viernes, mayo 06, 2016

una ciudad más humana para la gente, que no sea todo para el gran negocio

Domingo 17 de Abril de 2016 - 02:58 PM

A los dirigentes actuales “les falta mucho pelo para el moño”

El ex alcalde Jairo Arango entrevista al ex alcalde Juan Guillermo Ángel
Lo que empieza como una reflexión sobre la planeación y el desarrollo urbano de Pereira, se convierte en una interesante reflexión sobre la ciudad de hoy.
Jairo Arango Gaviria: Hay una controversia sobre la falta de planificación en el desarrollo de la ciudad. ¿Piensa usted que Pereira ha crecido con planeación?
Juan Guillermo Ángel: La ciudad es una estructura viviente y por lo tanto, si desea sobrevivir, debe acomodarse no solo a la topografía sino y muy particularmente a su razón de ser, al ciudadano que interactúa con ella y le comunica ese elemento maravilloso de la vida. Una parte de la ciudad ha crecido como resultado de un proceso planificado; como ejemplo se puede mencionar al Plan Vial de emergencia Pereira 1954 de Mendoza y Olarte, con el cual se planificaron las primeras vías que trataban de interconectar lo que aisladamente se había construido de manera espontánea y, por otro lado, está la parte que creció sin planificación, sin programación, de manera irregular y sin legislación, casi ilegalmente diría yo. Está por ejemplo, lo que se llama Parque Industrial, el cual debió haber sido el sector donde se asentaría la industria de Pereira pero, lamentablemente, quienes desarrollaron el proyecto nunca tuvieron la intención de montar el parque industrial, esto solo fue una manera de justificar un proyecto de vivienda  realmente grande e importante de la ciudad de Pereira, pero que no cumplía con ninguno de los propósitos por los cuales fue diseñado. 
J.A. ¿Qué opina sobre la renovación urbana con el proyecto de Ciudad Victoria?
J.G.A.:Fue el embellecimiento de un sector que no era muy bonito, aunque desde el punto de vista urbanístico no fue muy afortunado. La Galería era la bisagra en donde el campo y la ciudad se juntaban. Para el año 1984, se sostenía el concepto de reconocer la vocación de galería que tiene el centro de mercado de alimentos de la ciudad, ya que se entendía que era “el Unicentro de los campesinos”, donde se desarrollaba el más complejo nivel de intercambio, allá llegaban los campesinos y podían vender sus productos e, igualmente, comprar lo que necesitaban; ese mismo año se brindó el apoyo para la remodelación del lugar, invirtiendo en la ampliación que recuperara el espacio vital necesario sin perder las ventajas económicas que se desprendían de esa tradición. Lamentablemente, en los años posteriores se prefirió adoptar el concepto que refiere a la renovación urbana a partir de la reubicación y desalojo de la galería de la ciudad, para esconderla y así lograr que no se deteriore mas el espacio valioso del centro;por tal motivo la derrumbaron para reemplazarla por la plaza de Ciudad Victoria, la que actualmente no tiene mucha utilidad y que, por el contrario, se convierte en un  desierto que da  terror transitar en horas de la noche.
 A pesar de que no compartí esa renovación, porque hubiera sido deseable mantener parte de ese espacio que necesitaban los 600 microempresarios – al igual que campesinos- de la región de todas las categorías y condiciones y no  habérselo entregado a las grandes empresas, debo reconocer que fue un esfuerzo interesante, bien hecho y por lo menos honesto.
 J.A. ¿Qué consecuencias produjo esta renovación?
J.G.A.: Mandaron la galería para un sitio inadecuado, y lo que antes era el mercado concentrado se convirtió en un desorden de carretas móviles de venta de productos de la canasta familiar por el resto de la ciudad. 
J.A. ¿Cómo fue el proceso del traslado de los vendedores del Parque La Libertad hacia donde hoy están concentrados: llamado San Andresito?
J.G.A.:Ese proceso fue el rescate de un parque de la ciudad, porque los espacios públicos no se pueden entregar de esa manera, por lo tanto lo que hicimos fue cumplir con una de las cuatro reglas de los Totocanipáes: “Hacer lo más que se puede con lo que se tiene”.
 El parque de la Libertad era uno de los íconos de la ciudad, se planificó junto a los tres parques centrales. Había que rescatarlo porque estaba invadido de negocios informales y algunos ilegales, aún así eran actividades que ya se habían acomodado dentro de la estructura social y económica de la ciudad, por lo tanto lo que hicimos fue moverlos a un edificio donde no generaran el impacto que estaban produciendo.
 J.A. ¿Cuáles fueron los logros y deficiencias generadas de esta reinstalación?
J.G.A.: Nos faltó haber construido mayores estacionamientos pero, para aquella época, la movilidad era distinta de la hoy en día, si acaso había un vehículo por familia. De manera que, a pesar de no acertar 100%, hubo avances importantes como la recuperación de un parque importante, la formalización de un comercio vinculándolo a la actividad económica de la ciudad que, de hecho, nos dejó utilidad, porque el municipio no gastó dinero, esos puestos se vendieron, de modo que no hubo que gastar para recuperar espacio público, fue un ejercicio afortunado.
 J.A. ¿Cuál es el concepto de gestión financiera respecto a la valorización?
J.G.A.: La valorización es un instrumento válido y serio cuando se ejecuta con el propósito por el cual fue creado y cumpliendo con la normatividad del mismo.
Se entiende ésta como un instrumento por medio del cual el estado puede recuperar parte de la plusvalía que se genera como resultado de una obra, se debe ver como una contribución. Valorizar es construir un puente para que una tierra que estaba al otro lado de un río adquiera un precio, construir una vía que permita acercar un sector al otro o, inclusive, construir un parque que valorice las tierras de alrededor.
En la actualidad se inventaron las obras de beneficio general y las valorizaciones de servicio general, lo que ocasionan es que la valorización sea tomada como un impuesto más; el suelo urbano crece de precio por varias razones, primero porque la moneda se va depreciando, segundo porque el perímetro urbano va creciendo y en la medida que crece el perímetro urbano va incrementando el valor de ciertos sectores de la ciudad, pero en realidad eso no es la valorización. 
J.A. ¿Recuerda obras exitosas hechas anteriormente por el sistema de valorización?  
J.G.A.: Por valorización se han logrado hacer varias obras, como la pavimentación de muchos de los barrios de Pereira; por ejemplo, la pavimentación del barrio Alfonso López, que era un barrio prácticamente inaccesible, cuando llovía los carros se movían, era un desastre y un polvero imposible. Cuando la decretaron por valorización los vecinos se reunieron a oponerse pero, en ese tiempo, yo era el encargado y hablé con ellos llegando a acuerdos; se logró pavimentar las dos vías principales, aunque una de ellas fue una obra fracaso para los contratistas porque hubo un invierno terrible y perdieron dinero. Después de esto, el barrio adquirió valor mejorando la forma de vida. Como esa, hicimos muchas pavimentaciones, inclusive rescatando cobros de valorización que se habían hecho en el pasado pero que no hicieron la obra, devolviendo el prestigio a la valorización. Yo le puedo decir otras obras que se hicieron con ese mismo principio, pero lo más evidente fue haber logrado llevarle a los barrios que tenían capacidad de pago, la dignidad a través del proceso de valorización. 
J.A. ¿Qué problema acarrea la valorización?
  J.G.A. El principal problema de la valorización es cobrarle a la gente por su vivienda cuando es para habitarla únicamente. Ese cobro es correcto si se tiene negocio en la vivienda y se hace una obra, porque ese predio adquiere un mayor valor, pero es insólito cuando usted vive allí y no se tiene intención de vender. Nosotros inventamos un instrumento que era muy sencillo para las personas sin capacidad de pago, el cual consistía en no cobrarle valorización mientras que se estuviera viviendo allí, pero si se vendía, entonces pagaba la valorización. Así se convertía en una contribución justa porque no puede ser un instrumento para exprimir a la gente.
 J.A. ¿Qué opina de las Alianzas Público-Privadas (APP)?
J.G.A.: Las APP son una estrategia del gobierno para que alguien haga lo que a él le corresponde y a cambio de eso se le da la posibilidad de que se enriquezca. En pocas palabras, es un instrumento de plusvalía injustificado de muchos sectores.
En lo referente a los servicios públicos, se están aplicando mucho las APP, que han tenido unos ciclos bien curiosos, no solo en Colombia o en Pereira sino en el mundo. Inicialmente, todos los servicios públicos (energía, acueducto, comunicaciones) los prestaba el sector privado; pero en la medida que las concesiones iban llegando al periodo pactado, el privado dejaba de hacer mantenimiento dejando de invertir, esto conllevó a volver todos los servicios al carácter de públicos, pero el estado también empieza a fracasar en el manejo y ahora estamos volviendo a entregárselos al sector privado. 
J.A. ¿Cuándo es necesario aplicar las APP?
 J.G.A.:En lo personal, no soy muy amigo de las APP, a no ser que sean obras que definitivamente se requieran con urgencia y el estado no pueda ejecutarlas. Por ejemplo, en el sector salud, la Liga Contra el Cáncer solicitó permiso para hacer una ampliación de las instalaciones para instalar una máquina de nueva tecnología que tenían y les respondieron que no la autorizaban porque debían construir 60 estacionamientos y no había cómo invertir. Es la misma necesidad del Hospital San Jorge, ya que no cuenta con estacionamientos. Es allí donde considero apropiada una alianza público-privada para construir unos parqueaderos subterráneos frente al Parque Gaitán y así no cometer la barbaridad de trasladar un servicio de salud a 10 o 15 kilómetros de distancia, que es lo que pretenden hacer ahora, a una vía que tiene solo un acceso y donde, en la eventualidad de un accidente, se bloquearía totalmente la entrada. Mejor sería construir los estacionamientos en el parque, permitiéndoles realizar ampliaciones y dejando centrado un hospital que es de uso de toda la población. 
J.A. ¿Cómo era la integración de Risaralda con Caldas?
 J.G.A.: Nosotros no participábamos de una integración, éramos súbditos, dependíamos de la capital de Caldas que desgraciadamente fue muy centralista, lo que destruyó la posibilidad de que Risaralda hubiera podido ser uno de los departamentos modelo del país, ya que teníamos una participación del Producto Interno Bruto de la nación por encima de los promedios, pero todo fue obstruido por culpa del centralismo. El discurso de mi padre, quien fue uno de los gestores del departamento de Risaralda, era separarnos para que después nos pudiéramos unir y hacer proyectos en conjunto, pero mientras dependiéramos de uno solo, eso sería un imposible. 
 J.A.: ¿Con quién considera que debería ser la integración de Risaralda?
J.G.A.:Teniendo en cuenta que el Plan de Ordenamiento Territorial está obsoleto, ya que aún referencia que Pereira solo llega hasta el Rio Otún sin contar con Dosquebradas, Santa Rosa de Cabal, La Virginia y Cartago, que solo se separan de Pereira por unos pocos metros, considero que deberíamos encaminar la integración mirando hacia el entorno completo, trabajando para que cada región pueda desarrollar sus potencialidades al máximo.
El inconveniente con el que nos encontramos es que la ecorregión es muy parecida, debido a las potencialidades de las tres áreas, las cuales en principio eran a partir de la economía del café pero además la del comercio. Hay que recordar que Pereira y Cartago Viejo fueron el núcleo de comunicación, fue la única parte en la que hubo congestión de tránsito entre los conquistadores, toda la gente se movió por aquí, ya que era un paso obligado entre la cordillera, los valles fértiles del Cauca y del Magdalena, de manera que es necesario ampliar el concepto de planificación teniendo presente que somos históricamente parte del Cauca y no de Antioquia, debido a que el límite estaba en el Rio Chinchiná, por lo que dependíamos de manera política, económica, eclesiástica y educativa, de Popayán. El centralismo manizaleño no permitió que Pereira tuviera colegios de bachillerato lo que generó que nos trasladáramos a Popayán o Santa Rosa, de manera que hicimos parte del Cauca Grande y, como tal, tenemos raíces históricas de esta parte sur del país. Igualmente, también tenemos herencia de sangre antioqueña, por lo tanto esa mezcla de la que hablaba Luis Carlos González, de paisas antioqueños, vallunos y tolimenses, es real y constituye una ecorregión mayor de la que estamos pensando, lo que conlleva a la necesidad de una planificación concordante con eso.
 J.A. ¿Cuál es su percepción respecto a los proyectos de integración de Aeropalestina y Tribugá?
 J.G.A.: Considero que son dos barbaridades sin ningún sentido; exponiendo el proyecto de Aeropalestina, lo asimilo como un sentimiento egoísta de 100 o 300 pasajeros de Caldas que viajan frecuentemente a la Capital de la República, y respecto de Tribugá, es un golpe muy fuerte para una ecorregión muy vulnerable, además de la inestabilidad de la cordillera, lo que ocasiona alto riesgo de derrumbes y, por otro lado, Tribugá se encuentra mucho más lejos de Pereira que Buenaventura.
 J.A. Pereira fue creciendo con determinados íconos, el aeropuerto es ejemplo de ello, ¿Cree que el aeropuerto Matecaña está bien ubicado?
 J.G.A: He sostenido toda la vida que podríamos haber tenido un aeropuerto de carácter regional en Cartago ya que está a muy pocos kilómetros de Pereira. Eso nos hubiera permitido tener vuelos mucho más fluidos y que se cerrara menos el aeropuerto, que ya lo tenemos en medio de la ciudad. Existen aeropuertos ubicados en la mitad de la urbe, por ejemplo el de Guatemala que queda a escasos metros de la embajada de Colombia, y otros casos de aeropuertos intraurbanos exitosos, pero siempre tendrán la característica de ser aeropuertos de corto vuelo. Lastimosamente, la administración decidió entregarle el aeropuerto al sector privado. 
J.A. ¿Qué opina sobre los recientes macroproyectos que se plantean en la ciudad?
J.G.A.:Considero que el Parque Ukumarí será un desangre para la ciudad debido a los dineros que se perdieron en los movimientos de tierra y negocios mal hechos. Aún así nos quieren hacer creer que Ukumarí será el gran atractivo para Pereira, pero realmente no tengo fe en que alguna persona vaya a tomar un avión desde Londres a Pereira para ver un miniparque zoológico, cuando existen gigantescos parques zoológicos en el mundo, con los cuales nos tocaría competir.  
J.A. ¿Cuáles son las propuestas que plantea para incentivar el atractivo turístico de la región?
 J.G.A.:Explotar las ventajas que tenemos de carácter mundial como la biodiversidad, ya que esta zona tiene la mayor variedad en aves y flora del mundo, lo que generaría un alto tráfico turístico e inspiraría a que personas de varias partes del mundo, como Japón, Inglaterra, Estados Unidos, visitaran la región para el avistamiento de aves, inclusive actualmente se encuentran muchos extranjeros con cámara mirando aves en la región; lo anterior se podría lograr sin requerir una inversión gigantesca, solo facilitando el transporte, alojamiento, guías turísticos, entre otros puntos sencillos, se podría generar un proyecto de gran impacto para la región, con el valor agregado de gozar de un factor humano realmente especial/ excepcional ya que nuestra gente es amable y acogedora, las fincas campesinas son bellas en su autenticidad y el paisaje es realmente hermoso.
 J.A. ¿Conoce alguno de los estudios de prospectiva que se han realizado en la ciudad?
 J.G.A.:Recuerdo que el primer estudio de prospectiva que conocí referenciaba que el Ingenio Risaralda no podría producir caña de azúcar, pero en la práctica resultó que los rendimientos del Valle de Risaralda son 30 o 40% superiores a los del Valle del Cauca; posteriormente se han realizado varios, pero ninguno funciona. 
J.A. ¿Cuál cree que deba ser  la vocación de Pereira respecto al Plan de Ordenamiento Territorial?
J.G.A: Por estar situado en el centro del país, se puede tomar como un centro de logística. Y exaltar el paisaje cultural cafetero ya que podemos ser un centro turístico que valga la pena.
Igualmente, hay una fuente importante en la parte comercial, ya que contamos con una mano de obra eficiente, como lo están demostrando Roberto Gálvez con su ensambladora de carrocerías y Marcial Navarro con su electrónica; es una ventaja que nos encontremos ubicados en el centro del país, en un cruce de caminos, que nos puede permitir ser un centro de distribución interesante.
 J.A. ¿Qué opina sobre el Paisaje Cultural Cafetero el cual hoy parece que no pasó del enunciado existiendo posibilidades de que se retire la marca?
 J.G.A.:Es posible que se retire la marca porque aunque es perfecta no le hemos brindado el cuidado suficiente. La exigencia es prestarle atención, defenderlo, establecer normatividades, implementar estrategias para que sea apreciado por el turista, por ejemplo implementar hospedajes en las fincas, que le permitan al viajero alojarse de una manera digna y bien atendido por los propios dueños de la casa, pequeños refugios para una o dos noches y, que así, los turistas tengan la posibilidad de disfrutar del paisaje y del ambiente de manera tranquila.
 J.A. ¿Cree que existe doliente del Paisaje Cultural?
 J.G.A.:Tanto en el sector privado como en el público estamos adoleciendo de gente como los que hicieron esta región, a los dirigentes de hoy “les falta mucho pelo pa’l moño”.
 J.A.¿Cuál es su lectura en relación con la planeación en el campo?
J.G.A.: Estamos obligando al cambio del uso del suelo, los prediales hacen que usted no pueda tener una finca, porque el costo de los impuestos sobre la tierra hace que mantener una producción agrícola sea imposible, por lo tanto la única forma es hacer casas, por cuenta de un sistema impositivo retardatario en contra del agricultor y del pequeño campesino. Antes Álvaro Gómez decía que “una finca cafetera era tan productiva como una finca de tulipanes en Holanda”.
Destruimos el café, no le dimos los impulsos que requería, tuvimos una burocracia apoltronada aprovechándose de los recursos que se ganaba el campesino y no le hemos devuelto nada al campo. En cierta ocasión frente al presidente Santos, le manifesté la importancia de subsidiar al campesino, no comprándole la cosecha por más de lo que vale sino generándole posibilidades de tener acceso a fertilizantes, tecnología, para que pueda aumentar su productividad, pero si la ayuda es pagar por el producto más de lo que vale lo que estaría propiciando es el contrabando.
Es notoria la necesidad de planificar el campo e integrarlo al sector urbano; si un campesino tiene una granja con seis u ocho árboles de naranjas, nadie le va a comprar medio bulto de naranjas. Cuando yo fui alcalde tomé la decisión de comprar dos camiones para que salieran por las veredas a comprar esa pequeña producción, que no tenía forma de llegar a los centros de consumo. 
J.A. El uso de suelo trae inmerso un conflicto de intereses; citando un ejemplo, hay zonas en Cerritos con escasez de servicios, inclusive no existe planta de tratamiento de aguas residuales, ¿cuál es su opinión frente a esto?
J.G.A.:Es verdad que no tienen alcantarillado, ya que es muy costoso llevar el agua y mantener un sistema de transporte eficiente pero, paralelamente, se está obligando al dueño de la tierra a que la vuelva casas porque de otra manera se la estamos expropiando; entonces, aparentemente, se quiere que todo sea urbano, porque la administración no colabora para que haya zona agrícola, además es necesaria la construcción de una planta de tratamiento para toda la ciudad, que esté incluida en los planes de desarrollo.
 J.A. Existen actualmente dos conceptos de ciudad: una para el ser humano y la otra para el automóvil, ¿Qué opina al respecto?
 J.G.A.:Existen muchas ciudades en el mundo que ya son para los seres humanos y no para los vehículos. Se transformaron para caminar o si acaso montar en bicicleta, ciudades que no pueden adecuarse para los automóviles, por ejemplo usted no puede coger el centro histórico de Ámsterdam o de cualquier pequeña ciudad de Francia, Italia o Suiza y construir allí grandes autopistas. De manera que podríamos ir pensando en la adecuación de zonas peatonales dentro de la ciudad. 
J.A. ¿Qué concepto tiene de la Renovación Urbana?
J.G.A.: La renovación urbana es el conjunto de acciones que le permiten a la ciudad ponerse en concordancia con las necesidades que le plantean las relaciones de los hombres; por lo tanto, la renovación no necesariamente se debe dedicar a transformar galerías de plátanos y pescado en galerías de arte, aromatizando así los mugrosos muñones de una época cuando la plaza de mercado era suficiente y adecuada para la tarea de intercambio que se le había encomendado.
La renovación debe englobar toda una estrategia para comprender el funcionamiento de la ciudad, lo neurálgico de las relaciones con el campo y sus vecinos, las modificaciones e intervenciones sobre el espacio; entonces se han de consultar autóctonos usos y costumbres, aunque modifiquen sustancialmente la estructura misma de la utilización del suelo tradicional.
 J.A. ¿Qué opina sobre los proyectos de renovación para la ciudad que actualmente se están implementando?
 J.G.A:Voy a referirme a dos proyectos de renovación urbana: el primero fue a partir de la política del traslado del zoológico y los planes para utilizar ese terreno, la cual fue diseñada para volverlo edificios y, entonces, considero que es un golpe mortal a los espacios públicos de Pereira; cuando la Sociedad de Mejoras tuvo el control de ese sector era un parque público y es un crimen para la ciudad volverlo un sector de edificios; el segundo se refiere al terreno donde hoy se encuentra el Batallón San Mateo, a ése también le están apuntando para volverlo dinero, cuando podría ser un gran pulmón verde de la ciudad.
 J.A.¿Como fue la adjudicación del terreno del Batallón San Mateo?
 J.G.A.: Es imperioso proteger los espacios verdes y los pocos bienes que tiene la ciudad que son rentables para que continúen siendo propiedad de la ciudad y no entregárselo al sector privado
Fue una operación de carácter comercial que tenía una cláusula restrictiva y resolutoria, no sé qué tanto valor tenga eso desde el punto de vista jurídico, legal, pero quien lo cedió lo hizo para ese propósito. Esa fue una idea de Leonor Botero y unas familias de la ciudad.
De esta manera, se forja una ciudad más humana para la gente, que no sea todo para el gran negocio, para el gran empresario, para las grandes superficies, hay que defender al microempresario, al talabartero, al zapatero, y no entregarle la ciudad a los 4 o 5 grandes capitales los cuales están devorando todo lo que hay en el intermedio y, así, les va a pasar lo que le pasó a Hitler cuando invadió la Unión Soviética, que sus tanques caminaron tan rápido que la infantería se quedó atrás y en ese espacio de la mitad se le metieron los adversarios. 
J.A.: ¿Cual creería que sería el nombre de la persona que más aportes ha hecho a la planeación en la ciudad?
 J.G.A.: Se deben mencionar algunas personas, tales como Rod Borgues, un profesor inglés que hizo su proyecto de doctorado aquí, él estudió bastante lo que estaba pasando desde el punto de vista urbanístico y político de la ciudad; Francisco Londoño, Julio Mendoza, Gustavo Orozco y yo también hemos tenido una participación importante en lo que tuvo que ver con el desarrollo de ciertos conceptos de ciudad.

Publicada por
JAIRO ARANGO GAVIRIA

domingo, abril 17, 2016

El #Horror de la 2a Guerra ...desde otra mirada

La Manipulación de la Historia #Historia #Manipulación

A Film Unifinished (2010)
Un documental sobre una película sin terminar que retrata a las personas detrás y frente de cámaras en el Guetto de Warsaw. El filme expone la exagerada manipulación cinematográfica que marcó la forma en la que hoy en día vemos imágenes históricas.
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(si el video desaparece... que es posible...sencillo... busquelo en YouTube) 

martes, marzo 15, 2016

La historia la escriben los vencedores ...¿?... solía suceder (Las víctimas olvidadas, crímenes de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial)

Por  marzo 15, 2016
- en http://culturacolectiva.com/las-victimas-olvidadas-crimenes-de-los-aliados-en-la-segunda-guerra-mundial/

La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado más sangriento de la historia de la humanidad, 60 millones de personas, civiles inocentes la gran parte de ellos, murieron víctimas de las balas, bombas o simple limpieza étnica; sin embargo, millones de personas más resultaron heridas, desaparecidas, con algún tipo de discapacidad física o emocional, cientos de barrios, aldeas y vecindarios se esfumaron en bombardeos inhumanos. También se registraron ocasiones en las que los crímenes de guerra no fueron un acto sólo de los Nazis, y los pueblos de Alemania, Japón e Italia sufrieron en carne propia el horror y locura que significan la guerra.
Como dicen por ahí, “la historia la escriben los vencedores” y la Segunda Guerra Mundial es muestra de el odio que existía. La tensión a la que fueron sometidos los soldados durante todo el conflicto era espeluznante; de lado soviético, saber que volverían a casa, quizás sin familia o un hogar que los espera, llevaron a estos hombres a cometer crímenes que hoy son eclipsados por tratarse de ciudadanos de países que fueron derrotados.
Hoy las víctimas de las masacres y bombardeos aún recuerdan el sentimiento, el ver a vecinos y conocidos carbonizados o llenos de disparos, nada en absoluto quitará los miedos, las pesadillas y el horror que millones de personas sintieron alrededor del mundo gracias al conflicto entre las potencias del eje y las aliadas, pero hoy no serán los reclusos en el campo de concentración, las famélicas familias en Leningrado, los habitantes del París ocupado o las personas asesinadas en masa en Nankin, sino los millones de inocentes que no simpatizaban con las ideas de Hitler, Mussolini o Hideki Tojo, pero que estaban al final en un lugar que muchos prefieren olvidar.

A continuación te presentamos algunas de las acciones más bajas que se cometieron durante la Segunda Guerra Mundial y que fueron olvidadas por muchos:
Violaciones en Masa

Segunda Guerra Mundial
Un crimen de guerra que buscaba hacer pagar a las mujeres alemanas las monstruosidades de las Wehrmacht en territorios ocupados, se calcula que más de 2 millones de mujeres habitantes del Tercer Reich fueron violadas sólo por tropas soviéticas, eso sin contar las que lo fueron por los estadounidenses y británicos en el momento de la ocupación, muchas de ellas prefirieron suicidarse ante la vergüenza. Mención aparte merecen los miles de abortos fruto de las violaciones.
Bombardeo de Dresde

segunda guerra mundial
La suerte de la guerra ya estaba echada, los alemanes habían sido derrotados en Stalingrado, Kursk y El Alamein, la mayoría de ciudades alemanas habían sido arrasadas por las bombas o el avance del Ejercito Rojo, Dresde no era un centro militar o industrial, era una ciudad culturas e histórica conocida por su belleza y canales como la Florencia del Elba, pero entonces británicos y estadounidenses bombardearon con todo lo que tenían a un ciudad sin defensas y llena de civiles (muchos refugiados de otras regiones). En ese ataque murieron más de 35 mil personas quemadas vivas la mayoría en tan sólo 3 días de ataques, los militares de ambos países atacaron sólo para asesinar civiles.
Hiroshima y Nagasaki

Hiroshima y Nagasaki
Uno de los mayores crímenes de guerra de todos los tiempos, una sola bomba en cada una de las dos ciudades acabó en cuestión de segundos con la vida de más de 250.000, la mayoría de ellos como siempre civiles inocentes, al día de hoy sigue siendo el único ataque nuclear llevado a cabo contra ciudades pobladas.
Masacre de Katyn

Masacre de Katyn
Entre abril y mayo de 1940, 21 mil polacos fueron asesinados por la policía secreta soviética, el ataque en conjunto tanto de la Alemania Nazi como de la Unión Soviética, fue demasiado para las fuerzas polacas que no tardaron en rendirse. Inmediatamente, Stalin mandó a ejecutar a miles de oficiales del ejercito rendido que se habían tomado prisioneros, así como soldados, intelectuales, dueños de fabricas y demás enemigos del estado.
Profanación de cadáveres japoneses

Profanación de cadáveres japoneses
Mientras conquistaban territorios del Pacífico, y producto de la fuerte campaña antijaponesa que se dio en Estados Unidos, los soldados norteamericanos creían que los habitantes del Imperio del sol naciente no eran humanos, por que decoraban sus tanques y bases con trozos de los japoneses muertos en combate en lugar de darles sepultura o entregar los restos, aún hoy se pueden encontrar miles de cráneos japoneses en territorio estadounidense.
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jueves, marzo 10, 2016

El cura y sus 12 apostoles

El cura de las dos biblias

Estaba por alcanzar los 60 años de edad cuando llegó al pueblo en un bus de línea y una maleta de cuero que arrastró hasta la residencia parroquial donde viviría. No daba la apariencia a primera vista de ser un cura cualquiera porque, entre otras particularidades, tenía dos biblias.
Revestido hasta los talones con su sotana negra, abrochada de arriba a abajo y desteñida por el uso y los años, Gonzalo Javier Palacio Palacio, llegó para servirle de ayudante al párroco principal de la iglesia Las Mercedes del pueblo de Yarumal, departamento colombiano de Antioquia. El nuevo sacerdote pronto cobró fama porque indagaba hasta el último detalle sobre cada uno de los pecados de los feligreses que iban a pedirle que se los perdonara en el ámbito secreto del sacramento de la confesión.
                  “Otra cosa que recuerdo de él es que tenía dos biblias: una, común y corriente, para las misas y en la otra, que llevaba a todas partes, había abierto un hueco entre las páginas para esconder un revólver Smith & Wesson, calibre 32, de seis tiros y cacha negra”, precisó un viejo campesino que acudió muchas veces a buscar la bendición del cura.
                  En los oficios religiosos tronaba desde el púlpito exhibiendo la Biblia de decir misa: “en este evangelio vemos muy claro que Cristo nos da a sus apóstoles el poder de perdonar los pecados. En ninguna parte dice que los cristianos deban pedirle perdón a Dios directamente. No, siempre deben pedírnoslo a nosotros, sus apóstoles”, rememoró el viejo campesino.
                  Recuerda que, como ningún otro cura, examinaba cada confesión con detenimiento para saber de ella hasta los más pequeños detalles. Podría decirse que con sus preguntas le hacía la autopsia a cada pecado hasta verificar si tenía rastro de algún delito secreto. “No le bastaba saber si uno había mentido, si uno tuvo un mal pensamiento, si uno juró en vano el santo nombre de Dios o si uno deseó a la mujer del prójimo. No, preguntaba de quién era hija la mujer del prójimo, dónde había estudiado, cómo se llamaba, dónde vivía y qué hacía exactamente ese prójimo”.
                  Otra peculiaridad del cura Palacio Palacio era que, en contraste con sus exhaustivos interrogatorios, “ponía penitencias muy cómodas. Usted podía confesarle, pongamos por caso, que se peleó con un vecino o que se robó un carro. Entonces, le preguntaba, eso sí, hasta el último detalle del vecino o del carro y al final simplemente daba la bendición y, cuando más, ponía de penitencia un simple padrenuestro”.
                  No obstante la serie de preguntas exhaustivas a las que sometía a sus feligreses, ellos preferían que él les tomara la confesión para verse recompensados con la simplicidad de sus penitencias.
                  Pero la predilección por este padrecito comenzó a disminuir entre la gente debido a que adoptó la costumbre perniciosa de pedirles a ciertos parroquianos fotografías de personas que fueran mencionadas en las confesiones y dejaba en suspenso el perdón de Dios hasta cuando el penitente cumpliera la orden celestial impartida a través de él.
                  Luego, el apóstol de Cristo comenzó a despertar sentimientos de pavor entre un sector del pueblo que descubrió cómo muchas de las personas por las que el cura preguntaba con sumo detalle en el confesionario eran asesinadas después por bandas de pistoleros, la Policía Nacional o el Ejército.
Llegó un momento en que ya nadie acudía al locutorio de su reverencia el padre Palacio Palacio y éste, extrañado por esa pérdida repentina de fe, salió a las calles y las cantinas del pueblo a indagar entre los feligreses acerca de por qué habían decidido esquivarlo.
“Su reverencia, a mí me dijo una señora que es que usted tiene muy mal aliento y por eso ahora prefieren confesarse con el párroco o ir hasta Santa Rosa”, recuerda que le mintió el viejo campesino cuando fue interceptado una mañana por el cura.
                  En medio del terror que sembró en la región un largo y creciente período de asesinatos de personas sobre las que Palacio Palacio había preguntado en la confesión, los miembros de la Policía Nacional en Yarumal comenzaron a amarrar cadáveres al parachoques delantero del carro de patrulla Nissan Patrol del destacamento para exhibirlos durante lentos recorridos por el pueblo.
                  Era 1990. Los paisanos no debieron hacer muchos esfuerzos para descubrir que un grupo de hacendados y comerciantes del pueblo, asociados con la Policía Nacional y el Ejército, estaban cometiendo asesinatos selectivos, llamados “limpieza social”, bajo la dirección principal del ganadero Santiago Uribe Vélez, hermano del controvertido político regional Álvaro Uribe Vélez, ambos hijos del extinto comerciante, ex socio de Pablo Escobar y supuesto comerciante de cocaína Alberto Uribe Sierra, a quien las influencias de su hijo Álvaro lo habían salvado de un pedido de extradición hecho por el gobierno de Estados Unidos.
                  Antes de poner en práctica la estrategia aterrorizante de exhibir al público los cadáveres de las víctimas de “Los doce apóstoles”, en expedientes judiciales quedó registrado que Santiago Uribe Vélez mandó renovar el carro de patrulla del destacamento usado para ello y lo hizo repintar con los colores reglamentarios, negro y blanco, que entonces distinguían a los vehículos de la Policía Nacional.
                  Las víctimas de la “limpieza social” eran, por lo común, drogadictos, prostitutas, homosexuales, izquierdistas, forasteros, trabajadores agrarios inconformes que denunciaban judicialmente a sus empleadores, protestantes, deudores morosos, ladrones, ateos, sospechosos de congeniar con el hampa guerrillera y, en general, todo aquel que fuera contrario a la decencia, la moral pública y las sanas costumbres cristianas.
                  Bajo el imperio del terror, Yarumal se convirtió, según se hizo costumbre reconocerlo, en un remanso ejemplar de orden, paz y seguridad con democracia.
                  Las indagaciones cautelosas que, sin embargo, hacía el pueblo para averiguar la realidad permitieron determinar que la organización criminal causante de tantos “beneficios de higiene social” era manejada por un consejo de once personas, más el mensajero de Cristo en Yarumal, su reverencia Gonzalo Javier Palacio Palacio: por eso se dio en llamarla “Los doce apóstoles”.
                  Las pesquisas que, con silencio y cautela, los pobladores comentaban en la clandestinidad y debatían en voz baja, les permitieron establecer que los asesinos que asolaban los campos de la región eran adiestrados por policías y militares en un sector de la gigantesca hacienda La Carolina, de los hermanos Uribe Vélez, situada entre los municipios de Yarumal y Santa Rosa de Osos, en el norte del departamento de Antioquia. El latifundio estaba dedicado principalmente a la crianza de toros de lidia.
                  La semana pasada, con una tardanza de 25 años, fue arrestado Santiago Uribe Vélez por la formación de esa banda criminal cuyas fechorías suman cerca de 300 homicidios. Fue una acción judicial inesperada que siempre impidió llevar adelante el eficiente poder saboteador que ha tenido sobre este caso Alvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia entre 2002 y 2010.
                  El propio ex presidente está enredado en el sumario matriz, compuesto por cerca de 13 mil folios, de los cuales guardo copia auténtica, a buen recaudo, en Nueva York. Distinguido con el número 8051 de la Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Fiscalía General de Colombia,  contiene abundantes denuncios, informes forenses, declaraciones de testigos reservados, investigaciones independientes, delaciones, confesiones de narcotraficantes, conceptos de organismos internacionales, organigramas, peritajes, informes oficiales acusatorios de distintas autoridades y enlaces a otros procesos penales en los que, de la misma manera, abundan los señalamientos directos contra Santiago y Álvaro Uribe Vélez por variados delitos de lesa humanidad atribuidos a “Los doce apóstoles”,  raíz y cimiento de lo que años después sería el gran ejército de los carteles del narcotráfico que, con más de 20 mil sicarios distribuidos en bloques paramilitares regionales, se conoció como Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
                  “La verdad sea dicha, para condenar a Álvaro Uribe no han faltado pruebas sino cojones”, sentenció en su cuenta de Twitter la abogada penalista de Bogotá Diana Muñoz.
                  Una de las masacres más repudiadas de “los doce apóstoles” fue la de la familia López, en la zona rural La Solita, del municipio de Campamento, próximo a Yarumal, en la que fueron asesinados seis campesinos, entre ellos dos niñas de ocho y once años, Yoli y Milena (ver foto). A un niño de ocho años, Darwin (ver foto), le perdonaron la vida para que contara cómo fue cometido el crimen múltiple y aterrorizara a la población con su relato. Este chico salvó a un bebé de brazos al que las balas de los asesinos lo rozaron por todos lados pero solamente recibió heridas menores con esquirlas de una granada de fragmentación lanzada por los asesinos.
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En la masacre participó el batallón Bárbula, de la IV Brigada del  Ejército Nacional, y los muertos, incluidas las dos niñas, fueron presentados como combatientes de las FARC.
La familia López supo que el Ejército y “Los doce apóstoles” habían decidido asesinarlos y durante un par de meses pasó las noches durmiendo a la intemperie escondida en las montaña. Luego abandonó su parcela campesina y se escondió en Medellín y Anorí pero regresó en la clandestinidad para saldar asuntos domésticos que habían quedado pendientes. Cuando todo estuvo en orden, los López se prepararon para huir del todo en una larga caminata que emprenderían en la madrugada, sanos y salvos.
Sin embargo, a partir de un par de desprevenidas confesiones de penitentes recibidas en el locutorio de la parroquia de Las Mercedes, de Yarumal, el cura Palacio Palacio ató cabos, dedujo que los López habían regresado a La Solita, bendijo a los confesantes, pasó la información a los asesinos y estos masacraron a la familia cuando acababa de beber una olla de café cerrero y se disponía a emigrar por las montañas en una marcha de varios días que intentó emprender antes de que brillaran las primeras luces del nuevo día.
Veinte años después, María Eugenia López, quien perdió a su familia en la masacre, supo que el cura Palacio Palacio daba misas en la parroquia del barrio San Joaquín, en Medellín, donde la iglesia Católica lo escondía de la justicia, y decidió buscarlo. Al entrar en la iglesia reconoció la voz del apóstol que rebotaba contra las paredes del ámbito sagrado, esperó que terminara la misa y lo encaró.
–Usted mató a mi familia –lo increpó María Eugenia.
– No sé de qué me está hablando –contestó el cura atolondrado.
 –Usted asesinó a mi familia, en La Solita, con el ejército y “Los doce apóstoles” –le gritó de nuevo María Eugenia mirándolo a los ojos.
–Lo que quiera saber pregúntelo en la Fiscalía, yo soy inocente –murmuró el cura con el aliento agitado y próximo a alcanzar los 80 años de edad.
– A usted lo apresaron el 22 de diciembre de 1995 y le encontraron el revólver que escondía entre una biblia y después quedó libre pero usted es un asesino –afirmó María Eugenia con un coraje que jamás en su vida había experimentado.
–¿Y es que yo no puedo tener un arma? –replicó el ahora anciano cura. Con el pulso tembloroso, sustrajo de un bolsillo de su sotana una navaja y desdobló la hoja bruñida y filosa –¿El que yo tenga esta navaja significa que la vaya a matar? –preguntó haciendo una embestida fallida hacia la garganta de María Eugenia, que la esquivó –¡Ese revólver me lo regaló el general Gustavo Pardo Ariza! (el que fue destituido por haber protegido a Pablo Escobar para que huyera de la cárcel en 1991).
– Yo no lo voy a perdonar a usted ni voy a olvidar lo que me hizo. Sólo quiero saber la verdad y que haya justicia –le exclamó María Eugenia al apóstol de Cristo que acababa de oficiar una misa y de errar un lance de puñal.

miércoles, marzo 02, 2016

MORAL PASADO PRESENTE Y FUTURO

4 "horrores" por los que las próximas generaciones van a condenarnos

  • 2 marzo 2016
Estatua de Cecil Rhodes en OxfordImage copyrightAFP
Image captionEstatua de Cecil Rhodes en Oxford.
Manifestantes en Sudáfrica y Oxford han reclamado la destrucción de los monumentos en honor de Cecil Rhodes, un hombre cuyas creencias y comportamientos son inaceptables en el mundo actual.
En este artículo de opinión el escritor y ensayista Adam Gopnik se pregunta si nuestra forma actual de vivir no será cuestionada también por las futuras generaciones.
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La controversia sobre la estatua de Cecil Rhodes en Oxford es algo que he seguido de cerca.
Debido a que Rhodes, una vez considerado un héroe del Imperio Británico, ahora es contemplado como un racista y un imperialista –ambas cosas muy malas– la idea general es que no debería ser honrado en una institución educativa.
¿Debemos derrumbar su estatua? Los franceses tienen una interesante expresión para hablar de la destrucción de cosas del pasado en busca de los valores del presente: il faut bruler ("hay que quemar").
¿Pero tenemos que quemar a Sartre o a Luis XIV o a Victor Hugo por algo muy importante en que se hayan equivocado?
No tengo ninguna simpatía por Rhodes, aunque pienso que esta clase de controversias pueden fácilmente transformarse en una suerte de inquisición.
Podemos hurgar en el pasado de cualquier figura histórica y encontrar algo desagradable para los parámetros de 2016.
Tráfico de esclavosImage copyrightGetty
Image captionLa esclavitud fue aceptada por años por líderes que hoy recordamos con próceres.
En el fondo yo pienso que deberíamos usar esas preguntas no para acusar moralmente a otros sino para evaluarnos moralmente a nosotros.
¿Qué actitudes o prácticas aceptamos despreocupadamente ahora como parte del necesario desenvolvimiento del mundo que serán vistas como algo horroroso en el futuro?
¿Qué estará en la lista cuando nuestros descendientes –más prístinos que nosotros– nos lean los cargos en nuestra contra? He llegado a una lista tentativa de cuatro de esos horrores.
No creo que esta sea la lista más correcta ni la más completa, ni siquiera opino que debemos "quemar" estas cosas, sólo que estas son prácticas que gente con inquietudes morales en el futuro puede encontrar curiosas de nuestro presente.

1. La crueldad detrás de nuestra comida

La primera es la crueldad generalizada contra los animales para conseguir comida. Esas granjas industriales, esa matanza industrializada.
Aunque mucho nos han dicho de estos lugares, seguimos alejando esta verdad de nuestros ojos.
Las condiciones de estos animales –pollos obligados a una vida de inmovilización, cerdos hacinados en jaulas y sacrificados en cintas de producción de pánico–pueden ser vistas por nuestros descendientes como algo tan atroz como nosotros vemos el tráfico de esclavos.
Criadero de pollosImage copyrightAlamy
Image captionLa crianza industrializada de animales de granja podría generar más de una pregunta en el futuro.
El hecho de que nos sentamos a comer filetes de ternera en una conferencia sobre ética (yo lo hice una vez) puede ser contemplado por futuras generaciones como algo tan brutalmente hipócrita como los dueños de esclavos en Estados Unidos hablando de libertad.
Mi idea es que –teniendo en cuenta que siempre comeremos otros animales– deberíamos plantearnos no solo cómo los consumimos sino también cómo los tratamos.
Un animal criado amablemente y sacrificado sin dolor me parece a mí un procedimiento correcto, pero estoy en minoría en mi propia familia, que la única carne que come es la de pescado, y quizás algún día pueda convertirme yo también.

2. El funcionamiento de nuestras escuelas

La próxima atrocidad moral que el futuro puede condenar es la crueldad hacia los niños en la escuela.
Claro que éste parece ser un pecado menor en relación con otras realidades mucho peores como la total ausencia de educación para muchas niñas en países islámicos.
EscuelaImage copyrightGetty
Image captionLa forma en la que funcionan nuestras escuelas merece repensarse.
Pero el sistema educativo occidental que aceptamos sin críticas es, después de todo, un remanente de un tiempo anterior, un síntoma actual de una reglamentación de la vida en el siglo XIX que también nos trajo el reclutamiento en masa y el entrenamiento militar.
Ya superamos la conscripción masiva pero seguimos muchas veces imponiendo un organigrama militar a nuestros hijos.
Damos como seguro que se beneficiarán de largas jornadas escolares y muchas tareas cuando no hay una pieza de evidencia que diga que esto es cierto y existe un gran cuerpo de evidencia que dice que es falso.
Seguimos pensando que es esencial y redituable despertar adolescentes bien temprano por la mañana, luego tenerlos sentados y quietos mientras escuchan lecciones por ocho horas para que luego hagan otras tres o cuatro horas de ejercicios en el hogar.
La evidencia sugiere que es la peor forma posible de educar a nadie, mucho menos a un chico de 15 años que necesita dormir mucho, libertad de pensamiento y mucho tiempo para escapadas creativas.
Steve Jobs Image copyrightGetty
Image captionJobs recordaba haber conocido a Shakespeare fuera de clases.
Escapadas como las de John Lennon y Paul McCartney, cuando se ausentaban de clase para tocar la guitarra, o las que recordaba Steve Jobs de su colegio en California, donde decía que conoció a Shakespeare y a las drogas, al mismo tiempo y quizás en la misma medida.
Nos dicen que las sociedades súper reglamentadas como las asiáticas nos van a dominar pero es Apple, inventada por aquel estudiante de Shakespeare y de las drogas, la que envía teléfonos para hacer en China, no al revés. Los avances genuinos vienen de gente y lugares extraños.
En el futuro, cuando los alumnos lleguen al colegio no tan temprano y les enseñemos matemáticas de la forma en que hoy les enseñamos deportes –con una metodología abierta, de manera grupal y autorregulada– quizás comprendamos que cada mente trabaja de forma particular y podremos ver nuestro actual sistema como algo descabellado.

3. Nuestro tratamiento de enfermos y ancianos

El tercer elemento de la lista que imagino causará preocupación en el futuro es nuestra crueldad con los enfermos y los ancianos en nuestro fetiche por la intervención quirúrgica.
La medicina moderna es casi una bendición pura y todo aquel que sueña con las certezas metafísicas de los tiempos medievales debería ser obligado a tratar a su familia con medicina del Medioevo.
Operación quirúrgicaImage copyrightAFP
Image caption¿Son los bisturíes elementos de fetiche?
Pero ninguna bendición es totalmente pura y sospecho que nuestra insistencia por masivas intervenciones de enfermedades postreras, nuestro apetito por válvulas cardíacas, rodillas y caderas artificiales e infinitos arregos de marcapasos, serán vistos por nuestros descendientes como prácticas tan fetichistas y confusas como nosotros vemos el apetito por usar sanguijuelas y desangrar pacientes del pasado.
Por supuesto que todos conocemos gente cuyas vidas han sido extendidas y mejoradas por articulaciones artificiales y marcapasos, pero nuestro sistema de salud está designado para que los doctores vean más los beneficios de las intervenciones que sus costos.
No hace mucho leía la declaración de un médico que decía lo siguiente sobre la aparentemente benigna práctica de la angioplastía para pacientes cardíacos: "No ha mostrado que extienda la expectativa de vida ni un día, mucho menos 10 años, y es hecha millones de veces al año en este país".
Cada generación se enfrenta con la mortalidad y cada generación subsiguiente mira hacia el pasado y tiembla ante las armas que el pasado usó en ese enfrentamiento.

4. Nuestras categorías sexuales

Por último sospecho que el futuro fruncirá el ceño ante cualquier forma de categoría sexual, excepto las que están basadas completamente en el abuso de poder.
Homo o hétero; bi o trans; número, clase o vicio; todo lo que importa es el consentimiento de dos personas capaces de decidir por sí mismos e informarse.
Oscar WildeImage copyrightGetty
Image captionLa historia de Wilde se ha reescrito varias veces en estos años.
Cuando Oscar Wilde fue condenado socialmente hace más de un siglo en Londres por tener sexo con hombres menores de edad que se prostituían, se volvió una figura demoníaca y tanto su vida como su carrera fueron destruidas.
Después de 50 años su persecución nos pareció intolerable y en la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX él fue visto como un mártir de la liberación homosexual.
Pero hace recientes 20 años la moneda volvió a girar, no por la homosexualidad sino porque la explotación de adolescentes con fines sexuales es vista hoy, correctamente pienso, como uno de los peores pecados.
Sospecho que en el futuro habrá más tolerancia a la diversidad sexual y menos tolerancia a la explotación de los indefensos.
Marcha gay en BogotáImage copyrightGetty Images
Image captionLa lucha por la igualdad de derechos todavía tiene camino por recorrer.
Y quizás ése sea el punto principal. La moralidad se vuelve más clara con el tiempo, no específicamente sobre qué está bien o está mal al momento de elegir libremente una pareja o la errónea forma de comer o de pensar, sino sobre qué es justo y qué no lo es en una relación de poder.
Si queremos una regla moral simple de aplicar a través de los siglos, ésta podría ser: mira quien necesita ayuda y ayúdalo. Eso siempre se ve bien en perspectiva.
Mientras, la curiosidad moral debería separarse de la histeria moral y cuando condenemos moralmente a nuestros ancestros deberíamos abrir nuestros oídos y escuchar los vagos sonidos de nuestros descendientes hablándonos de nuestras tristes verdades.