La historia nos sirve para ver las cadenas fenoménicas… El final de las guerrillas, de las guerrillas de los Mil Días, de las Guerrillas de Venganza, de las Guerrillas del EPL, de las Guerrillas de la disidencia, la hija del EPL (de los Paras), obedece, en una constante, a varios factores, que van desde la actitud misma de los combatientes y especialmente de los mandos, de apostarle a procesos de paz, de apostarle a los indultos y amnistías, pasando por el cansancio mismo de las comunidades frente a su actividad hasta la desmovilización de sus miembros, por su reinserción, ayer con el impulso de obras por las que se les pagaba, luego por auxilios económicos…Empero, la experticia, el conocimiento, la cultura, las experiencias de resistencia, de defenderse por las armas, violentamente, los imaginarios, han quedado en la psiquis colectiva y se mantienen por años; a veces con posibles encadenamientos biológicos (Venganza-EPL-Disidencia) pero especialmente por cadenas orales, de tradición oral, de orgullo por el pasado (1.000 días-Venganza- EPL-Disidencia) …es esto un factor clave para entender la dinámica
Otro
factor que subyace como concatenante, que tal vez es el eje tensionante mayor,
es el que, como en la mayoría absoluta de los pequeños municipios de Colombia,
América Latina y el tercer mundo, es el que se relaciona con la tierra: Ni el
resguardo aclimató la paz, ni la consolidación del minifundio lo hizo, ni mucho
menos lo hará en las actuales condiciones la extensión del microfundio o la
disputa en torno al subsuelo que se avecina…hay, además, una tradición de
propiedad, y una tradición de abordaje de la agri-cultura, que potencia la
paulatina pauperización del campesinado quinchieño…
Es
sobre estos dos vértices, donde en los 50’s, en los 70’s, en los 90’s, y muy
seguramente en el presente, las guerrillas de izquierda continúan su desarrollo,
su evolución en el resto del país y en
cierto momento, colocan sus ojos sobre el municipio, sobre su “fama” y mas que
esto -cultural si se quiere- sobre la situación socio económica en que
viven…estos si entienden que el mito caldense no es generalizable, como lo
parafraseaba un editorial reseñado de La Patria en los 60s…así grupos foráneos, actores
exógenos, pretenderán desarrollar respuestas armadas y han encontrado acogida,
tal vez no al nivel anterior, pero podrán seguirla encontrando, y tal vez,
pasen décadas -1.000 días-Venganza: 1903-1953- o pasen lustros –Venganza-Epl:
1961-1982- o pasen días –Epl=Disidencia- o no haya necesidad de que pase
tiempo: las FARC hace mucho están en el municipio…pero seguirán, entonces,
encontrando personas y familias que los acogen…Porque, lo que está claro es que
los guerrilleros a los que le hicimos el seguimiento son de Quinchía, inclusive
sus dirigentes son de Quinchía: Venganza lo era, Leyton lo era, los de la
suburbana del Epl lo eran…y en el pueblo lo saben…no lo niegan he inclusive
muchos se sienten orgullosos de ello…
Así
entonces, parados en esos dos ejes explicativos que no desconocen la multi
explicación, sino que buscan liarla…las palabras finales de este texto, se
preguntan, Cual es el camino para la paz actual…?... lo primero es entender que
la paz es posible…que de hecho, hubo una paz relativa entre 1903 y 1946, que
hubo otra paz relativa entre principios
de los 60’s y comienzos de los 80’s…es decir, que del siglo pasado, fácilmente
los quinchieños y quinchieñas vivieron en relativa paz por 60 de los 100
años…el reto está en consolidar “una” paz…o llegar a ella, pues no creo que la
tengan hoy, o que la puedan tener en el futuro en la medida que el conflicto
armado persiste, en la medida en que las FARC consolidarán su presencia en el
municipio…
Es
aquí donde volvemos a la relación micro y macro mundo…en lo macro, la
experiencia de las primeras décadas del siglo XX demostró que el camino para la
paz podía ser la derrota definitiva del adversario en los campos de batalla –y
en la persecución posterior de los derrotados…- lo cual permitió consolidar una
pax romana –donde los ganadores daban dádivas a los vencidos-; esa paz y esa
guerra, es una paz y una guerra hecha por las élites, entre las élites, donde
el pueblo el populo juega un papel absolutamente secundario, de dependencia de
las élites vencidas o de las élites vencedoras…dicha dependencia, en un
ambiente posterior de paz, no se quiebra, por el contrario se fermenta y es
clave para entender la paz relativa en que se vive en esos años –alterada
coyunturalmente por conflictos personales, locales o regionales asociados a la
tierra, o por la aparición de pequeñas fuerzas y escasos líderes de izquierda-
…y llegará hasta el conflicto bipartidista por el control del estado –y las
tierras de los vencidos- de los 50s…
Ese
tipo de paz, es pues hoy, difícil de conseguir en la Colombia del siglo XXI
donde la relación entre las élites y los subalternos se ha roto desde hace
décadas…relación rota bien confrontacionalmente, bien bajo formas “no abiertas”
pero existentes…
La
paz relativa posterior, la paz de los 60’s, 70’s, es una paz que se logra a
partir de un contexto nacional proclive a la misma; es una paz donde si bien no
hay una derrota militar como tal –pues no es una guerra civil abierta y
generalizada- si implica el sojuzgamiento al poder militar del estado –más que
al estado mismo- es una paz donde la acción represiva del estado juega un papel
claro, así como el entorno socio cultural creado desde éste de rechazo a las
formas bandoleriles “injustificadas” tras la llegada del frente nacional…es una
paz que, aparentemente, destruye su causa, o su excusa original: la disputa
entre liberales y conservadores…
Tampoco
es posible este tipo de paz hoy en día…no son los conflictos actuales de
Colombia enmascarados detrás de disputas partidistas…los conflictos actuales no
tienen mascara…hasta comienzos de los 90’s se tornaron en “Clasistas”…ya no
partidarios…hoy pueden recibir otro nombre, pero, definitivamente escapan a la
órbita de unos partidos –en general, y en especial los tres tradicionales- en
abierta crisis…
De
hecho en ambas pazes el eje socio-económico de miseria y pobreza persiste,
empero, las agudizaciones violentas, no se han relacionado con el mismo…no
fueron las guerrillas de los 1.000 días, ni las de Venganza, unas abanderadas
de el problema de la tierra o cosa parecida…por ende, la paz relativa
posterior, en casi nada se relaciono con la misma, empero, ese eje persistió y
estuvo allí como un tensionante social un permanente generador de frustraciones
que encontró salida –sicológica, cultural, ética, etc si se quiere- en tales
expresiones violentas…ello sin olvidar el beneficio obtenido por algunos
directamente de tales violencias: no combatientes y combatientes…
Después
de esos años, de esas dos pazes relativas, en el municipio no se ha alcanzado
otra…ni siquiera la desmovilización de la mayoría de la guerrilla suburbana del
EPL lo logró…pues persistió la disidencia…tampoco lo logrará el aniquilamiento
de ésta, pues persisten las FARC…y rondan los paramilitares o las “Águilas
Negras”…pero especialmente las FARC…las que hacen presencia, como lo detallamos
en el texto, hace más de 20 años, y se han consolidado en la última década…lo
primero que salta entonces a la vista es que sólo una negociación,
especialmente con este grupo, con el que el estado colombiano se encuentra en
empate militar negativo hace muchos años, aún al iniciar Uribe II, podría
reducir los factores exógenos, los factores del macro mundo que rodean a
Quinchía…tal vez la salida, definitivamente, para consolidar el siglo XXI sea
una nueva Asamblea Nacional Constituyente …tal vez ello logre que no haya, tal
como sucedió durante 60 de los últimos años, guerrillas o similares llegando y
pasando por sus veredas; desarrollándose
y ejerciendo violencia…
¿Pero
y los factores endogenos? El problema crucial del minifundio?…al cual se suma ahora la disputa por el subsuelo?...o, la
potenciación colectiva de ese subsuelo?...en una situación que seguramente
sucede en otros municipios colombianos?… esa es una pregunta descomunal…pues es
una pregunta que implica un enorme esfuerzo económico a corto, mediano y largo
plazo[1]…un
esfuerzo que requeriría una acción mancomunada del sector publico y privado, en
los niveles locales, nacionales e, incluso, internacionales…por ello, la mejor
noticia que recibí el año anterior, en pleno proceso de construcción de este texto fue que los quinchieños y
quinchieñas han comenzado a construir el instrumento para abordar tal
problemática endógena, el instrumento para canalizar tan formidable y
descomunal esfuerzo, en el que pido desde mi espíritu, a las fuerzas de
universo que los acompañen hacia la paz integral, hacia la paz con democracia y
justicia social que se merecen; ese instrumento es su propia Asamblea Municipal
Constituyente…
Foto
tomada en la calle principal de Quinchía, a fines del 2006.
Pereira
(Bogota) viernes, 09 de febrero de 2007; Tabio, Lunes, 16 de abril de 2007
Conclusión de
en el 2020 estarán on line los dos volúmenes, en el repositorio.
NOTA: puede reemplazar Quinchia por "municipios de la periferia Colombiana" ....el análisis poco difiere.
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