Estos 11 nombres mexicanos surgieron por malentendidos entre los españoles y los pueblos mesoamericanos
Los seguimos usando, aunque existen esfuerzos de eliminar los que tienen significados peyorativos
El español mexicano contiene cientos de palabras de orígen náhuatl y maya. Incluso algunas como chocolate, tomate, aguacate y coyote se usan en otros idiomas y países. Esto fue resultado de la mezcla de la cultura y lengua castellanas con las de las civilizaciones de Mesoamérica hace más de 400 años. Aunque la mayoría de estas palabras tienen significados similares o consistentes con su raíz, hay algunas que seguimos usando que derivaron de algún error o confusión en las primeras comunicaciones durante la Conquista de México. A continuación te explicamos el origen de 11 nombres de lugares y comunidades.
1. Cuernavaca: El nombre de la capital del Estado de Morelos nació de un error fonético. Los primeros habitantes bautizaron a esta lugar como Cuauhnahuac, que en náhuatl significa lugar rodeado de árboles o junto a los árboles (cuauitl: árbol nahuac:junto). Según datos del Instituto Nacional del Federalismo y el Desarrollo Municipal (Infaed), Hernán Cortés lo llamaba Coadnabaced en sus cartas al rey Carlos V. En sus crónicas, Bernal Díaz del Castillo usaba el nombre Cuautlavaca. A partir de esa última versión, el nombre se transformó en Cuernavaca. No existían vacas antes de la llegada de los europeos, pero la ciudad sí está rodeada de árboles.
2. Sonora: Existen por lo menos dos versiones sobre el origen del nombre del Estado norteño, pero ninguna está relacionada con el sonido o la música. De acuerdo a la más aceptada, según Infaed, un grupo de exploradores españoles bautizó el río Yaqui en ese territorio en honor a Nuestra Señora del Rosario, ya que el día de su llegada se celebraba a esa vírgen. Los opata, habitantes de la región, no pronunciaban la ñ, ya que en su lengua no existía la letra. Por esta razón, la palabra Señora se transformó en Senora y más tarde en Sonora. Otra versión proviene de los escritos de un sacerdote en 1730 que dice que el nombre proviene de la palabra en opata sonot, que significa pozo o cuenca.
3. Tabasco: Según el libro Nombres Geográficos del Estado de Tabasco, publicado en 1909 por el Gobierno Mexicano, Tabasco proviene de la frase en náhuatl Tla-aush-co, que significa lugar que tiene dueño. Los habitantes del lugar pudieron haber dicho esto a los conquistadores al llegar al territorio. Sin embargo, existen otras versiones como la del investigadores e historiadores del siglo XIX José Rovirosa y Alberto Correa, que la palabra proviene de tlapaco, que significa lugar donde la tierra está húmeda. Otra sugiere que su orígen es la palabra maya Taabscoob: fuimos juzgados o engañados. Todas son aceptadas por el Gobierno mexicano.
4. Yucatán: Una de las versiones más aceptadas del origen de este nombre se describe en el libro Nomenclatura geográfica de México, publicado en 1897. En sus textos, el franciscano Fray Bernardo de Lizana cuenta que cuando los conquistadores españoles llegaron a la región de la península preguntaron a los habitantes el nombre del lugar. Ellos respondieron en maya Ma'anaatik ka t'ann, que significa no entiendo o no te comprendo. Según el diccionario Etimologías Toponímicas Mayas, citado por Infaed, la respuesta también pudo haber sido yuuc catán que significa gargantilla o collar de jade. Los habitantes creyeron, según está versión, que los españoles preguntaban sobre los collares que tenían en las manos.
5. Chichimeca: Chichimecatl en náhuatl significa gente perra o que proviene de los perros. Este era el adjetivo que los mexicas daban a los nómadas que habitaban de la región norte y centro de lo que hoy es México. Era un sinónimo de bárbaros, usado para distinguirlos de los grupos militares de más prestigio, según un reporte del Instituto de Lingüístico de Verano (ILV), uno de los centros de estudios indígenas más antiguos de México. El nombre se normalizó y se transfirió al idioma español, ya que los mexicas eran el pueblo dominante en gran parte del territorio mexicano. Los descendientes de este grupo siguen llamándose a sí mismos chichimecas.
6. Huichol: El origen de esta palabra, usada para nombrar a una comunidad indígena wixárikas o wixaritari, aún no se sabe con certeza. En el siglo XX, el explorador francés Léon Diguet estudió a este pueblo que habita en partes Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas y encontró que el nombre tenía similitudes con huitcharika, que significa agricultor en su lengua tewi niukiyari. Esto pudo haber sido la respuesta que los habitantes dieron a los colonizadores españoles cuando preguntaron por su identidad. Esta comunidad se define a sí misma como wixárikas o wixaritari y tanto periodistas como antropólogos lo han adoptado.
7. Chontal: Los antiguos mexicas llamaban chontalli a los extranjeros o gente extraña, según un estudio de la UNAM. Esta palabra se transformó en chontal y se usa para definir a dos grupos étnicos: los chontales de Oaxaca y los chontales de Tabasco, que no están relacionados entre sí. Los de Oaxaca se llaman a sí mismos slijuala xanuc, que significa habitante de las montañas. Los de Tabasco, también conocidos como chontal maya, son los yokot'anob o los yokot'an: el que habla la lengua verdadera.
8. Otomí: A esta palabra se le atribuyen dos significados en náhuatl: flechador de pájaros o pueblo sin residencia, según un documento de la Secretaría de Desarrollo Social. Se usa para identificar a un grupo que habita en la zona del Altiplano mexicano, principalmente en el Estado de México, Puebla, Guanajuato, Guerrero y Michoacán. Su nombre real es hñänñu (se pronuncia ñañú). Jacinta Francisco, la mujer que fue encarcelada por un secuestro que nunca cometió, es parte de este grupo.
9. Parachico: Así se les llama a un grupo de danzantes enmascarados típicos de las festividades de enero en Chiapa de Corzo (Chiapas). Según la tradición oral, registrada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el nombre proviene de la frase "para el chico", que María de Angulo, una señora española adinerada, dijo a los pobladores de la región cuando pedía un remedio para su hijo enfermo. Ellos realizaron una danza para alegrar al niño y probablemente creyeron que la mujer les había dado el nombre parachico. La danza se realiza cada año y es considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por UNESCO.
10. Popoloca: Al igual que chichimeca y chontal, popoloca era un término peyorativo de los mexicas para referirse a un grupo. En este caso, lo usaban para un grupo que habitaban en la zona de Tehuacán (Puebla) llamado realmente ngiwa. En náhuatl, popoloca se usa para describir un sonido burbujeante o poco claro, según un reporte del ILV. Al no entender la lengua ngiwa, los mexicas los llamaron así por balbucear o decir incoherencias, a su parecer. Este nombre también fue adoptado en el idioma español.
11. Tlapaneco: En náhuatl, esta palabra significa el que viene de Tlapa (ciudad en la región montañosa de Guerrero). Tlapa viene de la palabra tlapalli o tlapaqui, que significa lugar donde se tiñe o lugar de tierra roja, según un documento del Gobierno de Guerrero. Los habitantes de esa zona se llaman así mismos me’ phaa y desde 1985 promueven un movimiento para la eliminación del término tlapaneco, ya que lo consideran un sinómino de gente de cara suicia o el que está pintado de la cara, de acuerdo con un estudio de la UNAM.
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