martes, abril 14, 2020

La Pandemia del 2020

Por: William Ospina

¿Por qué hay tanto miedo?

¿Por qué hay tanto miedo? ¿Por qué las cuarentenas? ¿Por qué estamos viviendo esta pandemia como si fuera la primera de la historia universal?
La verdad es que este pánico ha sido muy favorecido por el progreso. Los virus antes viajaban a caballo y en barco, ahora viajan en avión. Antes les llegaban a comunidades que sabían que la muerte existe, ahora les llegan a sociedades que primero sacaron la muerte de la casa y después la sacaron de la conciencia.
Pero, a pesar de que la humanidad ya padeció la plaga de Justiniano, la peste bubónica, las epidemias del cólera, la viruela y la gripe española, hay una razón por la cual esta parece ser la primera y por eso ha paralizado al mundo como si hubieran llegado los extraterrestres.
Todas las pandemias de antes se vivieron con el fatalismo y la resignación con que la humanidad afrontó siempre sus plagas: guerras, cruzadas, napoleones, conquistas de América, eran inevitables castigos.
Ahora, por primera vez, hay una grieta de esperanza y es que sabemos que no todos los que mueren tenían que morir, que a muchos no los mata el virus o la fatalidad, sino la falta de atención adecuada. Quiero decir que la última gran pandemia respiratoria de la humanidad, la gripe española, que mató 40 millones de personas, se vivió antes de que se inventaran los ventiladores mecánicos.
Aunque estamos intentando encontrar sistemas de respiración artificial desde los días de Galeno en la Antigüedad y de Paracelso y Vesalio en el Renacimiento, solo en 1929 fue inventado el “pulmón de acero”, perfeccionado en 1951 en lo que se llamó el IPPV, y solo desde hace 70 años (que según el rey David es el tiempo de una vida humana) se generalizaron en el mundo las unidades de cuidados intensivos con sus ventiladores y sus monitores, que ayudan a los pulmones a respirar hasta que recuperen su función.
O sea que esta es la primera pandemia de la historia en que muchas personas que en otros tiempos habrían muerto inexorablemente tienen la posibilidad de salvarse. Ahora bien: ¿por qué hay en el mundo 1.500 millones de automóviles envenenando el aire que necesitan nuestros pulmones y no hay 150 millones de humildes respiradores que podrían salvar todas las vidas susceptibles de ser salvadas en cualquier pandemia? Es allí donde un fenómeno natural se ve agravado hasta la pesadilla por un sistema social donde el cuidado de la vida es mucho menos importante que los negocios.

Tenemos la posibilidad de salvar más vidas, pero los sistemas de salud se han convertido en negocios gigantescos y no están disponibles para todos. En Estados Unidos el miedo a infectarse a menudo es menos miedo a la muerte que a la ruinosa factura. No hay sistemas de salud pública preparados para atender una pandemia, ni siquiera de estas moderadas dimensiones, porque a los gobiernos les parece un gasto exagerado para tiempos normales y los protocolos médicos se relajan. Por eso en España, Italia y Francia está muriendo más gente que en Alemania, donde el rigor de la cultura no tolera negligencias.
Y es allí donde entra en juego el poder. Los Estados toman la decisión de convertir la crisis de salud en un asunto de policía, para disimular el hecho de que NO hay hospitales suficientes ni cuidados intensivos para todos. Lo que se vive con pánico, el riesgo de no ser atendidos, los Estados lo convierten no en una irresponsabilidad política, sino en una culpa personal y en un caso de indisciplina social. Ya la muerte estaba proscrita, ahora está prohibida, y prohibida en términos policiales, aunque claro, como suele pasar con las prohibiciones, termina siendo abundante y dramática.
Porque los Estados no pierden oportunidad de dar un paso hacia la arbitrariedad y el autoritarismo. Qué éxtasis para el poder no ver a nadie en las calles, no solo porque nadie está delinquiendo, sino porque nadie está divirtiéndose y sobre todo protestando. Para el pensamiento controlador el orden nunca parece tan perfecto como cuando tiene un instrumento adicional de intimidación: estamos coartando tus libertades solo para salvarte. Por eso terminan prohibiendo hasta a los campesinos caminar por los campos y convierten la cuarentena en un instrumento exagerado del poder.
Fingen salvarnos de morir, pero si eso les preocupara tanto no habría tanta gente muriendo de hambre, los accidentes viales ya habrían producido la prohibición del tránsito automotor, la pobreza sería la principal preocupación de los gobiernos y de los Estados. Y por supuesto tendrían respiradores de sobra en los hospitales y salud universal garantizada.
Dado el cuadro de imprevisión, negligencia y desamparo social, claro que es indispensable la cuarentena para evitar el triunfo de la muerte, pero qué ocasión de oro para ejercer, experimentar y ahondar los instrumentos del control social.
Detrás del episodio está el telón de fondo: el virus termina siendo apenas el relámpago que deja ver la tempestad, desnuda las crisis que estaban guardadas. Si el desempleo se dispara en días, si la precariedad de las familias exige inmediatamente una renta compensatoria, si a la vuelta de la esquina aguarda el desorden social a punto de estallar, es porque una bomba estaba escondida debajo de la aparente normalidad del mundo.
Y este episodio histórico tiene otros componentes. Uno de ellos es el drama de la vejez. Nadie quiere envejecer, pero las sociedades envejecen cada vez más. Y se da la paradoja de que vivir más no significa siquiera vivir bien, porque una sociedad que ya no cree en el pasado, ni en la sabiduría, ni en la experiencia deja a las personas mayores sin un lugar en el orden cultural.
Finalmente, que por unos días ceda la contaminación, se despejen los aires, se transparenten los mares, muestren su lomo alegre los delfines, aparezcan zorros, mapaches, zarigüeyas, que suelen estar escondidos, solo revela cuán ominosa es nuestra presencia para todo el resto de las criaturas. Nos recuerda eso que llamaba Álvaro Fernández Suárez, hace 50 años, en un texto inolvidable, “la terrible mirada del hombre”

lunes, abril 13, 2020

La Colombia del 2004 ....

 | 2005/06/25 00:00

Descubriendo al verdugo

Por unos escasos segundos se quitó la capucha informática, sin quererlo dio pistas sobre sus socios y, sobre todo, permitió ubicar la procedencia del anónimo
Las amenazas arrancaron a finales de abril. Un cobarde amparado en el anonimato llamó para decir, en medio de horribles imprecaciones, que mataría a mi hija de 6 años, a mi esposa y a mí. Desde ese día ha vuelto a comunicarse para entregar datos del sitio donde vivíamos, de los horarios y la existencia normal de mi familia.

Unas semanas después, sumaron otro ingrediente macabro. A la sede del noticiero llegaron dos coronas mortuorias: La primera a nombre de mi esposa y de mi hija, la otra para mí.

El mismo día, otros dos periodistas recibieron ramos fúnebres. Los investigadores descubrieron que habían salido de una floristería de Paloquemao, y ésta informó que fueron despachados por otra de Pereira. Allá, aseguran que pagaron esas flores en efectivo y nadie recuerda quién las ordenó.

Mujer recibió corona fúnebre de parte de su expareja para San ...

La tortura sicológica aumentó la semana pasada. A las amenazas se agregaron atentados contra mi honra. Por Internet empezó a circular un anónimo enviado al director de la revista Cambio, Mauricio Vargas.

El extenso pasquín sindica de diversos delitos y faltas a los ex presidentes César Gaviria y Andrés Pastrana, a los senadores Rafael Pardo, Juan Fernando Cristo, Piedad Córdoba, Rodrigo Rivera, Antonio Navarro, al ex ministro Horacio Serpa, al ex fiscal Alfonso Gómez Méndez y a un solo periodista: Daniel Coronell. Curiosamente, todas las personas mencionadas tienen en común una posición crítica frente a la reelección y al gobierno.

Fue entonces cuando pedí la ayuda de un ingeniero de sistemas para ubicar el origen de este correo electrónico. Con programas como e-mail tracker y network scan, encontramos que el anónimo había salido de una dirección IP asignada a un afiliado de la ETB. Correspondía a un café Internet del barrio Rionegro, cerca de la avenida Suba en Bogotá.

Mientras investigábamos la primera pista, empezó otra serie de anónimos electrónicos. El destinatario era el abogado y columnista Ramiro Bejarano.

Ramiro es apoderado de la empresa para la que trabajo en un tribunal de arbitramento. En el anónimo, lo imprecan por defendernos. Me llaman "pícaro", "bandido", "ladrón", "marica" y advierten: "Coronell, ya veréis lo que le pasará esta semana, o la que viene".

El anónimo amenazante está firmado con el falso nombre de Zarovich, título del príncipe heredero en la Rusia Imperial. El correo electrónico del remitente era ojrana2000@yahoo.com . La Ojrana fue la Policía política zarista que funcionó hasta la revolución bolchevique. El zarovich había preparado su computador para enviar anónimos. Un sistema Cisco le permite -hasta cierto punto- encubrir la procedencia de sus infamias e intimidaciones.

Pero no hay crimen perfecto. Confiado en su anonimato, volvió a escribirle a Ramiro. La tarde del domingo 19 de junio, justo en el momento en que rastreábamos su dirección IP, Zarovich se asomó a Internet. Por unos escasos segundos se quitó la capucha informática, sin quererlo dio pistas sobre sus socios y, sobre todo, permitió ubicar la procedencia del anónimo.

La señal venía de una mansión en la zona de Suba, al noroccidente de Bogotá. En esa casa habita el ex congresista Carlos Nader Simmonds, titular de la suscripción de Cablenet usada para enviar el anónimo intimidatorio. Similar a otros tres que ya entregué a la Fiscalía. No puedo asegurar que él esté detrás de todas las amenazas pero, por lo menos, éstas salieron de su propia casa.

Carlos Náder Simmonds, poderoso hacendado de Montelíbano, Córdoba, y dueño de varias propiedades en Bogotá y España, es tan aficionado a la historia rusa, que su hijo se llama Dimitri.

El señor Náder, a quien jamás he visto, estuvo preso en Estados Unidos por narcotráfico y conspiración. Era amigo e interlocutor habitual de Pablo Escobar y existen varias grabaciones que lo comprueban. Entre ellas, una en la que celebra con el capo el asesinato de Luis Carlos Galán. ("Más buen muerto que un hijueputa", sentencia Náder).

Por sus antecedentes, no creo que los anónimos se puedan tomar a la ligera. Lo denuncio públicamente, con el mismo derecho que asiste al acribillado para escribir con letras de sangre el nombre de su asesino.

Texto Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana, 1791


Artículo 1 Las mujeres nacen libres y permanecen iguales a los hombres en derechos. Las distinciones sociales solo pueden basarse en la utilidad común.
Artículo 2 El objetivo de cualquier asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de mujeres y hombres. Estos derechos son: libertad, prosperidad, seguridad y sobre todo resistencia a la opresión.
Artículo 3 El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación, que es solo la unión de mujeres y hombres; ningún individuo puede ejercer autoridad que no emana expresamente de ella.
Artículo 4 La libertad y la justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a otros; así, el ejercicio de los derechos naturales de la mujer solo limita la tiranía perpetua a la que el hombre se opone; Estos límites deben ser reformados por las leyes de la naturaleza y la razón.
Artículo 5 Las leyes de la naturaleza y la razón prohíben todas las acciones perjudiciales para la sociedad; todo lo que no está defendido por estas sabias y divinas leyes no puede evitarse, y nadie puede ser obligado a hacer lo que no ordena.
Artículo 6 La ley debe ser la expresión de la voluntad general: todos los ciudadanos deben contribuir personalmente o por medio de sus representantes a su formación; debe ser igual para todos; Todos los ciudadanos que sean iguales a sus ojos deben ser igualmente elegibles para todas las dignidades públicas, lugares y trabajos, de acuerdo con sus capacidades, y sin otras distinciones que las de sus virtudes y talentos.
Artículo 7 No se exceptúa a ninguna mujer; es acusada, arrestada y detenida en casos determinados por la ley: las mujeres obedecen esta rigurosa ley como los hombres.
Artículo 8 La ley debe establecer solo las penas que sean estrictamente y obviamente necesarias, y nadie puede ser castigado excepto en virtud de una ley establecida y promulgada antes del delito, y aplicada legalmente a las mujeres.
Artículo 9 Cualquier mujer declarada culpable, todo rigor es ejercido por la ley.
Artículo 10 Nadie debe ser molestado por sus opiniones fundamentales; Las mujeres tienen derecho a subir al andamio, también deben tener derecho a subir a la tribuna, siempre que sus manifestaciones no perturben el orden público establecido por la ley.
Artículo 11 La libre comunicación de pensamientos y opiniones es uno de los derechos más preciados de las mujeres, ya que esta libertad garantiza la legitimidad de los padres hacia sus hijos. Por lo tanto, cualquier ciudadano puede decir libremente: soy la madre de un niño que te pertenece, sin prejuicios bárbaros que la obliguen a ocultar la verdad; excepto para responder por el abuso de esta libertad en casos determinados por la ley.
Artículo 12 Garantizar los derechos de las mujeres y los ciudadanos requiere una gran utilidad; esta garantía debe instituirse para el beneficio de todos y no para el beneficio particular de aquellos a quienes se les confiere.
Artículo 13 Para el mantenimiento de la fuerza pública, y para los gastos de administración, las contribuciones de mujeres y hombres son iguales; ella participa en todos los quehaceres, en todas las tareas dolorosas, por lo tanto, debe tener la misma participación en la distribución de lugares, trabajos, oficinas, dignidades e industria.
Artículo 14 Los ciudadanos tienen derecho a ver por sí mismos o sus representantes la necesidad de la contribución pública. Los ciudadanos pueden unirse solo mediante la admisión de una división equitativa, no solo en la fortuna, sino también en la administración pública y para determinar la cuota, la base, la recuperación y la duración del impuesto.
Artículo 15 La masa de mujeres, unidas por la contribución a la de los hombres, tiene derecho a pedir cuentas a cualquier funcionario público de su administración.
Artículo 16 Toda sociedad en la que no se garantice la garantía de derechos, ni se determine la separación de poderes, no tiene constitución. La constitución es nula si la mayoría de las personas que componen la Nación no cooperaron en su redacción.
Artículo 17 Las propiedades son de todos los sexos unidos o separados: cada uno es un derecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado como verdadero patrimonio de la naturaleza, excepto cuando la necesidad pública, legalmente establecida, obviamente lo requiera y bajo la condición de una compensación justa y previa. (Marie Gouze, 1791)


De: Marie Gouze, O. d. (1791). DECLARATION DES DROITS DE LA FEMME ET DE LA CITOYENNE. Recuperado el 6 de Abril de 2020, de Ligue des droits de l’Homme: https://www.ldh-france.org/1791-DECLARATION-DES-DROITS-DE-LA/







Texto Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789



Los Representantes del Pueblo Francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del Hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los Gobiernos, han resuelto exponer, en una Declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados del Hombre, para que esta declaración, constantemente presente para todos los Miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; para que los actos del poder legislativo y del poder ejecutivo, al poder cotejarse en todo momento con la finalidad de cualquier institución política, sean más respetados y para que las reclamaciones de los ciudadanos, fundadas desde ahora en principios simples e indiscutibles, redunden siempre en beneficio del mantenimiento de la Constitución y de la felicidad de todos.
En consecuencia, la Asamblea Nacional reconoce y declara, en presencia del Ser Supremo y bajo sus auspicios, los siguientes derechos del Hombre y del Ciudadano:
− Artículo 1º Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.
− Artículo 2 La finalidad de cualquier asociación política es la protección de los derechos naturales e imprescriptibles del Hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
-Artículo 3 El principio de toda Soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo ni ningún individuo pueden ejercer autoridad alguna que no emane expresamente de ella.
− Artículo 4 La libertad consiste en poder hacer todo lo que no perjudique a los demás. Por ello, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre tan sólo tiene como límites los que garantizan a los demás Miembros de la Sociedad el goce de estos mismos derechos. Tales límites tan sólo pueden ser determinados por la Ley.
− Artículo 5  La Ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la Sociedad. Nada que no esté prohibido por la Ley puede ser impedido, y nadie puede ser obligado a hacer algo que ésta no ordene.
− Artículo 6  La Ley es la expresión de la voluntad general. Todos los Ciudadanos tienen derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o a través de sus Representantes. Debe ser la misma para todos, tanto para proteger como para sancionar. Además, puesto que todos los Ciudadanos son iguales ante la Ley, todos ellos pueden presentarse y ser elegidos para cualquier dignidad, cargo o empleo públicos, según sus capacidades y sin otra distinción que la de sus virtudes y aptitudes.
− Artículo 7 Ningún hombre puede ser acusado, arrestado o detenido, salvo en los casos determinados por la Ley y en la forma determinada por ella. Quienes soliciten, cursen, ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias deben ser castigados; con todo, cualquier ciudadano que sea requerido o aprehendido en virtud de la Ley debe obedecer de inmediato, y es culpable si opone resistencia.
− Artículo 8 La Ley sólo debe establecer penas estricta y evidentemente necesarias, y tan sólo se puede ser castigado en virtud de una Ley establecida y promulgada con anterioridad al delito, y aplicada legalmente.
− Artículo 9 Puesto que cualquier hombre se considera inocente hasta no ser declarado culpable, si se juzga indispensable detenerlo, cualquier rigor que no sea necesario para apoderarse de su persona debe ser severamente reprimido por la Ley.
− Artículo 10 Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive religiosas, siempre y cuando su manifestación no perturbe el orden público establecido por la Ley.
− Artículo 11 La libre comunicación de pensamientos y opiniones es uno de los derechos más valiosos del Hombre; por consiguiente, cualquier Ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, siempre y cuando responda del abuso de esta libertad en los casos determinados por la Ley.
− Artículo 12 La garantía de los derechos del Hombre y del Ciudadano necesita de una fuerza pública; por ello, esta fuerza es instituida en beneficio de todos y no para el provecho particular de aquéllos a quienes se encomienda.
− Artículo 13 Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, resulta indispensable una contribución común, la cual debe repartirse equitativamente entre los ciudadanos, de acuerdo con sus capacidades.
− Artículo 14 Todos los Ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o a través de sus representantes, la necesidad de la contribución pública, de aceptarla libremente, de vigilar su empleo y de determinar su prorrata, su base, su recaudación y su duración.
− Artículo 15 La Sociedad tiene derecho a pedir cuentas de su gestión a cualquier Agente público.
 − Artículo 16   Una Sociedad en la que no esté establecida la garantía de los Derechos, ni determinada la separación de los Poderes, carece de Constitución
− Artículo 17   Por ser la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella, salvo cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija de modo evidente, y con la condición de haya una justa y previa indemnización.


De la web de la Corte Constitucional de Francia https://www.conseil-constitutionnel.fr/  

Texto de LA DECLARACION DE INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS (1776)


Acción del Segundo Congreso Continental, 4 de julio de 1776
La Declaración Unánime de los trece Estados unidos de América
CUANDO en el Curso de los Acontecimientos humanos se hace necesario que un Pueblo disuelva los Lazos Políticos que lo han vinculado a otro y adopte entre los Poderes de la Tierra la Posición igual y separada a la que las Leyes de la Naturaleza y de la Naturaleza Divina le dan derecho, un Respeto apropiado por la Opinión de la Humanidad exige que dicho pueblo declare los motivos que lo impulsan a la Separación.
Sostenemos que estas Verdades son evidentes en sí mismas: que todos los Hombres son creados iguales, que su Creador los ha dotado de ciertos Derechos inalienables, que entre ellos se encuentran la Vida, la Libertad y la Búsqueda de la Felicidad. Que para asegurar estos Derechos se instituyen Gobiernos entre los Hombres, los cuales derivan sus Poderes legítimos del Consentimiento de los Gobernados; que el Pueblo tiene el derecho de cambiar o abolir cualquier otra Forma de Gobierno que tienda a destruir estos Propósitos, y de instituir un nuevo Gobierno, Fundado en tales Principios, y de organizar sus Poderes en tal Forma que la realización de su Seguridad y Felicidad sean más viables. La Prudencia ciertamente aconsejará que Gobiernos establecidos por bastante tiempo no sean cambiados por Causas triviales y efímeras; y como toda Experiencia lo ha demostrado, la Humanidad está más dispuesta al sufrimiento mientras el Mal sea soportable, que al derecho propio de abolir las Formas a las que se ha acostumbrado. Pero cuando una larga Sucesión de Abusos y Usurpaciones, todos ellos encaminados de manera invariable hacia el mismo Objetivo, revelan la Intención de someter a dicho Pueblo al absoluto Despotismo, es su Derecho, es su Deber, derrocar a tal Gobierno y nombrar nuevos Guardianes de su futura Seguridad. Tal ha sido el paciente Sufrimiento de estas Colonias; y tal es hoy la Necesidad que las obliga a modificar sus anteriores Sistemas de Gobierno. La Crónica del actual Rey de Gran Bretaña es una Crónica de repetidas Injurias y Usurpaciones, todas ellas dirigidas al Establecimiento de una Tiranía absoluta sobre estos Estados. Para probar esto, expongamos los Hechos a un Mundo sincero.
ÉL ha negado su Sanción a Leyes que son íntegras y necesarias para el Bienestar público.
HA prohibido a sus Gobernadores aprobar Leyes de inmediata y apremiante Importancia, a no ser que sea pospuesta su Operación hasta que se obtenga su Sanción; y una vez suspendidas, se ha negado por completo a prestarles atención.
SE ha negado a aprobar otras Leyes para el Asentamiento de Grandes Distritos populares, a menos que esa Gente renunciara a su Derecho de Representación en la Legislatura, un Derecho inestimable para ellos y sólo temible para los Tiranos.
HA convocado a los Cuerpos Legislativos en Sitios inusuales, incómodos y alejados del Depósito de sus Registros públicos, con el solo Propósito de fatigarlos para que cumplan con sus Requerimientos.
HA disuelto las Cámaras de Representantes una y otra vez, por oponerse en forma Decidida a sus Intromisiones en los Derechos del Pueblo.
HA rehusado durante mucho Tiempo, luego de estas Disoluciones, motivar a que otros sean electos, por lo cual los Poderes Legislativos, incapaces de ser Aniquilados, han regresado sin restricciones al Pueblo para su ejercicio; entretanto, el Estado permanecía expuesto a peligros de Invasión externa, y de Convulsiones en el interior.
SE ha esforzado por desalentar la Población de estos Estados; para ese Propósito ha obstaculizado las Leyes de Naturalización de Extranjeros; se ha negado a aprobar otras que alienten la Migración, y ha aumentado las exigencias para las nuevas apropiaciones de Tierras.
HA obstruido la Administración de Justicia, al negarse a emitir su Sanción a las Leyes destinadas a establecer Poderes Judiciales.
HA vuelto dependientes a los Jueces, al lograr que su permanencia en el cargo y el Monto y Pago de sus Salarios dependan exclusivamente de su Voluntad.
HA creado un Sinnúmero de nuevos Despachos, y enviado a nuestras tierras un Enjambre de Funcionarios para hostigar a nuestro Pueblo y apropiarse de sus Frutos.
HA mantenido entre nosotros, en Tiempos de Paz, Ejércitos Permanentes sin el consentimiento de nuestras Legislaturas.
HA causado que el poder Militar se vuelva independiente y se halle por encima del Poder Civil.
SE ha unido a otros para imponernos una Jurisdicción extraña a nuestra Constitución y no reconocida por nuestras Leyes al otorgar su Sanción a sus Actos de pretendida Legislación:
PARA acuartelar numerosos Contingentes de Tropas Armadas entre nosotros:
PARA protegerlas, mediante un Tribunal ficticio, del Castigo por cualquier Asesinato que han de cometer entre los Habitantes de estos Estados:
PARA obstruir nuestro Comercio con otras Partes del Mundo:
PARA aplicarnos Impuestos sin nuestro Consentimiento:
PARA privarnos, en muchos Casos, de los Beneficios de un Juicio por Jurado:
PARA llevarnos a ultramar para ser juzgados por presuntos Delitos:
PARA abolir el Sistema libre de Leyes Inglesas en una Provincia aledaña, estableciendo allí un Gobierno arbitrario, y extendiendo sus Fronteras a fin de convertirlo de inmediato en Ejemplo y adecuado Instrumento para introducir el mismo Gobierno absoluto en estas Colonias:
PARA eliminar nuestras Cartas Constitucionales, abolir nuestras Leyes más valiosas, y alterar fundamentalmente las Formas de nuestros Gobiernos:
PARA suspender nuestras propias Legislaturas y declararse investidos del Poder para legislar por nosotros en todos y cada uno de los Casos.
HA abdicado de su Gobierno sobre estas tierras al declararnos fuera de su Protección y librar una Guerra en contra nuestra.
HA saqueado nuestros Mares, asolado nuestras Costas, quemado nuestros Poblados y destruido las Vidas de nuestra Gente.
EN este Momento ha dispuesto el envío de grandes Ejércitos de Mercenarios extranjeros para culminar su Obra de Muerte, Desolación y Tiranía, iniciada con incidentes de Crueldad y Perfidia difícilmente igualados en las Épocas de mayor barbarie e indignos del Juicio de una Nación civilizada.
HA obligado a nuestros Conciudadanos apresados en alta Mar a levantarse en Armas contra su Patria, a convertirse en Verdugos de sus Amigos y Hermanos, o a caer a Manos de estos.
HA alentado Insurrecciones internas en nuestra contra, y ha tratado de inducir a los Habitantes de nuestras Fronteras, los despiadados Indios Salvajes, cuya conocida Regla de Lucha es la Destrucción sin distinción de Edad, Sexo ni Condición.
EN cada etapa de estas Opresiones, nosotros hemos Solicitado Compensación en los Términos más humildes: Nuestras repetidas Peticiones sólo han sido respondidas con más Injurias. Un Príncipe, cuyo Carácter está por tanto marcado por cada uno de los actos que definirían a un Tirano, es incapaz de ser el Soberano de un Pueblo libre.
TAMPOCO nos han hecho falta las atenciones hacia nuestros Hermanos británicos. De tanto en tanto, les hemos advertido sobre los Intentos de su Legislatura por ampliar una injustificable Jurisdicción sobre nosotros. Les hemos recordado las Circunstancias de nuestra Emigración y Colonización aquí. Hemos apelado a su natural Justicia y Magnanimidad, y les hemos implorado, por los Lazos de nuestros Antepasados comunes, que rechacen semejantes Usurpaciones, las cuales interrumpían en forma inevitable nuestras Conexiones y Correspondencia. Ellos también han sido sordos a la Voz de la Justicia y de la Consanguinidad. Debemos, en consecuencia, acceder a la Necesidad que augura nuestra Separación, y los consideramos, como al resto de la Humanidad, Enemigos en la Guerra, Amigos en la Paz.
Por lo tanto, nosotros, los Representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en un Congreso General, apelando al Juez Supremo del Mundo por la Rectitud de nuestras Intenciones, en Nombre y por la Autoridad del virtuoso Pueblo de estas Colonias, solemnemente Publicamos y Declaramos que estas Colonias Unidas son y tienen el Derecho de ser Estados Libres e Independientes; que están exentas de toda Lealtad a la Corona Británica, y que todo nexo político entre ellas y el Estado de Gran Bretaña está y debe ser disuelto; y que como Estados Libres e Independientes tienen todo el Poder de emprender la Guerra, alcanzar la Paz, contraer Alianzas, establecer el Comercio y llevar a cabo todos los otros Actos y Cosas que los Estados Independientes tienen a bien hacer. —Y en apoyo de esta Declaración, con una firme Confianza en la Protección de la divina Providencia, comprometemos unos a otros nuestras Vidas, nuestras Fortunas y nuestro sagrado Honor.[1]



Texto “Bill of Rights” o “Declaración de Derechos” (1689)


“Que el pretendido poder de suspender las leyes y la aplicación de las mismas, en virtud de la autoridad real y sin el consentimiento del Parlamento, es ilegal.

II  Que el pretendido poder de dispensar de las leyes o de su aplicación en virtud de la autoridad real, en la forma en que ha sido usurpado y ejercido en el pasado, es ilegal.

III  Que la comisión para erigir el ultimo Tribunal de causas eclesiásticas y las demás comisiones y tribunales de la misma naturaleza son ilegales y perniciosos.

IV  Que toda cobranza de impuesto en beneficio de la Corona, o para su uso, so pretexto de la prerrogativa real, sin consentimiento del Parlamento, por un periodo de tiempo más largo o en forma distinta de la que ha sido autorizada. es ilegal.

V  Que es un derecho de los súbditos presentar peticiones al Rey, siendo ilegal toda prisión o procesamiento de los peticionarios.

VI  Que el reclutamiento o mantenimiento de un ejército, dentro de las fronteras del Reino en tiempo de paz, sin la autorización del Parlamento, son contrarios a la ley.

VII Que todos los súbditos protestantes pueden poseer armas para su defensa, de acuerdo con sus circunstancias particulares y en la forma que autorizan las leyes.

VIII  Que las elecciones de los miembros del Parlamento deben ser libres.

IX  Que las libertades de expresión, discusión y actuación en el Parlamento no pueden ser juzgadas ni investigadas por otro Tribunal que el Parlamento.

X  Que no se deben exigir fianzas exageradas, ni imponerse multas excesivas ni aplicarse castigos crueles ni desacostumbrados.
XI Que las listas de los jurados deben confeccionarse, y estos ser elegidos, en buena y debida forma, y aquellas deben notificarse, y que los jurados que decidan la suerte de las personas en procesos de alta traición deberán ser propietarios.

XII  Que todas las condonaciones y promesas sobre multas y confiscaciones hechas a otras personas, antes de la sentencia, son ilegales y nulas.

XIII  Y que para remediar todas estas quejas, y para conseguir la modificación, aprobación y mantenimiento de las leyes, el Parlamento debe reunirse con frecuencia. (Declaración de Derechos ("Bill of Rights"))

De: http://www.ub.edu/ciudadania/hipertexto/evolucion/textos/gb4.htm



lunes, abril 06, 2020

LA BATALLA POR LA MEMORIA (3) Homenaje a Revista Arcadia... la que había




Las urnas con los restos de las ciento una víctimas de la masacre de Bojayá, antes de la ceremonia en la que fueron entregados a sus familiares en noviembre de 2019. Foto: Raúl Arboleda | AFP. Las urnas con los restos de las ciento una víctimas de la masacre de Bojayá, antes de la ceremonia en la que fueron entregados a sus familiares en noviembre de 2019. Foto: Raúl Arboleda | AFP.



La memoria desde la periferia

Antes del Centro Nacional de Memoria Histórica, de la Ley de Víctimas y del acuerdo de paz, decenas de organizaciones sociales luchaban contra el olvido y construían memoria desde sus comunidades. Hoy mantienen viva su labor y siguen reclamando la atención del país. Recuerdo de un viaje a Bojayá y de una conversación con la líder de memoria Máxima Asprilla.

2020/02/25

POR SANTIAGO VALENZUELA*

Máxima Asprilla camina por las calles silenciosas de Bellavista y llega con su turbante intacto a la orilla de uno de los afluentes del río Atrato. Van a ser las ocho de la mañana. Es mejor salir a esa hora, dice, porque allí, en el norte del Chocó, la humedad es insoportable al mediodía. Se sube a la panga y toma rumbo a Bojayá. El ruido del motor la deja sola con sus pensamientos. Ese día, 17 de noviembre de 2019, piensa que será distinto a otros domingos, que “si Dios la escucha”, será el comienzo de una nueva época para los municipios de la zona que han padecido lo peor de la guerra, que aquí parece retornar siempre, reciclarse, una y otra vez.
Ese día, en el casco urbano de Bojayá, había mucha “gente del interior”, dice Asprilla: “Gente que dice que nos viene a entregar ‘restos’, pero para nosotros no son eso; son cuerpos que necesitan una sepultura digna”. Después de diecisiete años de insistencia, de buscar respuestas en frases evasivas de hombres camuflados, de tocar las puertas de las instituciones del Estado y pasar por entramados burocráticos, por fin se hizo realidad eso mínimo que pedían desde hacía años: el derecho a despedir a sus muertos. Por primera vez después de la masacre de 2002, Bojayá tendría su mausoleo.
Asprilla lo vio de frente, incluso fue testigo de todo el proceso de traslado desde finales de octubre, cuando el Comité de Víctimas de Bojayá –junto con la Fiscalía, la Unidad de Víctimas, Medicina Legal y el Centro Nacional de Memoria Histórica– anunció la identificación de decenas de cuerpos.
Tenía ochenta cofres frente a sus ojos. “Acá les decimos cajones, y hay familias enteras que estaban en bolsas rojas, guardadas donde no se debe, de la manera como no es correcta”. De esos cofres, cuarenta y cinco estaban pintados de blanco, eran niños que fallecieron en ese episodio. En total, noventa y ocho murieron en la masacre del bloque José María Córdoba de las Farc, que en ese entonces se enfrentó al bloque Élmer Cárdenas de las AUC.
Esa escena, la del mausoleo, existió y quedó en la historia gracias al trabajo de líderes como Máxima Asprilla, que en los cincuenta y tres años que tiene ha luchado por un objetivo que a muchas personas de su región les ha costado la vida: vivir en paz. Pero ese día en el mausoleo la sensación que tuvo no fue exactamente de justicia: “Todavía falta que entreguen a muchos familiares. Yo todavía me siento ahogada. Mire, Stevenson Palacios, por ejemplo, era la botija de oro de la familia porque fue el único hijo de la tía de mi mamá. Ella solo tuvo a ese hijo varón y, siendo muy joven, la violencia se lo arrebató. No le hemos podido dar un entierro digno, sigue desaparecido”.
La vida de la madre de Stevenson, como explica Asprilla, se acabó con esa desaparición. “No tuvo más tranquilidad desde que se murió su hijo. Se quedó caminando, sí, pero muerta en vida. Después se enfermó, se la llevaron a Medellín y descubrieron que tenía cáncer. En cuatro meses se murió”.
Por esos casos que siguen sin resolverse, por esas personas que han muerto esperando la verdad, Máxima Asprilla sigue buscando respuestas, sin esperar que la solución venga del Estado. “Es que mire, el mausoleo está al sol y al agua, así se vence la pintura y se va deteriorando la estructura. Nos toca a nosotras cuidarlo porque qué más”.

“Hacer memoria no es solo escribir informes”

Con la llegada de Darío Acevedo a la dirección del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), la memoria del conflicto en Colombia ha caído, para los más optimistas, en una suerte de zona gris por cuenta del nuevo sesgo ideológico del Centro. Sin embargo, historias como la de Asprilla demuestran que, pese al desinterés estatal, o a su negligencia, han existido y existirán liderazgos sociales en las regiones que luchen contra el olvido.
Las masacres fracturan a las comunidades, las desplazan, las silencian. En 2002, cuando el único camino parecía el despojo, Asprilla se reunió con otras mujeres para exigir el derecho de permanecer en su territorio. La ayuda, como dice ella, no vino del Estado. “A nosotras siempre nos toca es encomendarnos a Dios para todo. Acá no hay justicia ni fuentes de empleo, la salud es muy mala, dependemos de Dios y de nosotras mismas para cuidar a nuestras familias. Así es como hemos resistido todo este tiempo. Nos ha tocado ir a Bogotá, pedir que nos escuchen, y bueno, algo se ha logrado”.
Aunque en nada es excusable la falta de responsabilidad de un Estado que históricamente no ha atendido a las comunidades más violentadas y necesitadas, ellas se han dedicado a reconstruir el tejido social desde el territorio, y por eso será difícil que una sola dirección del CNMH eclipse lo que han logrado las organizaciones civiles en las regiones en conflicto. Basta hablar con Mónica Álvarez, coordinadora de la Red Colombiana de Lugares de Memoria, para dimensionar la capacidad de organización que han tenido las mujeres y los hombres en estos lugares del país. Esta red, por ejemplo, nació en 2015, pero reúne el trabajo de diferentes organizaciones en Nariño, Valle del Cauca, Chocó, Bolívar, Cesar, Sucre, Santander, Caquetá, Amazonas, Putumayo, Meta, Bogotá, Antioquia y Cundinamarca.
Los lugares de memoria en Colombia, como dice la Red en su presentación, “nacen antes de la Comisión de la Verdad y de la Ley de Víctimas”. En espacios como la Casa de la Memoria en Dabeiba, el Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María, y el Centro Integral de Formación y Fortalecimiento Espiritual y Cultural Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta, por solo mencionar algunos, se han llevado a cabo procesos paralelos contra el olvido.
Hoy, la Red reúne treinta y cinco lugares de memoria, todos construidos por la sociedad civil, y solo algunos –el Museo Casa de la Memoria en Medellín y el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá– han sido gestionados con el Gobierno. “La mayoría de los lugares de memoria en Colombia fueron creados por comunidades en honor a sus familiares y a sus territorios –dice Mónica Álvarez–. El Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María o el Centro de Reconciliación en San Carlos, Antioquia, son apenas dos de muchos ejemplos de construcción de memoria y de lucha contra esa violencia histórica. Nos han querido hacer creer que la única forma de contar la memoria es la escritura en largos informes, dejando de lado todos los lenguajes culturales artísticos y ancestrales que nosotros queremos mostrar y preservar”.
Esos casos de resistencia no solo están en regiones lejanas a las grandes ciudades. En Bogotá, Cali y Medellín, las familias que han sido desplazadas en las últimas décadas han buscado y encontrado espacios de representación política gestionados por mujeres y hombres que conocen los territorios en conflicto.
Anyela Guanga es una de las líderes más conocidas en Tumaco, y tras su desplazamiento en 2008 ha buscado un espacio en Bogotá. Después de transitar por varias ciudades llegó a coordinar, hace unos meses, la Mesa Autónoma Afro de Víctimas de Bogotá. En la capital, donde viven cerca de trescientas sesenta mil víctimas del conflicto, estos liderazgos han sido trascendentales para generar cambios en la institucionalidad. “Mire –dice Guanga–, en Tumaco a mí me ha tocado ver cómo quedan comunidades confinadas por territorios que se disputan entre más de diez grupos armados al margen de la ley. En la ciudad, con nuestra familia fragmentada, nos ha tocado luchar por nuestros derechos y por la memoria, y eso ya se lo disputan grupos políticos”.
En ambos territorios, Guanga ha seguido las enseñanzas de su abuela. Cuando le mostró cómo se sembraba el chirarán o el mango, le decía que las etapas de la vida eran similares: “Primero toca aprender de la tierra, de las semillas; ver las condiciones del ambiente, la lluvia y el sol. Después, esperar a que florezcan con paciencia. Todo ha sido así”.
En su analogía está presente la vida, aunque construir, como sembrar, dice, “es difícil cuando no hay condiciones. En Colombia no ha existido una política pública diferencial para construir memoria. Cuando llegué a Bogotá, tampoco tenía cómo organizarme. Pero todo es un proceso. Primero teníamos que sobrevivir, por eso empecé vendiendo Bonice y luego, cocadas. Conocí a mujeres y hombres, comenzamos a organizarnos para ayudarnos entre nosotros y, claro, para construir memoria”.
En el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, que ha tomado distancia de las políticas actuales del CNMH, Guanga comenzó con talleres de memoria con base en los saberes gastronómicos y coordinó, incluso, el de Sabores y Saberes, que para ella fue “una forma de resistir conectándonos a nuestras raíces culturales en el territorio”.

Plataformas de paz

Se ha pensado que las iniciativas no oficiales de memoria surgen como una respuesta a la emergencia y al asedio de la violencia. Sin embargo, estas surgen también en el marco de una transformación política, y tras una decisión de recuperar no solo los territorios, sino también el pasado. En el conflicto, la reivindicación surge cuando las víctimas se hacen cargo de aquellas reparaciones que el Estado ha negado y de las exigencias de no repetición, que son necesarias en el menor tiempo posible.
En las últimas décadas, las organizaciones de víctimas se han estructurado y han sido esenciales para la construcción de acuerdos de paz como el que se firmó con la guerrilla de las Farc en 2016. La famosa frase “Que nos los devuelvan vivos, porque vivos se los llevaron” es de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes), que nació en 1982 después de la desaparición de trece estudiantes de universidades públicas. Esta asociación, compuesta en su mayoría por mujeres, hizo la primera marcha de los claveles blancos en Colombia e impulsó la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, que se creó con los acuerdos de paz con las Farc.
En esa trayectoria también es clave el trabajo del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice). En la década de los noventa, cuando el conflicto en Colombia se había degradado en diferentes niveles, países como Chile y Argentina avanzaron en el trabajo por la memoria con un compromiso estricto por la verdad de la época de las dictaduras. La influencia de otros países y la relación entre el Estado y los grupos paramilitares les dieron vida a diferentes movimientos, y quizás el más grande de ellos fue Movice, que ha crecido desde 2000 y hoy reúne a más de doscientas organizaciones de víctimas, con una incidencia en quince departamentos.
Un antecedente del trabajo de Movice es el Proyecto Colombia Nunca Más, que surgió en 1995 en respuesta a la impunidad en el marco del conflicto armado. La mayoría de organizaciones que hoy integran el Movice han trabajado en el Proyecto Colombia Nunca Más. De hecho fueron diecisiete organizaciones las que lo crearon.
Sin embargo, el proyecto sufrió varias dificultades, como la persecución de líderes, casos de exilio y el allanamiento a la Comisión Intercongregacional de Justicia y Paz –donde funcionaba el proyecto– el 13 de mayo de 1998. En todo este trabajo también estuvo presente la Corporación Reiniciar, esencial en la lucha por las víctimas de la Unión Patriótica (UP), y la Comisión Nacional de Víctimas.
Más adelante, durante la primera presidencia de Álvaro Uribe, se consolidaron varios movimientos por los derechos humanos. En mayo de 2004 se reunieron cerca de 230 organizaciones con mil delegados en el primer Encuentro Nacional de Víctimas de Crímenes de Lesa Humanidad y Violaciones de Derechos Humanos. Desde entonces, cerca de ochocientos delegados empezaron a recopilar diferentes casos de violaciones de derechos humanos en ciudades como Medellín, Cali, Popayán, Barrancabermeja, Bucaramanga y Bogotá. Y esa articulación entre organizaciones comenzó a verse en las calles. Un ejemplo es la marcha de las flores de octubre de 2009, cuando cerca de mil familiares de víctimas del genocidio de la up salieron a marchar por el derecho a la verdad y la reparación.
La lista de organizaciones sobrepasa los alcances de un artículo periodístico. Sin embargo, es importante señalar que en la década del 2000 se crearon varias asociaciones y plataformas que hoy son necesarias para la construcción de paz en Colombia. Entre ellas está la Asociación Colombiana de Familiares Miembros de la Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz), que en sus primeros once años de trabajo intercedió para lograr la liberación de 359 soldados y policías secuestrados por las guerrillas.
También es necesario mencionar a la Fundación País Libre, que nació en 1992 para denunciar los secuestros de las guerillas de las Farc y el eln. Cuando inició, registró cerca de dos mil secuestros, una cifra que se redujo a menos de doscientos en 2016. En 2017, la Fundación cerró sus puertas por la disminución notable de víctimas por la firma de los acuerdos de paz.

La memoria sigue viva

En la subregión de Montes de María, presente en la consciencia colectiva por la masacre de El Salado, en la que hace veinte años los paramilitares asesinaron a más de setenta personas, existen procesos de memoria que han sobrevivido pese a las contradicciones del Estado. El cine club itinerante La Rosa Púrpura, por ejemplo, nació en 2002, cuando las amenazas, asesinatos y extorsiones de los grupos paramilitares hicieron que los espacios públicos de Carmen de Bolívar quedaran vacíos.
Con un telón, un proyector y tres amplificadores, la líder Soraya Bayuelo comenzó a devolverles la vida a los espacios públicos que los violentos les estaban arrebatando. Con la proyección de películas en lugares asociados al terror, como plazas, parques o calles, el tejido social comenzó a recuperarse. Las personas empezaron a salir, sacando sus sillas a las calles para ver películas con el cielo nocturno detrás.
En el oriente antioqueño pasó algo similar. La organización de mujeres Promotoras de Vida y Salud Mental (Provisame) identificó que la guerra había dejado unas fracturas emocionales que un informe no podría sanar. Estudió estrategias para elaborar el duelo y una de las primeras actividades que hizo fue reunir a las comunidades para hacer lo que el grupo llamó “un gran abrazo colectivo”. La palabra, como lo ha enseñado la organización en el oriente antioqueño, no puede estar desligada del afecto si se busca la sanación y la no repetición.
En los treinta y dos departamentos se han creado estrategias de memoria viva, y en un lugar distante de Bojayá, en la Sierra Nevada de Santa Marta, los indígenas kankuamos incluso bailan para no olvidar. Lo hacen recordando los episodios del conflicto armado que han vivido.
Máxima Asprilla hace algo similar, pero con su voz. Resuena en la selva con otras mujeres que cantan los alabaos no solo en actos fúnebres; también cuando la violencia vuelve a quebrar la vida cotidiana. Así, me explicaba Máxima, es que se construye memoria: “Cantando, sin querer la venganza. Cuando se siente ese deseo de venganza, usted quiere cantar, y lo hace, pero no se puede desahogar”.
*Valenzuela es periodista y antropólogo. Ha trabajado en medios como El Espectador y ¡Pacifista!. Escribió el libro Ayudando a los chilangos. Solidaridad, políticas, redes y subjetividad en Turbo (Antioquia) (Editorial U. del Rosario, 2019).