martes, enero 31, 2017

#Corrupción ... ¿es hora de aceptar que la elección popular, en general, es un error?

 | 2017/01/29 09:00 http://www.semana.com/nacion/articulo/colombia-es-uno-de-los-paises-mas-corruptos-del-continente/513539

La serpiente de la corrupción se comió a Colombia

El país era uno de los menos corruptos del continente, ¿qué pasó?
 La serpiente de la corrupción se comió a Colombia
En Colombia se vive en este momento lo que podría ser descrito como una histeria por la corrupción. No se habla de otra cosa. La indignación no es reciente, pero se ha intensificado en los últimos días con las revelaciones de los sobornos por 11 millones de dólares de Odebrecht. Esto se suma a otras, como el aumento de la condena a 24 años de cárcel para Samuel Moreno, por cobrar una comisión del 10 por ciento sobre un contrato de 67.000 millones de pesos de las ambulancias del Distrito, y la captura, el jueves, del alcalde de Riohacha, Fabio Velásquez, acusado de peculado. Para no hablar de la sucesión de escándalos de los últimos años: Saludcoop, Caprecom, Cafesalud, Reficar, etcétera.
Que haya corrupción no sorprende a nadie. La novedad es que se haya podido establecer en algunos casos concretos quién pagó esas comisiones, quién las recibió y a cuánto ascendieron.
Por ahora, solo se ha encontrado la punta del iceberg, pues la corrupción por lo general es muy difícil de detectar. En Colombia se ha convertido en endémica, pero curiosamente en el pasado no era tan indignante, a tal punto que el expresidente Julio César Turbay llegó a decir que “había que reducirla a sus justas proporciones”. Hasta que apareció el petróleo, Colombia era un país pobre donde había poco qué repartir. El gran cambio se dio por tres factores: 
1) La elección de alcaldes y gobernadores aprobada en la Carta Política de 1991. 
2) Las regalías producidas por las bonanzas de hidrocarburos. 
3) La creación de la circunscripción nacional para el Senado.
Hasta 1986 el presidente nombraba a los gobernadores y estos a su turno, tras consultarle, nombraban a los alcaldes. Esto significaba que la responsabilidad política estaba claramente concentrada, y eso hacía que los funcionarios fueran más cuidadosos si querian darle un zarpaso al erario. No es que todo fuera perfecto, pero la corrupción, comparada con la de hoy, era mas controlada. Hoy en día el voto popular elige los alcaldes y gobernadores. En muchísimas ciudades y municipios se forman roscas alrededor de estos para la contratación, algunas veces respaldadas por dineros ilícitos. Esas roscas se perpetúan en el poder bajo la premisa de “hoy por ti, mañana por mí”. En otras palabras, el grupo que impone al gobernador o al alcalde espera recuperar sus esfuerzos y su dinero por medio de contratos. Ese es el núcleo de la corrupción a nivel estatal hoy.
El segundo factor que alteró las reglas del juego es que el Estado, que era pobre, se volvió rico. Cuando el país dependía principalmente del café, las bonanzas les llegaban esencialmente a los caficultores. Con los hidrocarburos todo cambió. Por medio de las regalías y de la descentralización, los municipios y departamentos tienen ingresos propios que no están sujetos al control del gobierno nacional. De ahí que regiones del país donde antes no había más que ganado hoy tienen urbanizaciones, centros comerciales y mansiones como las que solo se veían en Bogotá. Ese desarrollo producido por fenómenos como el boom del petróleo, sin embargo, ha sido con frecuencia acompañado de un nivel escandaloso de saqueo y despilfarro de los dineros públicos.
Otro tentáculo de la corrupción en la política son las elecciones al Congreso. Desde que nació la circunscripción nacional para el Senado, cada aspirante tiene que buscar votos en todo el territorio nacional. En el pasado, un senador solo podía buscar votos en su departamento. Esa era una operación artesanal comparada con lo que hay que hacer hoy. Como compiten candidatos con presencia nacional, cada curul para el Senado se convierte en una minicampaña presidencial. En algunos casos las cifras invertidas para ser elegido senador en departamentos como Córdoba o Meta han llegado a superar los 20.000 millones de pesos. Y, como son muy difíciles de precisar, hay estimativos aún más altos. Una financiación de ese nivel solo se hace sobre la base de recobrarla a través de contratos. Y recuperar 20.000 millones de pesos requiere muchos de ellos. La dura disputa por el poder en las entidades territoriales no solo busca el control político, sino apropiarse de la contratación, que en un círculo totalmente vicioso, termina a su vez asegurando la permanencia en el poder de verdaderas mafias locales.
Algunos remedios han resultado peores que la enfermedad. El exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry acuñó el término “mermelada” para explicar que las regalías del sector minero se distribuirían de manera más adecuada. La ley que reformó la forma como se distribuyen esas regalías era sana y conveniente, pues la concentración de recursos en los departamentos ricos en minerales era inequitativa y se prestaba a gastos estrambóticos. Sin embargo, hoy la mermelada se ve como la versión del siglo XXI de lo que antes se llamaban auxilios parlamentarios. El gobierno nacional utiliza la aprobación de proyectos en las regiones, financiados con recursos de las regalías, para asegurar el respaldo de las bancadas en el Congreso. La debilidad y el desprestigio de los partidos y del Congreso impiden que estos cumplan su función natural de representar intereses, y relaciones clientelistas aprovechan esa ausencia.
La semana pasada se conoció un nuevo ranking sobre corrupción de la conocida ONG Transparencia Internacional. Las noticias no son buenas para Colombia. El país subió siete puestos frente a 2015 y ocupó el cuarto lugar en América Latina y el 90 en el mundo. Incluso Brasil, donde la corrupción arrasó con el gobierno de Dilma Rousseff, está en mejor lugar. Los autores de la investigación explican que los escándalos hicieron ver a los brasileños que las autoridades de vigilancia y control estaban funcionando. Y este trabajo mide la percepción de la gente sobre el fenómeno. Mejor localizados que Colombia están también Uruguay y Chile.
En vísperas de una nueva campaña electoral, todo indica que uno de los grandes temas de debate será la lucha contra la corrupción. Como mínimo, algunos aspirantes enfocarán en ese tema sus estrategias para ganar el apoyo del electorado. Por ahora picó en punta Claudia López, senadora de la Alianza Verde. Al lanzar su candidatura en diciembre, ella afirmó que busca una gran coalición contra ese problema. Parte de su propuesta es hacer un referendo para someter a los ciudadanos propuestas que, según ella, contribuirían a cortar las raíces de la corrupción relacionada con la política. Entre ellas, el deber de publicar las declaraciones de renta. También erradicar la mermelada, es decir, que los congresistas no participen en la definición y trámite de proyectos de inversión. Adicionalmente, penalizar la violación de los topes de gastos que la ley fija para las campañas electorales, que hoy en día nunca se cumplen.
Algunos de estos puntos ya están en la ley o han sido planteados en el pasado. Pero más allá del porvenir que pueda tener esta consulta popular, es un hecho que en la agenda pública, y en la inminente campaña, este será un tema crucial. El propio presidente Juan Manuel Santos volvió a sacar esta semana la fórmula de que la financiación de las campañas proselitistas sea totalmente estatal, para evitar que intereses privados puedan comprar compromisos de los candidatos. La receta ya se ha planteado y tiene aspectos positivos, pero también implica altos costos para el erario y no asegura que otros intereses sigan financiando campañas bajo la mesa.
Que el debate electoral gire en torno a la corrupción es una oportunidad para discutir propuestas útiles y adoptar ideas que han funcionado en otras partes. Pero también tiene el riesgo de que se hagan acusaciones sin fundamento que desborden los canales institucionales de la justicia, abonen el terreno para propagar mentiras o versiones interesadas, y desplacen la controversia sobre asuntos programáticos. Pero tanto la realidad como la percepción indican que los colombianos sienten que la corrupción los está asfixiando, y los dirigentes tienen la responsabilidad de dar soluciones efectivas y creíbles. 

Por si aún NO sabía .... así funciona la #Corrupción ...


'Las regiones están llenas de grupos Nule': Juan Martín Caicedo

El presidente de la CCI denuncia la corruptela en municipios y departamentos. Entrevista. 4:13 p.m. | 30 de enero de 2017 http://www.eltiempo.com/economia/sectores/entrevista-de-yamid-amat-a-juan-martin-caicedo-sobre-la-corrupcion-regional/16803390





El escándalo sobre corrupción en los contratos de la multinacional brasileña Odebrecht se ha limitado en Colombia a un tramo de la Ruta del Sol y se investiga el contrato de navegabilidad del río Magdalena. Pero, en el plano nacional, el escándalo no contamina la contratación en el país. Deja al descubierto sí una grave corruptela en gobernaciones y municipios, que el presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), Juan Martín Caicedo Ferrer, no vacila en calificar de “perversa”.
Él asegura que las contralorías “están podridas” y que urge la aprobación nacional del llamado “pliego tipo”, así como la financiación pública de las campañas. Denuncia que en la corrupción está comprometida la clase política y también la empresarial.
“En términos generales, los contratos, sobre todo los que se han adjudicado en los últimos años, van muy bien. Se han adjudicado con transparencia cerca de 20 vías dentro del programa de cuarta generación de concesiones viales, por un valor de 40 billones de pesos. Estamos haciendo inversiones anuales de 400 millones de dólares para optimizar la operación de los puertos marítimos. En aeropuertos, se adelanta una inversión cercana a los 3 billones de pesos para modernizar 48 terminales. Se avanza en la recuperación del ferrocarril Bogotá-Chiriguaná y también del Bogotá-Belencito, y el Gobierno se empeña en salvar el Tren del Pacífico. En síntesis, la corruptela de Odebrecht no detendrá la marcha de la infraestructura sana en el país”.
¿Cómo se ha logrado semejante avance sin ninguna queja?
Las carreteras para la prosperidad, los corredores de mantenimiento integral, las vías para la equidad, a cargo del Invías, han utilizado el esquema de los documentos estandarizados. Invías ha implantado la modalidad de un pliego-tipo. De alguna manera, es injusto entonces que la mancha de Odebrecht se descubra justamente cuando el país ha empezado a hacer las cosas bien en materia de infraestructura, especialmente en el nivel nacional.
¿El episodio Odebrecht es la única manifestación de corrupción?
No, de ninguna manera. Es grave, muy grave, lo que está sucediendo en las regiones. En un 76 por ciento la contratación de los departamentos está manejada para únicos oferentes, y en un 96 por ciento sucede lo mismo en los municipios.
¿Por qué ocurre ese fenómeno de corrupción?
Se están devolviendo favores políticos a través de la contratación en el nivel regional. Se han relajado en exceso las instancias de control regional, vale decir, las contralorías regionales. Se politizaron esas entidades. Se pudrieron. Los políticos que, de manera indebida, intervienen en la contratación de departamentos y municipios tienen cuotas políticas en dichas contralorías. En principio, estaríamos de acuerdo con el contralor general, Edgardo Maya, en el sentido de que se haga una gran reingeniería en torno a esos entes, para que no estén cooptadas y permeadas por la corruptela política. Son coto de caza de la politiquería.
Pero ¿cómo practicar lo que usted llama la reingeniería?
Hay que cambiar totalmente el esquema operativo de esas entidades. No es sano que nos quedemos sin control en las regiones. Si eso no es posible, estaríamos finalmente de acuerdo con que es mejor acabarlas.
¿Qué otros aspectos podría tener esa reingeniería?
La adopción de un pliego-tipo vinculante por ley de la República; eso haría más racional, fácil y revisable el trabajo de las contralorías.
Puntualmente, ¿qué es lo que pasa con la contratación en las regiones?
Se manipulan los requisitos habilitantes y los criterios para calificar, para que los pliegos conduzcan a un único oferente. Si se acaba tal perversidad, se abre el camino, además, a la presencia de muchos oferentes en los procesos licitatorios.
¿Por qué es tan tajante cuando afirma que las contralorías están podridas?
Porque están totalmente podridas. Hay un vínculo perverso entre política y contratación: el de los puestos y los contratos. Es un problema del sistema: el político que busca contratos lleva hojas de vida a las contralorías para que desde allí se protejan, con el silencio, los contratos corruptos. Por eso, lo que está sucediendo en las regiones no ha tenido freno ni control.
¿Cómo se puede corregir, enmendar o acabar semejante situación?
El presidente Santos ha hecho ya un buen un anuncio sobre el particular: acabar con la financiación privada de las campañas. La elección popular de alcaldes y gobernadores nos metió en una paradoja muy curiosa: ganamos en democracia, pero perdimos en transparencia. Lo que estamos viendo en muchos pueblos y en capitales de departamento es que el gamonal del territorio financia la campaña, pero a condición de que después se le retribuya con contratos. Como usted puede ver, lo que está fallando no es la ley; es un problema del sistema.
COMENTARIO DEL BLOGGER: Contradictorio: imposible decir que se ganó en democracia  si se pierde en transparencia: 
la transparencia perdida es la perdida de la democracia:
 han ganado las elecciones los corruptos con masas corrompidas ¿cuál democracia?
La aprobación del pliego tipo y de la financiación oficial de las campañas demora. ¿Cómo detener, mientras tanto, la corrupción regional?
Suena un poco romántico, pero no podemos seguir estimulando a la clase política con el argumento de que, si vota las leyes, las ordenanzas y los acuerdos, se le retribuye con puestos y contratos. Eso hay que acabarlo. Es una decisión de país.
Pero toda esta corrupción no existiría si no participa el sector privado...
Así es. Así como hay funcionarios corruptos, hay también contratistas corruptos. Estos últimos, generalmente, se acercan al funcionario proclive a la corrupción en busca de un ‘acuerdo’ para que se le otorguen contratos en determinadas condiciones, y la coima se reparte finalmente entre los dos. En otras ocasiones aparece un intermediario político –llámese concejal, diputado o congresista– que hace una especie de puente entre el contratista corrupto y el funcionario que también lo es. En este caso, la coima no se reparte entre dos sino entre tres.
¿Usted dice que la clase política está corrupta en materia de contratación?
De ninguna manera puedo generalizar. Hay sectores transparentes en la política. Pero, en términos generales, sí hay un fenómeno de corrupción propiciado por la clase política. Claro, juegan también contratistas privados que contribuyen con sus dádivas a la degradación del papel del servidor público que se corrompe.
¿Las coimas existen porque las admiten la clase política y el sector privado?
Evidentemente. En ocasiones, el origen de la contratación corrupta está en el sector privado. Ese es, por ejemplo, el caso del escandaloso y repudiable soborno ofrecido por Odebrecht a un funcionario.
¿La corrupción política no se origina en que las campañas electorales son costosas?
Claro. Hay que ponerles unos topes racionales a las campañas para que todo el mundo pueda competir en igualdad de condiciones. En la medida en que son costosas, se genera este vínculo perverso entre el funcionario elegido y el gamonal que después exige retribución por la financiación de la campaña, usualmente a través de contratos. Por eso, la financiación estatal de la política, con topes racionales al valor de las campañas, es un paso en la dirección correcta.
¿Qué es el pliego tipo? Porque una cosa es una carretera y otra, un puente...
Lo estandarizable no son las circunstancias técnicas de los proyectos. Cuando se habla de pliego tipo, se trata de un proceso contractual donde se estandarizan las condiciones habilitantes en materia de experiencia, de capacidad financiera y los criterios de calificación de los contratistas, para evitar así que lleguen únicos oferentes que terminan siendo los adjudicatarios de los contratos. Si hay pliego tipo, se les cierra la puerta a lo que hemos llamado los ‘pliego sastre’, hechos a la medida de un determinado interés. Es tal vez esta la gran modificación que amerita un ajuste a la Ley 80 de 1993.
¿Por qué ese paso no se ha dado?
Porque ha faltado una mayor convicción en los gobiernos de turno. El Vicepresidente y el Ministro de Transporte lideran un proyecto que cursa en el Senado, y que establece esta figura, la del pliego-tipo. Pero a veces uno siente angustia porque no se ve unanimidad dentro del Gobierno en relación con la bondad de este instrumento.
¿Por qué dice que no hay unanimidad en el Gobierno sobre el pliego tipo?
Colombia Compra Eficiente, que es la Agencia Nacional de Contratación, creada por el Gobierno para propugnar por las buenas prácticas en esta materia, no es muy amiga del pliego tipo, con un argumento que en el gremio que represento no compartimos. Según ella, hay que respetar la “autonomía” de las regiones y la “autonomía” de los funcionarios en los territorios.
¿La Agencia Nacional de Contratación?
Sí, la que maneja y dirige una profesional de los mejores quilates, la ‘Paca’ Zuleta. Ha sido la misma Corte Constitucional la que ha dicho que, tratándose de un interés nacional, como es en este caso la transparencia en la contratación, la autonomía de las regiones tiene límites y 11 fronteras. De manera que no es válido el argumento de la autonomía; si ese argumento fuera válido, estaríamos llegando a la conclusión de que en Colombia, la corrupción también es autónoma.
¿Hasta dónde son necesarias más y más leyes para frenar la corrupción?
Hay que tener cuidado con no jalarle mucho al fetichismo jurídico. El problema no está en las normas, es un problema del sistema, que no se corrige a través de cambios legales. Se corrige cambiando el comportamiento de los funcionarios y los contratistas. Mire usted, ¿qué pasó con el fenómeno Nule y qué pasó en esos contratos corrompidos? La génesis de estos no radica en fallas de la ley, sino en fallas de los funcionarios.
¿Las regiones están llenas de ‘grupos Nule’?
Desafortunadamente, sí, pero desde allá no son tan visibles. Tales grupos han cooptado la mayor parte de la contratación en las regiones. Son los mismos contratistas regionales desde hace 15, 20, 25 años. Son pequeños grupos Nule regados como una mancha de aceite por el país, y eso no es un problema de ley.
¿Los empresarios tienen claridad sobre el tamaño hoy del soborno?
Sí. Hace unos pocos años se hablaba en Colombia de que el funcionario se contentaba con una retribución o un soborno equivalente al 10 por ciento del valor del contrato. Esa suma asciende hoy en día, según una encuesta realizada por la Cámara que presido, al 14 por ciento del valor del contrato en los departamentos y al 15 por ciento en los municipios. Esto es un desangre.
¿Quiénes son los grandes afectados por la corrupción en la contratación?
Los contribuyentes, los usuarios de las obras y el inmenso grupo de pequeños y medianos empresarios –vale decir, las pymes de ingeniería–, que en Colombia son cerca de 90.000 empresas de bien que se han quedado por fuera de la contratación, por la práctica nefasta de los pliegos hechos para únicos oferentes, hechos a la medida. Esas pequeñas y medianas empresas se defienden hoy como subcontratistas de empresas mayores. Una encuesta realizada por la Cámara a mi cargo demuestra que casi el 50 por ciento de ellas, desde hace cinco años, no han podido contratar con el Estado. Eso es grave. No es justo que solo participen los grandes consorcios y queden por fuera las pequeñas y medianas empresas de ingeniería.
En el 2016, en 26 procesos llegaron 2.000 ofertas, para un promedio por oferta de 76 oferentes. Esto es una revolución silenciosa.
Celebramos que el propio alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, hubiese anunciado hace dos días su decisión de adoptar el pliego-tipo en las localidades de la capital. Recuerde usted la corrupción rampante evidenciada en esas localidades en el reciente pasado, hasta el punto de que una decena de funcionarios de la pasada administración capitalina están siendo investigados por tal motivo.
A pesar de Odebrecht, la infraestructura seguirá su marcha, pero tendremos que hacer una gran reforma del sistema político, no necesariamente de las leyes, si en verdad queremos que la plata de los colombianos no se la sigan robando los contratistas y los funcionarios corruptos. La campaña electoral que se avecina estará irremediablemente vinculada a ese imperativo.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO

sábado, enero 28, 2017

Los corruptos si tienen moral ...claro!... la doble, la triple!

CECILIA OROZCO TASCÓN 17 ENE 2017 - 9:00 PM en http://www.elespectador.com/opinion/corrupcion-odebrecht-sigan-pistas

Corrupción Odebrecht: sigan las pistas

Cecilia Orozco Tascón
Una estela de grabaciones revelada por periodistas entre los años 2009 y 2010 es el hilo conductor que llevaría a descubrir la identidad de todos los altos funcionarios del gobierno Uribe y de otros personajes sin cargo oficial, pero tan cercanos al presidente, que pudieron meterle mano, exitosamente, a la selección del grupo Odebrecht para la construcción de la famosa Ruta del Sol, la megaobra más importante del país, en años.
Por: Cecilia Orozco Tascón 
Desde luego, el análisis judicial de estas pistas regadas desde entonces sobre los sobornos multimillonarios que se concretaron en aquella época requiere, más que perspicacia, voluntad política, autoridad moral e independencia de los entes de investigación. Amanecerá y veremos quién pasa la prueba entre el fiscal Martínez, el procurador Carrillo y el contralor Maya, o si sus anuncios de “lucha contra la corrupción”, se reducen a la captura de un viceministro sin lustre nacional, de unos mandos medios y de uno que otro excongresista desprestigiado.  Por lo pronto, resulta útil recordar esas piezas que por haber sido registradas por la prensa, no pueden desaparecer ni ignorarse en los expedientes del caso:
-dando click sobre Grabación se va al audio-
Grabación 1.- 17 septiembre de 2009 (tres meses antes de la adjudicación). Video de la reunión de la cabeza del grupo aspirante a ser favorecido por el gobierno (Marcelo Odebrecht, hoy condenado en Estados Unidos), con el presidente Uribe, su viceministro Gabriel García (hoy capturado), su director del Instituto Nacional de Concesiones, Inco, Álvaro José Soto y su consejero para las Regiones, Miguel Peñalosa.
Grabación 2.- 21 de Septiembre de 2009. El ministro de Transporte Andrés Uriel Gallego, hombre de entera confianza del mandatario, publicó su escandalosa decisión de pedirle la “renuncia” al director del Inco Álvaro José Soto quien se aprestaba a anunciar la apertura de la licitación. A Gallego (q.e.p.d.) no le interesó —como se aduce ahora cada vez que alguien quiere justificar el nombramiento de un cuestionado— que no hubiera investigaciones ni condenas contra Soto. Cual alias Job, el protegido viceministro García llevó a la Casa de Nariño en horas nocturnas, tres grabaciones de conversaciones de supuestos contratistas con empleados del Inco. Hablaban de presuntas coimas a Soto por la adjudicación de otras obras El ministro Gallego encargó de inmediato a García de la dirección del Inco y, tres meses después, este entregó la Ruta del Sol a Odebrecht. El “denunciante” García que logró sacar al director del Inco recibía, entre tanto, US$6,5 millones de la firma ganadora.













Grabación 3.- Diciembre de 2009, diez días antes de la adjudicación.Gabriel García, viceministro y director del Inco encargado, se reunía también con el gerente del otro grupo que competía con los brasileros. Se trataba de Miguel Nule. En la grabación se escucha cómo García avienta, esta vez, al consejero para las regiones del presidente Uribe y, por un tiempo, también del presidente Santos, Miguel Peñaloza: “Como sea… me cagó en el proceso (de licitación) porque salgo diciendo que me están haciendo presiones el hijueputa de Miguel Peñaloza… no sabe que yo le conozco un cuento a él…”.
Grabación 4.- Diciembre de 2010. Entrevista del periodista Gerardo Reyes a Miguel Nule sobre reunión en Panamá, en noviembre de 2008 (cuando apenas se estructuraban las condiciones de la licitación) con Tomás Uribe, hijo del presidente.- Afirma Miguel Nule: “Guido, mi primo, me llama y me dice, tenemos una reunión con la gente de Odebrecht que nos invitaron (sic) el señor Tomás Uribe. Se habla de posibilidades de negocios en Colombia”. Pregunta el periodista Reyes: “O sea, ¿se los presentó (Tomás) a ustedes, a Odebrecht?” Responde Nule: “Sí”. P/: “Y ¿él ya conocía a los de Odebrecht?” R/: “Sí, pues, o sea, yo eso noté”. P/: “¿Cómo intervino el hijo de Uribe?”. R/: “Que le parecía que esta sería una buena asociación, que sería bueno para el país”. P/: “¿Odebrecht quería que ustedes se asociaran para presentarse?”. R/: “Exacto” P/: “¿Para una cosa específica, la Ruta del Sol”?”. R/ “Entre otras”.
Sigan las pistas, señores fiscal, procurador y contralor. Y encontrarán a todos los responsables… si quieren.