Cuánta gente se necesita que salga a protestar para derrocar un gobierno (según la ciencia)
David EdmondsBBC World Service 20 septiembre 2020
La lucha de los sindicatos
agrupados en Solidaridad en Polonia en la década de 1980; el movimiento
anti-apartheid en Sudáfrica; el derrocamiento del presidente serbio Slobodan
Milosevic; la Revolución del Jazmín que forzó la salida del presidente tunecino
Zine al-Abidine Ben Ali y desencadenó la Primavera Árabe...
Todos estos son ejemplos de movimientos populares que
culminaron con un cambio político sustancial.
Y el último en
ser noticia está en Bielorrusia, donde decenas
de miles de personas han salido a las calles en las últimas semanas tras unas
polémicas elecciones en las que el presidente Alexander Lukashenko se adjudicó
la victoria.
Las autoridades han reaccionado con brutalidad: muchos
manifestantes han sido arrestados y hay numerosas denuncias de torturas a manos
de la policía.
Derechos de autor de la imagenREUTERSImage captionLas protestas en Bielorrusia han movilizado a mucha gente. ¿En
cantidades suficientes?
A pesar de
esto, sin embargo, el movimiento de momento se ha
mantenido fundamentalmente pacífico.
Pero, ¿cuán probable es que tenga éxito?
Lecciones de la
historia
Una buena forma de evaluarlo es mirando la historia.
Que es lo que
ha hecho la politóloga de Harvard Erica Chenoweth.
La profesora Chenoweth ha centrado su trabajo sobre
todo en protestas contra dictaduras, no democracias.
A diferencia de
los demócratas, los dictadores no pueden ser
destituidos mediante el voto popular. En una democracia, si una
política es impopular, otros políticos pueden ser elegidos con la promesa de
abolirla. No existe tal mecanismo en una dictadura.
Derechos de autor de la imagenKRIS SNIBBE / HARVARD GAZETTEImage captionLa politóloga de Harvard Erica
Chenoweth ha estudiado la efectividad de las protestas.
Estas definiciones, sin embargo, son a menudo
cuestionadas. ¿Dónde está la frontera entre democracia y dictadura? A menudo,
de hecho, hay todo un espectro: un sistema político puede ser más o menos
democrático.
Y también está
el problema de cómo se clasifica la violencia y la no
violencia.
¿Los ataques a la propiedad deben considerarse
"violentos"? ¿Qué pasa con las personas que gritan insultos racistas
pero sin agresión física? ¿Qué pasa con los actos de autosacrificio, como la
autoinmolación o las huelgas de hambre? ¿Son violentos?
Las ventajas de
la no violencia
A pesar de estas dificultades de categorización,
existen algunas formas de protesta que son claramente no violentas y otras que
son claramente violentas.
El asesinato es claramente violento. Las
manifestaciones pacíficas, las peticiones, los carteles, las huelgas y los
boicots, las sentadas y las huelgas no son violentas.
De hecho, según
una clasificación bien conocida, existen 198 formas de protesta no
violenta.
Y al analizar
cada movimiento de protesta sobre el que había datos suficientes, desde 1900
hasta 2006, Erica Chenoweth y Maria Stephan llegaron a la conclusión de que un
movimiento tenía el doble de probabilidades de éxito si
no era violento.
La siguiente pregunta entonces es: ¿por qué?
La respuesta
parece ser que la violencia reduce la base de apoyo de un
movimiento, mientras que mucha más gente se une activamente a las
protestas no violentas.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa no violencia atrae a mucha
más gente a las manifestaciones.
La no violencia es generalmente de menor riesgo,
requiere menos capacidad física y ningún entrenamiento avanzado.
Y, por lo general, también requiere menos tiempo.
Por todas estas
razones, los movimientos no violentos tienen mayores tasas de participación de
mujeres, niños, ancianos y personas con discapacidad.
Pero, ¿por qué importa esto?
Bueno, tomemos
la llamada Revolución Bulldozer contra Slobodan Milosevic.
Cuando los soldados fueron entrevistados sobre por qué nunca apuntaron con sus
armas a los manifestantes, explicaron que conocían a algunos de ellos. Se
mostraban reacios a disparar contra una multitud que contenía a sus primos, amigos o vecinos.
El 3,5%
Obviamente, cuanto mayor sea el movimiento, más
probable es que los miembros de la policía y las fuerzas de seguridad conozcan
a algunos de sus participantes.
Y Erica
Chenoweth ha dado una cifra muy precisa de cuán grande debe ser una
manifestación antes de que su éxito sea casi inevitable: esa cifra es el 3,5% de la población.
Puede parecer un número pequeño, pero no lo es.
La población de
Bielorrusia, por ejemplo, es de poco más de nueve millones, por lo que el 3,5%
supera los 300.000. Y se estima que en las grandes manifestaciones en
la capital, Minsk, participaron decenas de miles, quizás hasta 100.000 (aunque
la agencia Associated Press una vez las estimó en 200.000).
La regla del 3,5% tampoco es estricta.
Muchos
movimientos tienen éxito con tasas de participación más bajas que esta, y uno o
dos fracasan a pesar de contar con el apoyo de las masas:
el levantamiento de Bahréin de 2011 es uno de esos ejemplos que cita Chenoweth.
Menos efectivas
Los datos originales de Chenoweth llegan hasta 2006,
pero la académica acaba de completar un nuevo estudio que examina los
movimientos de protesta más recientes.
Y aunque sus
últimos hallazgos generalmente refuerzan la investigación inicial, que muestra
que la no violencia es más efectiva que la violencia, también ha identificado dos nuevas tendencias interesantes.
La primera es
que la resistencia no violenta se ha convertido, con mucho, en el método de lucha más común en todo el mundo,
mucho más que la insurrección armada o la lucha armada.
De hecho, entre 2010 y 2019 hubo más levantamientos no
violentos en el mundo que en cualquier otra década de la historia registrada.
Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLas protestas de Argelia en 2019 obligaron a dimitir al presidente Bouteflika.
La segunda
tendencia es que la tasa de éxito de las protestas ha
disminuido.
Ha caído drásticamente en lo que se refiere
movimientos violentos: actualmente alrededor de nueve de cada diez movimientos
violentos fracasan, dice Chenoweth.
Pero la protesta no violenta también tiene menos éxito
de lo que solía.
Antes,
alrededor de una de cada dos campañas no violentas tenía éxito; ahora es
alrededor de una de cada tres.
Aunque, por supuesto, también se han producido algunos
éxitos desde 2006.
Por ejemplo, el
presidente sudanés Omar al-Bashir fue
depuesto en 2019. Y unas semanas más tarde, el malestar popular obligó a
dimitir al presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika.
Pero estas
salidas son cada vez más raras.
¿Por qué?
Bueno, podría haber muchas explicaciones, pero una parecería ser el impacto de doble filo de las redes sociales y
la revolución digital.
Durante unos años, parecía que Internet y el auge de
las redes sociales habían proporcionado a los organizadores de protestas una
nueva y poderosa herramienta, facilitando la transmisión de información de todo
tipo: por ejemplo, dónde y cuándo reunirse para la próxima marcha.
Pero los
regímenes despóticos ahora han encontrado formas de darle la vuelta a esa arma y de usarla contra sus
oponentes.
Derechos de autor de la imagenREUTERSImage captionLos gobiernos despóticos también utilizan la tecnología.
"La organización digital es muy vulnerable a la
vigilancia y la infiltración", dice Erica Chenoweth.
Y los gobiernos
también pueden utilizar las redes sociales para hacer propaganda
y para difundir desinformación.
Lo que nos lleva de regreso a Bielorrusia, donde los
teléfonos de los manifestantes detenidos son examinados de forma rutinaria para
establecer si siguen los canales de la oposición en la aplicación de mensajería
Telegram.
Cuando las
personas que manejan estos canales han sido arrestadas, Telegram se ha
apresurado a cerrar sus cuentas con la esperanza de hacerlo antes de que la
policía haya podido verificar la lista de seguidores.
¿Podrá el presidente Alexander Lukashenko aferrarse al
cargo? ¿Realmente conseguirá sobrevivir ahora que está tan claro que existe una
oposición tan generalizada a su gobierno?
Tal vez no.
Pero si la historia sirve de guía, es demasiado pronto para
descartarlo.
De:_ https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-54217696
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