sábado, noviembre 29, 2014

Privados+Corrupción

Lunes 17 de Noviembre de 2014 - 02:01 AM
El que esté libre de culpa....
...que tire la primera piedra. Es lo que dice Jesús a quienes acusaban a la mujer adúltera, según nos dice el Evangelio de San Juan.
Este fue el fondo de la reflexión que puso valerosamente sobre el tapete, un distinguido empresario nuestro, en reciente reunión de dirigentes del sector privado, académico y periodístico, seriamente preocupado por lo que hoy se considera por muchos, como la verdadera y más grave epidemia que ha padecido la humanidad a través de todos los siglos: la corrupción.
Aquí y allá. En todas partes. En los apartados municipios y en las capitales. En el tercer mundo y en los países desarrollados. Se escapan muy pocos países de este flagelo, según análisis de organizaciones especializadas.
Y lo que de allí resultó, es que se impone un autoexamen de nuestra posición individual como empresarios y también como gremios, frente al problema. Porque lo que vemos y hacemos es utilizar el dedo acusador, señalando que el fenómeno existe siempre en el sector público o en instituciones donde es más frecuente y necesaria la contratación. Y parecemos olvidar algo tan elemental y lógico como que, para que exista la corrupción se necesitan dos: el que recibe y el que corrompe.
imagen de http://cavernadeltoposauro.blogspot.com/2011/10/gobierno-o-sector-privado.html
Y es allí donde los asistentes al mencionado diálogo queríamos llegar. A proponer valerosamente un autoexamen para, a partir de allí, generar un pacto firmado con el alma para atacar el fenómeno donde nace, que es en quien corrompe y no donde culmina, que es en el funcionario corrompido.
Porque, desde la perspectiva gremial tenemos que reconocer, con dolor y vergüenza, que los pliegos amañados, los presupuestos inflados, las exigencias extrañas con nombre propio, nacen en los escritorios de miembros de nuestras comunidades gremiales o de quienes, debiendo estar en ellas por derecho, no se vinculan a estas para no tener que mirar a la cara a colegas víctimas de sus arreglos.
Y viene entonces la pregunta crucial. ¿Y esto como se combate? ¿Qué debemos hacer para extirpar el cáncer? Pues educando, dicen los académicos, algo en lo que coincidimos todos, pero anotando tambièn, que es preciso hacer algo más. Y hacerlo ya. Porque la enfermedad avanza y está matando esta sociedad nuestra. Y surge entonces como un grito, como un alarido, el angustioso llamado al auto examen y a la imperiosa necesidad de establecer un compromiso con la sociedad y con nosotros mismos.
Por lo pronto, que quede esta reflexión y este llamado: ¿tengo yo derecho a reclamar pureza en la contratación pública, si he participado también en corromperla? ¡Puedo señalar a otro, solamente si estoy libre de culpa!
Fernando Agudelo Velasco
Presidente Ejecutivo
Publicada por: Comité Intergremial

en http://m.latarde.com/opinion/columnistas/142318-el-que-este-libre-de-culpa 

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