. 

Negociar implica que dos o más partes en conflicto son capaces de escribir un texto con el cual se sienten cómodos y que les permite darse la mano. No es algo sencillo porque cada una tiene una visión distinta de las cosas. 

Las negociaciones además tienen un componente técnico que no es menor: las partes y sus equipos necesitan conocer las leyes, saber qué se puede cambiar y qué no, cómo es el tema de las sanciones, si hay un desarme, por poner un ejemplo.

Durante el proceso de negociación con las Farc, el equipo de trabajo de Sergio Jaramillo era una máquina de producir textos y analizar contenidos. Si una clase universitaria implica el doble de tiempo de preparación, ahora imagínate lo que requiere una reunión de cinco horas para negociar con un guerrillero, con un terrorista, con el jefe de un Estado con el que estás en guerra. 

Una herramienta como el control de cambios hace una diferencia enorme. Yo he tenido la oportunidad de conocer de cerca las conversaciones que se están llevando a raíz de la guerra que hay en la frontera de Ucrania y Rusia. Al comienzo los negociadores no usaban ni siquiera el mismo programa para trabajar. 

Todo acuerdo necesita un equipo técnico detrás de bambalinas que dinamice la discusión.

L.S.A.: Usted ha señalado los vacíos de liderazgo que tiene el presidente. ¿No hay posibilidad de que Duque logre mejorar su talante de alguna forma ante las circunstancias? 

J.A.: El famoso escritor y youtuber, Simon Sinek, dice que “usted no sabe de lo que es capaz cuando es consciente de que no tiene que saberlo todo”. 

En otras palabras: estoy tranquilo siendo un gran ignorante en muchos de los temas. 

La falta de liderazgo del presidente es dramática y no se va a corregir en unos días, pero: ¡hombre, déjese ayudar!

Duque tiene que olvidarse de que las organizaciones sociales únicamente son guerrilla y terrorismo

Julián Arévalo

Hay muchos sectores que conocen del tema: la comunidad internacional, una clase empresarial robusta, la academia, las organizaciones sociales. Duque tiene que olvidarse de que éstas únicamente son guerrilla y terrorismo.

Si el Presidente sigue insistiendo en que sabe qué hacer, y ya todos sabemos que no, la cosa va a ser muy complicada.

(De https://lasillavacia.com/silla-academica/universidad-externado-colombia/duque-no-tiene-seguridad-requiere-gran-lider )



jueves, octubre 15, 2020

Para nosotros, la verdad está basada en las víctimas: COMISION DE LA VERDAD


 El sacerdote jesuita Francisco de Roux insiste en que la voz de la Comisión de la Verdad quedará consignada en el informe final del 2021.

Foto: Carlos Ortega. Archivo EL TIEMPO

 12 de octubre 2020 , 11:47 p. m.

El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, habla del reconocimiento de las Farc sobre el asesinato de Álvaro Gómez y si eso es suficiente para llegar a la verdad histórica y judicial.

¿Qué opina de la ‘verdad’ de las Farc sobre el crimen de Álvaro Gómez?

TeNosotros acogemos la decisión de las Farc de aceptar la responsabilidad, públicamente, del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado. E igualmente invitamos a la sociedad a acoger, con el beneficio de la confianza, a los perpetradores o victimarios que reconocen públicamente responsabilidad y verdad.

¿Ese reconocimiento es sinónimo de verdad?

Una cosa es aceptar ser responsables ante el país y ante las víctimas, y otra cosa es el aporte a la verdad. La diferencia en el paso dado por la Farc es que es un aporte en justicia y verdad en el que NO se señala el crimen del otro, sino al crimen de uno mismo. Esto es reconocimiento. Hacen un acto libre. Un acto que solo los compromete a ellos. Al hacerlo corren riesgos inmensos: saben que los pueden matar. Por supuesto, no las familias ni las comunidades universitarias de la Sergio Arboleda y de la Nacional, sino los que los odian y no creen en la justicia de la JEP y quieren hacer ‘plena justicia’, en el mismo esquema que usaron las Farc de ‘ojo por ojo, diente por diente’. Al hacerlo, saben que dan lugar a una tensión interna muy difícil, vulneran su reputación histórica para siempre y arriesgan su proyecto político.

¿Pero qué va a hacer la Comisión de la Verdad con ese reconocimiento de las Farc, que ni siquiera sabemos si es la verdad completa?

Lo que corresponde a la verdad jurídica, al sustanciamiento de prueba, al proceso que debe llevar a una sentencia sobre los responsables de ese crimen; todo eso le pertenece a la JEP, esa responsabilidad de orden jurídico no le compete a la Comisión de la Verdad. Nosotros estamos detrás de la verdad histórica, de la verdad ética, política, de lo que allí aconteció, de las alianzas que existieron de los más diversos órdenes, incluido el narcotráfico, y eso lo tenemos que hacer contrastando diversas versiones.

No sabemos cuál es el aporte a la verdad que va a hacer las Farc; lo único que sabemos es que ha aceptado responsabilidades y que se ha comprometido a aportar verdad. Esa verdad, en lo que hace, no a lo jurídico, sino a lo histórico, a lo contextual, la vamos a contrastar con otros aportes, como los que pueda hacer Samper, o la familia Gómez Hurtado o la misma Farc.

¿Pero a la Comisión de la Verdad va cualquier persona a contar lo que quiera, ustedes lo registran, y ya?

La Comisión tiene la obligación de recibir, y recibir bien, a todos los que quieren contribuir con sus aportes a la verdad en el conflicto. Recibir y entender no significa estar de acuerdo con las personas que se reciben. Es la verdad de ellos, no la verdad de la Comisión, que está obligada a contrastar esos aportes para llegar a los juicios históricos, humanos y éticos de la Comisión.

¿Qué sucede si la verdad judicial, la verdad histórica y la verdad de la Comisión se estrellan?

Pues hasta ahora no se nos ha presentado el problema. Nos parece perfectamente normal que sobre asuntos tan controversiales haya opiniones diferentes. Creemos posible encontrar el sentido profundo de los problemas y acercarnos mucho, en hechos concretos, a lo que pasó históricamente en el contexto. Pero, repito, son justamente contextos que enriquecen, contribuyen a la comprensión, elevan el nivel del sentido de problemas jurídicos muy hondos, que a nosotros no nos competen.

Hay sectores del país que desconfían de la Comisión, porque creen que existe un sesgo ideológico, dada su composición…

Con toda franqueza, si algo se hace en la Comisión, es un esfuerzo muy profundo para enfrentar la verdad, independientemente de toda posición ideológica, de toda posición política, filosófica o religiosa. Lo quiero decir con toda claridad: no aceptamos puntos de vista porque vengan de una ideología, ni aceptamos argumentos de autoridades. Que algo sea verdad porque lo dijo tal expresidente o tal filósofo, o tal subversivo. Eso no lo aceptamos. Hacemos un esfuerzo muy serio para liberarnos de cualquier tipo de relación de amistad o de familiaridad, y de ser muy serios en el planteamiento aristotélico de ‘mi mejor amigo es Platón, pero soy más amigo de la verdad que de Platón’. Ninguno de los miembros de la Comisión lo es de algún partido político. Las discusiones entre nosotros son muy fuertes y continuas.

¿A qué atribuye entonces la oposición?

Somos de las instituciones surgidas del acuerdo de La Habana, radicalmente cuestionado con el resultado del plebiscito, y eso de entrada hace que para la Comisión las cosas no sean fáciles. Pero la determinación de luchar por la verdad es muy fuerte y muy seria.

Los desmovilizados de las Farc han tenido asesores y colaboradores trabajando en la JEP. ¿Usted puede garantizar que eso no pasa en la Comisión de la Verdad?

Le puedo garantizar que no hay nadie desmovilizado de las Farc que tenga un contrato de trabajo con la Comisión de la Verdad o que sea funcionario de la Comisión de la Verdad. Eso se lo garantizo. Que nosotros hayamos ido a buscar en los territorios, sí, porque queremos despejar la verdad.

Antes del comunicado de las Farc sobre el asesinato de Álvaro Gómez, el tema se empezó a calentar con el anticipo de que Piedad Córdoba declararía ante la Comisión. ¿Le parece que fueron usados como en una campaña de expectativa?

Nunca lo he sentido así. Estamos abiertos a todo el que quiera venir. La Comisión ha acogido con confianza el reconocimiento de responsabilidad y la decisión de aportar a la verdad. Pero no sabemos cuál es esa verdad, vamos a recibirla. En la JEP es lo que se refiere a verdad jurídica, para sustanciar la dimensión de la culpa y el rigor de la sentencia. En la Comisión, para recibir los elementos de la verdad humana, la profundidad del mal causado a las personas y al país y la exacerbación de la guerra, para llegar a la verdad histórica, la verdad ético-política en torno al delito.

Piedad salió a todos los medios a decir que ella sabía que habían sido las Farc las asesinas de Álvaro Gómez y que tenía las pruebas…

Lo ha dicho fuera de la Comisión, y si lo dijera aquí, pues es lo que dice Piedad. La Comisión va a decir su palabra en el informe final que entregaremos en noviembre del año entrante. Antes, nosotros no vamos a decir. Esta cosa es muy compleja.

¿Cómo va a hacer usted para confrontar la tesis de las Farc con la de la familia Gómez, con las de la Fiscalía, que de alguna manera tienen una ruta hacia una complicidad del cartel del Valle? ¿Qué pasa si ninguna resulta la verdad completa?

La respuesta total que todos esperan no puede darse de una vez. Y siempre todas las respuestas parciales son incompletas. Repito, vamos a contrastar los elementos históricos y de ética pública. ¿Por qué en la guerra se decide hacer ese tipo de magnicidios? Pero tampoco será una verdad acabada, porque la histórica es una verdad que siempre merece diversas interpretaciones. No vamos a condenar a gente, pero podemos contribuir a fondo. Por supuesto, lo que nosotros digamos quedará a la crítica. Que invite a los colombianos a seguir buscando, con tranquilidad, en un camino hacia la verdad, para que en lugar de disparar entre nosotros, acrecentar los odios, las venganzas, los señalamientos, nos ayude a reconciliarnos y a construir un futuro en las diferencias. La verdad jurídica, en cambio, tiene que establecer directamente quién es el responsable y condenarlo.

Ese informe final de la Comisión el año entrante sí les debe quedar muy bien jalado…

En eso estamos, María Isabel. Trabajando sobre las grandes dinámicas que están en el inicio, en la forma como evolucionó el conflicto, según los tiempos y los territorios, y las grandes dinámicas que continúan. Y que si no atajamos los colombianos, este dolor de Colombia va a continuar y seguiremos enredados en esta tragedia que ya tiene más de 9 millones de víctimas. Colombia tiene que parar eso.

¿Y cómo pararlo, padre De Roux?

Oigámonos. Quiero insistir, nosotros somos una institución de carácter constitucional, pero no habrá una verdad de Estado, eso no existe, eso sería una locura; sino que habrá un camino para que los colombianos veamos cómo entrar juntos y sigamos profundizando, pero sin miedo.

¿Vamos a oír a las Farc, pero también a las víctimas?

El lugar de las víctimas es prioridad para la Comisión. Un acto de estos sin haberlo conversado con las víctimas produce una revictimización: el dolor, la indignación, la incertidumbre, el grito de la justicia buscada. El reconocimiento de las Farc es el resultado de un proceso, pero en ese proceso justamente es muy importante, antes de que un responsable salga a decir en público que acepta una responsabilidad, la conversación en privado y crudo con las víctimas, con las familias afectadas, y escucharlas sobre lo que sienten ante eso. Escuchar su indignación, su sufrimiento, su grito de justicia. Para nosotros, la verdad está basada en las víctimas. Desde allá es que nos importa recibirla y escucharla.

¿Por qué cree que las Farc aceptaran cometer un magnicidio, mientras niegan otros delitos como reclutamiento de menores, violaciones, aborto forzado, secuestros?

Esta salida a aceptar responsabilidad en esos homicidios tuvo primero un proceso muy hondo. Cuando Ingrid (Betancourt) ¨[video completo abajo]  habló con esa profundidad y esa seriedad, cinco horas después, ellos, quienes fueron el secretariado de las Farc, por primera vez reconocen que no han retenido, sino secuestrado, a personas a quienes vulneraron su dignidad y libertad. Muestran vergüenza de ellos mismos. Es que no hay nada más hondo que cuando los hombres lloran de sí mismos. Y esa es una pista muy profunda. Allí dicen textualmente: “Al hacer esto, nosotros destruimos nuestra propia dignidad y destruimos nuestra propia legitimidad”. Y están dispuestos a decirla aunque los maten. Porque si no, en Colombia no hay posibilidad de hacer paz.

¿Y qué pasa con los que no les creen a las Farc?

Si no nos creemos, no hay nada que hacer. Y por eso nosotros tenemos estas obligaciones: esclarecer lo que pasó, dignificar a las víctimas, invitar a los responsables a aceptar responsabilidades, trabajar por la convivencia y la reconciliación y presentar caminos de no repetición. Es nuestra obligación invitar a la sociedad a que seamos muy serios en esto y a que creamos los unos en los otros. Si no creemos, no nos queda sino armarnos todos, y no habrá posibilidad de paz.

¿Usted cree que las Farc mataron a Álvaro Gómez?

Yo acepto la decisión de ellos de reconocerse como responsables, y la acepto con confianza e invito a la sociedad a confiar en eso. Es una verdad muy compleja. Saber, por ejemplo, qué alianzas haya implicado, por ejemplo, con aparatos como el narcotráfico. Pero lo reconocen delante del país, delante de la comunidad internacional y delante de las víctimas, cuyo dolor es demoledor.

MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

En https://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/entrevista-de-maria-isabel-rueda-por-que-debemos-creerles-a-las-farc-que-mataron-a-alvaro-gomez-542920