CLARA LÓPEZ OBREGÓN
Presidenta Polo Democrático Alternativo
El texto de la comunicación dirigida al Comité Ejecutivo Nacional del Polo Democrático es el siguiente:
Nos encontramos reunidos en el Comité Ejecutivo Nacional después de un largo receso dictado por la necesidad de mantener la unidad del Partido ante la agria polémica desatada por las decisiones de la segunda vuelta presidencial y para lo cual los sectores involucrados, de común de acuerdo, aceptamos los buenos oficios del Dr. Carlos Gaviria Díaz, a quién debo reiterar el reconocimiento del Partido, por servir como siempre a la causa de la unidad, que hoy nos permite sentarnos a deliberar como copartidarios, con diferencias, pero en respeto y reconocimiento mutuo. A los demás sectores, no partícipes en la discrepancia, también hago llegar nuestros agradecimientos por su comprensión y sus aportes constructivos en este debate.
Desde un comienzo, planteamos la necesidad de que conjuntamente, todos los sectores, suscribiéramos una declaración reconociendo que teníamos diferencias y comprometiéndonos a discutirlas en un ambiente de deliberación serena, encaminado a reducir distancias y a darle tranquilidad al partido respecto de nuestro compromiso de mantener y fortalecer la unidad. Desafortunadamente, esta propuesta de los compromisarios Jaime Dussán, Tarsicio Mora, Carlos Romero y Julio Cesar Mancera no fue aceptada por nuestra contraparte en las conversaciones mediadas por el Dr. Gaviria, representada por los compañeros Gustavo Triana, Wilson Borja y Lilia Avella. A pesar de haberla convenido en las últimas reuniones sostenidas directamente con Gustavo Triana y el Dr. Carlos Gaviria, no fue posible concretar dicha declaración.
LA POLÉMICA
Debo empezar por señalar que esta polémica viene incubándose en el Polo de tiempo atrás y que solamente ahora hace erupción, agravada por ingredientes subjetivos de nuestra cultura patriarcal que seguimos luchando por superar. Tenemos declaraciones firmadas que encubren debates aplazados en varios temas, entre los cuales señalaría como prioritarios (i) la actitud del Polo frente al proceso de Paz, (ii) la política de alianzas y (iii) la forma de hacer oposición en cada coyuntura. A los problemas sustanciales debo adicionar la dificultad que presenta la cultura dogmática entre nosotros que se traduce en un estilo ofensivo en la discusión interna que hace difícil la deliberación democrática.
PROCESO DE PAZ
Subyacente al calificativo de que el voto por Juan Manuel Santos que lideramos varios integrantes de este Ejecutivo fue un error histórico,[1] considero que se encuentra la discusión, aplazada tantas veces desde el mes de abril de 2012, sobre cómo debe manifestar el Polo su apoyo al proceso de Paz de La Habana. En esa oportunidad, convinimos un texto de declaración en el que apoyamos todas las iniciativas de paz, pero no marchamos por haber sido invitado el Presidente Santos a participar en la movilización que resultó masiva. Retrospectivamente, pienso que nos equivocamos. Nuestra oposición a Santos primó sobre la necesidad de fortalecer el apoyo al proceso de paz. Claro que ahí también estaba el ingrediente de nuestras divergencias y fracturas con otros sectores de la izquierda que tampoco hemos superado. La realidad es que hoy todavía no tenemos un consenso real sobre cómo participar en la Paz. Ese debate debemos darlo, con respeto por las distintas posiciones, buscando campo común e identificando las divergencias para manejarlas de la mejor manera y en democracia.
LA POLÍTICA DE ALIANZAS
Un segundo tema en que tenemos discrepancias es sobre la manera como debemos cumplir el mandato de nuestro ideario de unidad de “avanzar en el proceso de unidad de las fuerzas de izquierda de nuestro país”. El III Congreso ordenó al Partido conformar una amplia convergencia democrática para afrontar el debate electoral de 2014, tema que sigue vigente para laselecciones del año entrante.
Los compañeros del MOIR interpretaron que la Convergencia Nacional aprobada por el III Congreso se refería a una amplia confluencia de sectores sociales, incluidos los empresarios nacionales, quienes ellos privilegiaban para la fórmula vicepresidencial del Polo Democrático Alternativo. Acepté que hicieran la experiencia de invitar a algunos candidatos para esa posición. Conociendo de cerca el anticomunismo que se vive en esos sectores, tuve siempre el convencimiento de que la oferta sería agradecida pero rechazada discretamente como efectivamente sucedió. Aurelio Suárez viajó a Cali a convencer a Emilio Sardi, un dirigente empresarial conservador, enemigo del TLC, Vicepresidente de la Empresa Tecnoquímicos, quien después me manifestó que se sentía muy honrado pero que no estaba en condiciones políticas de aceptar. Hoy les pregunto, ¿habríamos logrado los dos millones de votos de la primera vuelta con una fórmula vicepresidencial del empresariado nacional?
Pienso que no. Siempre privilegié y seguiré privilegiando la fórmula de la izquierda. En el proceso hubo varios otros ofrecimientos a distintas personalidades de las que di cuenta a este Ejecutivo, pero ninguna aceptó. Finalmente, después de las elecciones parlamentarias, llegamos a un acuerdo con Aída Avella que se votó en este Ejecutivo. En conversaciones previas a la sesión en la que se tomó la decisión, los sectores hoy enfrentados convinimos zanjar nuestras diferencias mediante el voto y así se hizo. Con todo, el senador Robledo afirmó que no compartiría tribuna con Aída Avella, lo que sólo corrigió en el último momento, al hacerse presente en el evento de cierre de campaña en Bogotá.
Tenemos dos visiones distintas sobre el tema de las alianzas. Debemos dar el debate y resolverlo democráticamente porque todos los días surgen interrogantes sobre cómo actuar y nos puede estar dejando el tren. Un tema es el del Frente Amplio en materia política que se está conformando. En varias misivas me acusan de participar en él sin permiso del CEN. Efectivamente fui invitada pero no he aceptado participar hasta tanto no tomemos las decisiones colectivas del caso.
Con todo, hemos conversado con casi todos los sectores de la izquierda y también con dirigentes progresistas del Partido Liberal. En las discusiones surge la inquietud de ¿Cómo vamos a afrontar la amenaza de la ultraderecha? Zuluaga ganó en 622 municipios del país. La pregunta es: ¿Vamos a hacer alianzas para detener el avance de esa ultraderecha opuesta al proceso de paz que se deberá ejecutar en los territorios? Esa decisión no da espera y participaré en ella defendiendo la más amplia convergencia a partir de la unidad de la izquierda pero yendo más allá de ella, en función de la paz, de la democracia y de la ruta hacia los cambios que hagan que una y otra sean sostenibles.
Ante las maledicencias que no faltan entre nosotros, quiero afirmar que nunca he hecho alianzas con paramilitares o parapolíticos, que nunca las he contemplado ni las contemplaré. Sin falsa modestia, según el presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de entonces, doctor Mauro Solarte Portilla, el proceso de la parapolítica que condenado ya a 5 docenas de parlamentarios, se debió a la denuncia que instauré y que indicó el camino para acumular en solo proceso todas las investigaciones en curso.[2]
EL EJERCICIO DE LA OPOSICIÓN
He afirmado en prácticamente todas las entrevistas, declaraciones y discursos pronunciados después de la primera vuelta presidencial que nuestro partido se mantiene en la oposición. He publicado un libro, La izquierda democrática actúa, donde se recopilan los principales documentos que permiten constatar los planteamientos de los distintos actores y desde luego, los míos. No tenían que esperar a que mi nombre no apareciera en el gabinete del Presidente Santos para conocer mi actitud, tantas veces reiterada. [3]
El ejercicio de la oposición no es un fin en sí mismo, sino un medio para afianzar la alternativa que enarbola el programa que defendemos, forjar una nueva mayoría y llegar a ser Gobierno. Por ello, la oposición debe responder en cada coyuntura, a las condiciones concretas cambiantes que se presenten. Somos un Partido en oposición y no de oposición permanente. Si algo mostró el debate electoral es que podemos ser Gobierno y debemos prepararnos para ello desde la oposición. Por ello he afirmado en distintos foros y espacios de libre examen que debemos hacer una oposición propositiva e inteligente, con interlocución política abierta, sobre la mesa, con el Gobierno y con los distintos actores de la vida nacional.
OPOSICIÓN PROPOSITIVA
En primer lugar me referiré a por qué abogo por una oposición propositiva haciéndole la pregunta a quienes tomaron ofensa con esta caracterización y la consideraron hasta antiestatutaria, ¿Qué tiene de incompatible el ejercicio de la oposición con la formulación de propuestas? Lo hicimos Aída y yo con buen resultado en la campaña presidencial, donde quedó claro que somos Alternativa, que tenemos legítima y plausible vocación de llegar a gobernar.
OPOSICIÓN INTELIGENTE
Más controvertido al interior del Partido resultó el concepto de la oposición inteligente, que lo debe ser siempre pero particularmente ahora que abordamos una coyuntura diferente a la que estábamos acostumbrados cuando orgullosamente repetíamos que éramos el único partido en la oposición. En esta nueva etapa, coexisten dos oposiciones diametralmente opuestas entre sí.
Además de la oposición de izquierda, donde nos ubicamos nosotros, ha surgido y con mucha fuerza electoral, una oposición de derecha que calificaría de extrema y en algunas de sus actuaciones, hasta de no institucional, como lo es proceso de desestabilización que promueven en los cuarteles. Nos corresponde actuar con cuidado porque, como en el resto del continente, avanza una restauración conservadora de la extrema derecha frente a los gobiernos de corte progresista y de izquierda y, paradójicamente aquí también, pero ante un gobierno de derecha.
Dicha derecha radical asume lo que en mi ponencia ante el Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP) denominé la Estrategia del Camaleón,[4] que consiste en adoptar el lenguaje y las formas de resistencia civil de la izquierda y de los sectores sociales, pero no en función liberadora sino de sometimiento y engaño. Ahora resultan los uribistas amigos de la movilización social que persiguieron desde el Gobierno, enemigos de los TLC que negociaron, opositores de la privatización de ISAGEN que entregaron en un primer tramo junto con el 10% de ECOPETROL al sector privado. También manifiestan ser perseguidos por el Gobierno para justificar el asilo político en otros países, no para defender sus vidas como pasó con nosotros, sino para evadir a la justicia. En el nuevo contexto nacional, debemos aprender a diferenciarnos, no solo del Gobierno al que adversamos, sino también de la otra oposición.
Debemos analizar esa afirmación, que elimina todo matiz, según la cual “Santos y Uribe son iguales” o como lo expresara en entrevista con María Isabel Rueda el senador Robledo: “Nuestras distancias con el uribismo son casi iguales a las que tenemos con el santismo. Los consideramos parte de la derecha colombiana.”[5] Desde mi óptica, la frase bien podría invertirse. Equiparar la derecha de Santos con la extrema derecha radical, no institucional, de Uribe puede llevar a errores de apreciación con consecuencias negativas en la acción.
Sobre este particular también debemos debatir y deliberar con tranquilidad y sin epítetos injustos. Calificar a quienes no suscriben ese pensamiento de “santistas” o a los que lo defienden de “uribistas” no nos va a permitir el debate de fondo que nos está haciendo falta. Quiero reiterar que respeto las posiciones del senador Robledo y las de los demás miembros de este Ejecutivo. Solo exijo reciprocidad en el respeto para el debate.
OPOSICIÓN CON INTERLOCUCIÓN
Ya en sesión del miércoles 11 de agosto de 2010, con presencia del Ministro del Interior de entonces, Germán Vargas Lleras, habíamos concretado la necesidad de establecer una interlocución institucional Gobierno-Oposición sobre los denominados “temas de Estado” que incumben no solamente al Gobierno sino a la totalidad del cuerpo político que el Estado encarna y debe comprender en una sociedad pluralista.
También existe una interlocución gremial y de las organizaciones sociales pero ella no se opone a la interlocución política que ponga al servicio de los sectores populares nuestro compromiso y capacidad de acción. Unos organizan nuevos gremios para interlocutar directamente sin el Partido, lo cual no objeto. Yo planteo la necesidad de interlocutar a nombre del Partido, en función de su programa y el apoyo a los sectores que representa políticamente.
EL VOTO POR LA PAZ
Por la polémica que hemos vivido, debo referirme al voto por Juan Manuel Santos que no fue una decisión fácil ni tomada a la ligera. Los compañeros del MOIR me emplazaron para que reuniéramos al Ejecutivo a discutir la postura del Partido en la segunda vuelta, antes que se celebrara la primera. Yo me resistí porque las decisiones se toman sobre hechos y no con base en suposiciones. Los resultados de las votaciones sorprendieron a más de uno. No solamente se presentó la victoria de la ultraderecha con una ventaja cercana al medio de millón de votos, sino el ascenso de la izquierda que la víspera apenas había superado el umbral obteniendo el 3,7% del total de la votación en las elecciones al Senado. La alianza Polo UP obtuvo un importante 15,2% de los votos. Nuestra postura en la segunda vuelta resultaba entonces definitoria. Dos millones de votos pesan en la votación o en la abstención
Y votamos por unanimidad una declaración que diáfanamente autorizó el voto por cualquiera de las opciones posibles, sin excluir, incluso, el voto por Zuluaga.
Con posterioridad, vi a colegas del MOIR en los medios de comunicación señalando que el CEN había dado la posibilidad de votar en consciencia por el voto en blanco, pero no por Juan Manuel Santos, lo cual no se ajustaba a la verdad de lo aprobado. Las razones de mi voto por la paz interior pero también exterior, las expuse a profundidad en este Ejecutivo el día 29 de mayo, cuando propuse dejar en libertad para que pudiéramos votar por la paz y las relaciones internacionales de buena vecindad, ambas en peligro por la posición guerrerista del candidato Zuluaga o en blanco como planteaban el MOIR y otros sectores, incluso del Polo Social.
Por mi parte y así lo manifesté con el mayor respeto ante un encuentro multitudinario de polistas reunido en el salón Rojo del Hotel Tequendama el 8 de junio, “Uno no puede ganar las elecciones con un voto vergonzante. Uno no puede ganar las elecciones siendo remilgoso, porque nuestro voto por la paz es digno y es necesario.”[6] Tan necesario que les pregunto hoy qué habría pasado, si se repite el resultado de la primera vuelta en la segunda y ganan Oscar Iván Zuluaga y su mentor Álvaro Uribe Vélez. Para no usar mis propios pronósticos, suscribo los de Carlos Gaviria en una entrevista con Cecilia Orozco, en la que dio a conocer su voto en la segunda vuelta “por Juan Manuel Santos con todas las reticencias posibles”:
“Considero peor el triunfo del Centro Democrático –movimiento fuertemente derechista que pretende ocultar su idiosincrasia tras un rótulo ingenuo-, porque promete revivir un periodo aciago en el que se sustituyó el derecho por el capricho o por el interés del gobernante, se trató de terroristas a los opositores o a los simples discrepantes, se irrespetó a los jueces y se atentó contra su independencia de manera rayana en lo delictivo, se sobornó a congresistas para lograr la perpetuación del caudillo en el poder, se destruyó de facto el Estado de derecho y se hizo del Estado social un rey de burlas, todo para mantener, consolidar y profundizar un estatus inicuo que prevalece en el país y que el uribismo considera plausible.” (Carlos Gaviria en entrevista a Cecilia Orozco. El Espectador).[7]
Pero esa cita sería incompleta si no refiero su posición frente a Juan Manuel Santos que también suscribo: “Para muchos puede ser candoroso lo que voy a decirle. Pero creo que Santos, como presidente, no ha llegado ni llegará a esos extremos horrendos que conllevó como subalterno. En un predicamento como éste, me parece irresponsable soslayar los matices. Mi ideología no es la de Santos, pero los obstáculos para su realización o para su simple expresión no son tan vitandos como los que se pueden encontrar en un gobierno de derecha extrema y autoritarismo despótico como fue el de Uribe, y de cuyos resultados se precia Zuluaga.”[8]
EL ESTILO ANTIESTATUTARIO
Para terminar, no quiero soslayar el rechazo de varios dirigentes del Partido al contenido del comercial con que apoyé la campaña de Santos. Seguramente podría haber sido más cuidadoso. Mis detractores vieron en él, la entrega de las banderas del Polo mientras que yo pensé estar dándole vigencia a nuestra concepción de la paz que no se satisface solamente con el silencio de los fusiles sino que se manifiesta en más educación, salud, desarrollo en el campo y calidad de vida. Qué lástima que en vez de haber convertido el comercial en un Florero de Llorente, los agraviados hubiesen utilizado los mecanismos estatutarios de la discusión interna para expresar sus glosas y buscar corregir la situación. No. La descalificación de la Presidenta fue lo que primó en sus declaraciones públicas, avisos pagos, volantes distribuidos en cantidades que habría agradecido por lo masivas y contundentes, en la campaña de la primera vuelta.
Debo recordar que cuando salíamos a leer el comunicado a la prensa la noche de la decisión del voto en consciencia, el senador Robledo me paró en la escalera y me retó a pelear. Por lo que yo percibo, primero vino la decisión de pelear y después la justificación de la misma en el comercial que es un asunto que se habría podido tramitar sin traumatismos. Hoy repito lo que le respondí en esa ocasión que muchos aquí presentes me escucharon afirmar: ¿Cuál pelea? Peleará solo porque yo no voy a pelear.[9] Por lo visto tampoco recibió las rosas amarillas que le envié desde el Tequendama en gesto conciliatorio, después de leer su aviso en El Tiempo.
Haber llevado la descalificación a los medios de comunicación ha tenido graves efectos, no el menor de ellos, el que haga carrera en el Polo que un dirigente o una tendencia, o una alianza entre tendencias pueda, sin fórmula de juicio, sin debido proceso, sin derecho a réplica, juzgar y condenar a otra dirigente, a otros sectores del partido, porque no comparten la apreciación política en la coyuntura. No. Eso es antidemocrático, falta a las mínimas garantías de respeto por la diferencia, ¡que la hay! Y niega de facto el derecho a disentir y a la libre expresión de las ideas consagrada, no solo en los estatutos del Polo, sino en la Constitución Política.
¿De dónde acá, la discrepancia se erige en “error histórico”, en “incumplimiento de los estatutos”, en “extralimitación de la directriz del Ejecutivo” que aquí aprobamos todos por unanimidad? Senador Robledo: fue aquí, después de cinco horas de discusión álgida y profunda entre varias posturas, que adoptamos una determinación mediante voto unánime, incluido el suyo, para que después venga a decir que el CEN me hizo un favor, tal niña mimada, de permitirme votar a conciencia como lo manifestó en entrevista al EL TIEMPO.[10] Entienda senador Robledo, que este partido necesita muchos liderazgos, de hombres y también de mujeres. No basta con uno solo, necesitamos cientos, ojalá fueran miles.
EL IV CONGRESO DEL POLO
Las diferencias y discrepancias no son pocas ni superficiales. Debemos debatir con respeto, franqueza y ánimo unitario y constructivo. La citación al IV Congreso no es solamente un mandato legal y estatutario, sino una necesidad para el Partido. El CNE ha fijado el 30 de noviembre para las consultas y decisiones internas de los partidos y movimientos políticos. Me uno a la propuesta de varios en este Ejecutivo de citar a nuestro IV Congreso con la elección de delegados y delegadas el próximo 30 de noviembre.
[1] J.E. Robledo en entrevista con María Isabel Rueda. El Tiempo, Julio 21 de 2014. Adalberto Ospino (suplente A. López CEN) y otros. Comunicación al CEN. Oct. 10 de 2014.
[2] El Espectador, Sábado, Nov. 25 de 2006. Entrevista al Magistrado Mauro Solarte Portilla, Presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia: “Las investigaciones contra parlamentarios acusados de paramilitarismo estaban dispersas en distintos despachos y cada uno de los magistrados estaba impulsando la averiguación. Es a partir de la denuncia que formula Clara López cuando se empieza a encontrar el verdadero filón probatorio y donde la Corte detecta un vínculo común en todas esas investigaciones. Eso hizo cambiar el manejo, se unificó todo y ya no hay cada magistrado con cada averiguación, sino que la Sala Penal responde conjuntamente.”
[3] Clara López. La izquierda democrática actúa. Ediciones Aurora. Bogotá. 2014. Reafirmación de decisión del PDA de mantenerse en la oposición en los siguientes pronunciamientos públicos de Clara López Obregón, Presidenta del PDA: 1) Entrevista de Yamid Amat, El Tiempo, 1º de junio 2014. P. 56; 2) Declaración Clara López: mi voto es por Colombia en Paz, Junio 4 de 2014. p. 28; 3) Discurso en Parque Laureles de Bosa con presencia dirigentes populares sur de Bogotá y Presidente JM Santos, Junio 5 de 2014; 4) Discurso Hotel del Parque con presencia de dirigentes polistas y el Presidente JM Santos. Junio 8 de 2014. P. 105; 5) Discurso Hotel Tequendama ante 1500 dirigentes polistas de Bogotá, Junio 8 de 2014. P. 113; Entrevista de Edulfo Peña, El Tiempo, 14 de junio de 2014. P.76; 6) Declaración de Clara López y Aída Avella. Cumplimos, ganó la paz con el aporte de la izquierda democrática. Junio 15 de 2014.P. 42.
[4] Ver el texto completo en www.polodemocratico.net en la sección “Insumos para el debate”.
[5] Entrevista de Jorge Robledo con María Isabel Rueda. El Tiempo. 21 de julio de 2014.
[6] Intervención CLO libro
[7] Entrevista a Carlos Gaviria de Cecilia Orozco. El Espectador, Junio 8 de 2014.en Clara López. La izquierda democrática actúa. P. 69
[8] Ibid. P. 69.
[9] Acepté la recomendación del Dr. Carlos Gaviria de contestar la entrevista del senador Robledo con María Isabel Rueda, aun cuando me sentí gravemente agraviada como mujer y como dirigente del PDA.
[10] Entrevista de JE Robledo con María Isabel Rueda.
Bogotá, 16 de octubre de 2014.
en http://www.polodemocratico.net/index.php?option=com_content&view=article&id=7550:posicion-de-clara-lopez-obregon-ante-el-comite-ejecutivo-nacional-del-pda-sobre-situacion-interna-del-partido-y-coyuntura-politica-colombiana&catid=46:insumos-para-el-debate&Itemid=240